Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 2 • Diciembre de 2014 •

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Poesía: Teatro Familiar de E. Pickiewicz

Paola Boccalari

Practicante del psicoanálisis, miembro del Instituto Pragma, Aplp. Integrante del grupo de investigación "Una hystoria del psicoanálisis". Integrante del consejo editorial de Microscopía, boletín mensual de BFLP (Biblioteca Freudiana de La Plata). Autora de los libros de poesía "Luminiscencias" y "Siluetas de un nombre".



Teatro familiar es el libro poético que Esteban Pikiewicz (1), psicoanalista y escritor, nos entrega para sus lecturas. Sabemos, al decir de Enrique Acuña, que “la función poética del lenguaje en literatura se dirige hacia la creación verdadera, por el hecho de leer en un texto los fantasmas del lector más allá del autor. Su eficacia radical supone que en la pura función poética, creacionismo significante que cava un vacío central en el texto –la obra es ahí un arte- alguien se identifique. Ese alguien comienza a habitar el texto, se apropia de ese objeto que causa satisfacción”. (2)

Ese alguien en este caso es quien escribe, y el texto habitó desde las entrañas ahuecadas de un escenario que ya estaba roto antes del estreno de la primera función. Un habitante textual que en cada poema iba siendo capturado y extraviado, desde la extrañeza de los bordes de aquellos actores que nunca llegaron a la acción en su totalidad.

Para ubicar claves de lecturas e interpretaciones posibles, me remitiré al título del libro. Hablando de lo que implica el teatro en sí, podemos decir que la composición teatral tiene ciertos requisitos escénicos, tiene su razón de ser en el contacto con el público, y que a diferencia de lo que sucede con la novela, la poesía o el ensayo, se establece el encuentro por la mediación de actores que deben transformar el texto en una acción en el aquí y ahora. Ahora bien, habitando la poética de Pikiewicz, el hallazgo es el de un teatro de ámbito vacío; entre las bambalinas solo hay pérdida y sus retornos. Más adelante retomaré este punto.

La articulación de los términos teatro y familia, nos podría remitir a las teorizaciones freudianas relativas a “la novela familiar del neurótico”. En ese texto de 1909 Freud refiere que la novela familiar de los neuróticos se caracteriza por una “particularísima actividad fantaseadora, (…) que sirve al cumplimiento de deseos, a la rectificación de la vida, y conoce dos metas principales: la erótica y la de la ambición (tras lo cual, empero las mas de las veces, se esconde la erótica)” (3). Podríamos decir, tensando los términos, que son ficciones íntimas, el teatro privado de cada quién, donde la acción se juega entre el sujeto y sus objetos que causan el deseo.

La poética de Teatro Familiar nos remite a las ficciones de las pequeñas iluminaciones desde la ventana, a los sorbos de café, a la degustación de una raíz pérdida…y al estar protegido por el aroma, de ese mismo café, al recorrer las pertenencias de la mujer que se ama…/ Entre los poemas, y entre los deslizamientos de la luz, a través de las cortinas, acontece lo íntimo…y comemos; / unidos al licor de las historias, a los harapos personales, al alimento que va de boca en boca como los nombres y deseos férreos. Ficciones pulsátiles de vida.

José Luis Tuñon, psicoanalista y artista, encargado de ilustrar el poemario, escribe en el prólogo del libro que en Teatro Familiar existe “la pasión de no dejar pasar la oportunidad de captar en esos signos la armonía imposible”. Habla también de los “signos equívocos tales como pueden ser una miga de pan, un copo de nieve, o el cordón de una vereda”.

Me interesa reforzar el concepto de “la armonía es imposible”, en tanto que Pikiewicz, desde las grietas de aquél mismo escenario, de esas sombras que cobran vida cuando llueve intenso, también nos da a ver lo inquietante, lo perturbador, lo que no se olvida, ni se silencia, lo que retorna una y otra vez. Nos entrega, como ya mencionamos, lo ominoso de un teatro vacío, un teatro en el que irrumpen los fantasmas oníricos de nuestros muertos, y cuando hablamos de muertos hablamos de los que estuvieron y ya no están, pero también, hablamos de lo que nunca hubo. Leemos: eso afiebra el acuerdo de la cara matinal lavada, de la corbata de trabajo firme y justa. Gotean, crujen, sucede por las noches. Algo irrumpe, desarticula lo articulado de un orden cotidiano haciendo trizas lo familiar de los papeles arrugados / o migas en el piso, / que luego del saludo/ y el beso que camufla, / quedan a resguardo a la espera; cual pequeño cofre, herencia de jirones del cuerpo.

Sigmund Freud, en el texto “Lo Ominoso” de 1919, define este término como aquella “variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo” (4). Se hace la pregunta: ¿cómo es posible que lo familiar devenga ominoso, terrorífico y en qué condiciones ocurre? Hipotetiza respuestas a partir de ejemplos literarios llegando a pensar que “lo ominoso se puede reconducir a lo reprimido familiar de antiguo”, es decir al retorno de lo infantil. A estos “retornos”, Freud los teoriza con la modalidad de una compulsión. Un año posterior, en el texto “Más allá del principio de placer” de 1920 le atribuirá a ésta “compulsión de repetición” las características de una pulsión, la de muerte.

Freud se vale de lo que sucede durante la experiencia analítica, es decir que el paciente en vez de recordar repite en trasferencia los traumas reprimidos de la infancia, como así también de otras vivencias tales como un destino fatal autoinducido, entre otros; se vale de estos ejemplos para poder puntualizar la existencia de cierto vivenciar pasivo que experimenta cada sujeto referido a la repetición de un mismo destino. Otro de los ejemplos clínicos que me interesa destacar que dan cuenta de lo que venimos desarrollando son los sueños traumáticos, los que en el curso de la experiencia psicoanalítica vuelven a hacer presentes unos traumas olvidados de la infancia.

Estas referencias teóricas sirven de herramientas para dar cuenta de ciertos retornos que, salvando la distancia, la poética de Teatro Familiar nos muestra. Una frase escrita a fuego “ya estuvo aquí” de uno de los poemas del libro nos relanza a las pulsaciones de ese escenario, donde detrás de las bambalinas, a trasluz, acontece el retorno de dos hombres con el esqueleto a cuestas, de los fantasmas que se apiñan entre los escombros de una infancia, presentificada con destellos de humedad y con la ironía de los muertos; jirones de recuerdos erráticos que visten a un pasado que no se fue. Herida irremediable, que se ahueca aún más entre el reflejo de los cuerpos / y su espacio material.

Germán García, psicoanalista y escritor, en el artículo “Cartografía de la repetición” (5), nos refiere que uno de los planteos de Lacan “es que todo inventor (creador) está a punto de volverse loco porque está solo, entonces se refugia en el trasfondo del lenguaje familiar…” En Pikiewicz hay una creación poética, hay soledad pero el refugio a lo familiar es para desmantelarlo, es para levantar las cobijas, y las sábanas del silencio y bordear los huesos de una anatomía descubierta.

PIEDRA

El poemario se presenta como la teatralidad de una vida enhebrada, eslabones de piedras con jalones de sueños, fantasmas, recuerdos, y cuando desde cada hebra se bordea el espacio vacío, la errancia es inevitable. Allí la escritura hace estallar no solo lo errático de una silla vacía sino también la armonía de las mañanas húmedas y frías donde aconteció el poema.

Notas:

(1) Pikiewicz, Esteban: Teatro Familiar, Ed. Remitente Patagonia, Trelew, 2014.

(2) Acuña, Enrique, “De la tragedia a la parodia –poesía y psicoanálisis-“ en: Revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis- Nº 6, 2005.

(3) Freud, Sigmund: “La novela familiar de los neuróticos” en Obras Completas. Ed. Amorrortu, T IX, Buenos Aires, 2006.

(4) Freud, Sigmund: “Lo ominoso” en Obras Completas, Ed. Amorrortu, T XVII, Buenos Aires, 2003.

(5) García, Germán: “Cartografía de la repetición. Clínica de la repetición, trasfondo religioso y lazos parentales” en: Revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis- Nº 6, 2005.

Bibliografía:

• Pikiewicz, Esteban: Teatro Familiar, Ed. Remitente Patagonia, Trelew, 2014.

• Capitulo Universal, la historia de la literatura mundial Nº 5. El teatro: de los orígenes a la actualidad.

• Freud, Sigmund: “El delirio y los sueños en la Gradiva de W. Jensen” y otras obras. En Obras Completas, Ed. Amorrortu. T IX, 2006.

• Freud, Sigmund: “Más allá del principio de placer”, “Psicología de las masas y análisis del yo” en Obras Completas, Ed. Amorrortu, T XVIII Buenos Aires, 2006.

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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