Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 9 • Noviembre de 2019 •

dominancias
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La heteronimia, operación de escritura*

Gabriela Terre

Analista practicante. Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata. Miembro de Pragma-Instituto de enseñanza e investigación en psicoanálisis. Miembro de la Red AAPP –Asociaciones analíticas y publicaciones periódicas–. Coordinadora del Módulo de investigación Escansiones de una historia del psicoanálisis en La Plata.

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Temos, todos que vivemos,
Uma vida que é vivida
E outra vida que é pensada
E a única vida que temos
É essa que é dividida
Entre a verdadeira e a errada. **

Desde el momento en que llega a mis manos el libro  Teoría da Heteronímia me pregunté, ¿cuáles serían las causas por las que Fernando Pessoa busca transmitir su método acerca de la construcción de la heteronimia?, centrada fundamentalmente en el interés por tratar de definir el uso que él hará de este término. Una primera respuesta podría ser que Pessoa escribía su vida a través de la heteronimia, se escribía! La inspiración partía de los nombres que creaba y los estilos de vida que construía que se incluían y excluían de su propia cotidianeidad. Él mismo lo expresa en el libro mencionando, sumergirse en las notas implicaba perder lentamente su propia existencia, para vivir otras formas, otros estilos de lenguaje. Siempre está presente el desdoblamiento de lo que implica vivir; lo vivificante es dividirse permanentemente en una búsqueda que es paradójicamente escritura y pérdida de existencia.

“A veces al pasar, tomo un papel tendido sobre el escritorio  y comienza a escribir Ricardo Reis…” entonces dejo de existir”… “él es la inspiración misma de lo que tengo para decir”…

De un modo muy sencillo y original, da cuenta de su imparable mecanismo de producción de sentido. Los estilos de vida presentes en la heteronimia tienen un uso, una función literaria y singular. Constituyen una operatoria de lenguaje en relación al Otro que mientras más intenta cernirse, más se pierde en esos otros que funcionan como personajes, semblantes presentes en su escritura.

Sus primeras páginas rápidamente producen efectos sorpresivos en la medida en que la mención de los heterónimos, asociada a la caracterización de los nombres que lo componen, va tomando un protagonismo peculiar. Mientras uno transita por una realidad que se presenta entrelazada, que va y viene, aquí y allá, novedosamente recreada en otros nombres y otros lenguajes.

El título del libro, Teoría da heteronímia, nos brinda una idea bastante general en relación al contenido que luego se despliega en el libro. De manera deliberada pretende explicar su metodología, las motivaciones psíquicas que le impiden escribir cuando existe una demanda demasiado concreta y se estipulan plazos determinados. La primera edición de este libro, se realizó en  septiembre de 2012, editado por Fernando Cabral Martins y Richard Zenith, publicado en Portugal por la editorial Assírio & Alvim. Desde la estructura del libro, se manifiesta un estilo particular tanto en los criterios, como en las modalidades de la publicación que han sido seleccionados con finos detalles junto a su modo de escritura.

El libro consta de una primera parte formada por el “Prefacio” y los dos primeros capítulos llamados “Tabla de heterónimos”, que se puede traducir también como lista, y “Criterios de edición”. Estos dos capítulos son relevantes porque explicitan el espíritu del libro y de la obra. Una segunda parte, contiene cuatro títulos, “Ideas”, “Historias”, “Poemas” y “Proyectos”. Finalmente una última parte, destacada por cierto, que responde a algunas especificaciones que el autor quiere hacer en “Las notas”, donde figura un “Índice de heterónimos y otros autores ficticios”, “Índice de nombres” e “Índice general”.

En el “Prefacio” se dedica a plantear la importancia que tiene la cuestión de la heteronimia en el arte de Fernando Pessoa y el modo en que la pone en juego. Ella determina todo lo que escribe, en todas las circunstancias, en todos los títulos desde el comienzo de su interés por la literatura. Así lo expone en una carta a Adolfo Casais Monteiro, el 13 de enero de 1937, carta que constituye un testimonio final dejado por Pessoa a sus futuros lectores, se trata en toda su extensión del proceso heteronímico.

Su obra es un diálogo múltiple entre textos asignados a diferentes nombres de autores. Muchos de ellos son interpretaciones y anotaciones que contribuyen a la discusión de poemas y se tornan complementarios a su lectura, pasando a integrar de un modo más o menos directo la poesía que tematizan. Un claro ejemplo de ello, son los prefacios escritos por Ricardo Reis o Thomas Crosse para la obra de Alberto Caeiro. Estos dos heterónimos mencionados no son simples nombres, son personalidades ficticias construidas por Pessoa que vuelcan su perspectiva literaria y participan con ellas en las obras de escritura. Del mismo modo lo hace en “Las notas para recordatorio del maestro Caeiro” de Álvaro de Campos; estas son presentadas por Pessoa como si debieran formar parte de las ediciones proyectadas de la poesía del maestro. Los poemas de Alberto Caeiro se sitúan en una constelación de otros textos y se desdoblan así en su propio comentario. La poesía de Pessoa parece necesitar de la heteronimia para tener sentido, quizás esta no sea una opinión unánime. Sus características de inacabado, ambiguo y fragmentario se vuelven esenciales para dilucidar la síntesis que el sistema de heterónimos ofrece. Es importante también destacar el valor que le adjudica a las notas, se tornan un modo de explicar y/o mencionar argumentos, detalles que sirven a los fines de interpretar su poética.

Espacio interior

El “espacio interior” forma parte de una concepción fundamental para interpretar la escritura del autor. Hay varias interpretaciones sobre la necesidad de la heteronimia y algunas de ellas son opuestas entre sí, y muestran lo intrincado y fascinante del tema.

“Las poesías del ortónimo” es el primer libro de la obra poética de Pessoa, publicado por Atica -Lisboa 1942, donde podemos leer una “Nota explicativa” asignada a Joao Gaspar Simoes y Luis de Montalvor. En esa nota la justificación dada por los escritores para la asunción de los heterónimos como nombres de autores, cumplen una función decisiva para organizar la edición. Allí explican que “Los heterónimos forman parte de una cuestión estructural en la personalidad de Fernando Pessoa”. Este argumento viene a naturalizar la heteronimia considerando al desdoblamiento un tema psíquico. Se trata entonces de respetar un trazo caracterológico del autor.

Otra concepción es la expresada por Pessoa en “La carta sobre la génesis de los heterónimos del 13 -1-1937” que apunta en la obra a lo superficial y a la simulación, reafirmando el carácter profundo de la división que los heterónimos implican. Otras concepciones plantean esa idea de la pluralidad interior, siguiendo incluso las sugerencias de Pessoa en esa carta.

Eduardo Lorenço presenta la pluralidad de realidades, como idea dentro de un movimiento literario, pero con un plus creado por el poeta, relee aquello que aparece como despersonalización (división) proponiendo ver su reverso,  y de ese modo  plantearlo como la construcción de múltiples realidades. La pluralidad temática a la que se refiere, la leemos expresada en el final del poema de Álvaro de Campos: “Eu que me aguente conmigo e com os conmigos de mim”  (“Yo que me aguanté conmigo y con los conmigos de mí”).

Esta pluralidad de personajes, con sus diferentes realidades, representa una banda de Moebius pronominal que expresan este “espacio interior” que pasa a ser un lugar propio consagrado a la heteronimia. Un tercer espacio que no se refiere a Pessoa como autor, ni al personaje del nombre citado; en ese sentido es interesante la articulación que se puede pensar con el sujeto del inconsciente. Es un modo especial de producción de sentido que  define la creación de un sujeto nuevo, un espacio nuevo que la heteronimia pone en escena.
Por otro lado, es un gusto marcado por la multiplicidad de realidades que coincide con la tendencia de la poesía moderna; impregnadas con lecturas de vanguardia, en la medida que el lenguaje en cada una de las artes se torna objeto de sí misma.

Enrique Acuña en su Seminario de este año, “Ex-sistencia del inconsciente -Identidad, identificación, vacío-”, en la clase del 8 de septiembre señalaba en relación a la frase antes citada (“Yo que me aguanté conmigo y con los conmigos de mí”), que “la frase condensa un doble efecto, metonímico y metafórico, con un más de sentido. El hilo de la frase conjuga gramática y homofonía, condiciones de la interpretación. Evita caer en la metonimia psicótica -el delirio- y logra, como poeta, el plus metafórico: el conmigo del principio es diferente de los conmigos del final, hay un desplazamiento del sujeto del enunciado, que  pasa a ser otro que el del principio. En esa producción de sentido se define la creación de un nuevo espacio -espacio interior- que la heteronimia escenifica y produce un sujeto entre el otro ficcional y la escritura de un Otro simbólico que hace inventar una referencia.”

Existen lecturas desde el punto de vista literario que prefieren entender a la heteronimia menos como juego de subjetividades y más como experiencia de una operación artística en el cuadro de las poéticas existentes. Jean Wall, crítico literario, señala en su análisis que la estética romántica de Novalis está presente en Pessoa, la pluralidad del genio le permite esa experiencia de expresión, “una sociedad interna de individuos diferentes y heterogéneos elevada a la segunda potencia”.  Esa heteronimia no es creada de la nada, conserva cierta tradición moderna ligada al Romanticismo que conduce a una consecuencia histórica literaria que podríamos denominar post-simbolismo Portugués, porque mantiene un nexo contextual muy evidente.

El crítico brasileiro Francisco Maciel Silveira  afirma que los heterónimos son el fruto de una oficina estética que designa “la complejidad del trabajo de elaboración que está en la raíz de los estilos individuales de los heterónimos”. Otra concepción interesante es el planteo de Eduardo Prado Coelho (1987), que señala que la base de la poesía de los heterónimos es la situación intervalar que resulta de la división del sujeto en relación a sí mismo. Hay una anécdota contada por el psiquiatra Ronald Laing sobre su infancia que explica a través de un juego de sillas y de roles como el niño que habita estas alegorías está de alguna manera en el intervalo de las sillas, representa  los diferentes personajes y a su vez el papel de sí mismo. El pasaje de una a otra va dejando un espacio como resto donde se apoya la escritura como creación. La poética simbolista en especial la postura de Mallarme, desvaloriza en cierto modo esta perspectiva.

Keats, crítico del romanticismo moderno, en cambio manifiesta que se trata sin dudas de una perspectiva vanguardista donde se produce una disolución poética del autor , mientras muestra una alteridad del sujeto poético a la luz de una alquimia de la palabra. Se trata en Pessoa de una valorización indirecta y paródica del autor. Pessoa utiliza deliberadamente en asociación directa, la figura histórica y civil del artista como el universo ficcional de su obra, sumado a todas las ilusiones que tales asociaciones pueden crear.
Sus tres heterónimos principales son: Alberto Caeiro (1914), más tarde la aparición de Álvaro de Campos y de Ricardo Reis. En Ultimátum, de Álvaro de Campos (1917) presenta el verdadero manifiesto de la heteronimia, en un lenguaje de tono científico “cada uno de nosotros es un agrupamiento de psiquismos subsidiarios, una síntesis malhecha de almas celulares” Apunta a una fórmula que sería una provocación futurista escribiendo además lo siguiente “Solo tiene derecho y  el deber de exprimir lo que siente, en el ámbito del arte, el individuo que siente por varios”.

Definición de los términos

Fernando Pessoa toma las categorías pseudónimo/autónimo, heterónimo/ortónimo que tienen en los diccionarios una significación convencional y están presentes en el universo de la poética, para hacer de ellas un uso particular, una invención artística.

-Pseudónimo/autónimo es un binario que se refiere a un nombre falso en oposición al nombre verdadero del autor que se utiliza como sello de las obras.

-Heterónimo /ortónimo se refiere al nombre de otro por oposición al nombre propio. Estos mantienen una interacción entre ambos.

En Pessoa pasa a coexistir el nombre inventado con el nombre verdadero en un plano complejo de realidades que los incluye a ambos. El inventado ganando realidad y el verdadero pareciendo ficcionarse. En la carta que Pessoa escribe a Adolfo Casais Monteiro (13-1-1935) señala varias reglas para el uso de los términos. Tanto los tres heterónimos, como el semi-heterónimo, funcionan con un estilo literario propio. Por eso Bernardo Soares es un semi-heterónimo ya que siendo otro, aún mantiene el estilo de Pessoa. Estos nombres no se definen únicamente por lo textual, precisan de elementos paratextuales, detalles biográficos que los definen y le dan existencia.

La noción de Máscara

En Pessoa, la noción de máscara, presupone la idea de una cara verdadera que ella esconde. Tal cara verdadera nunca aparece, ni puede aparecer pues ella es un yo inalcanzable, presente y oculto en todos los yoes que los textos manifiestan. Cuando F. Pessoa ortónimo se coloca en el mismo plano que los heterónimos, esa posición de su yo es como su nombre propio, una inexistencia como fuente y origen, y su igual transformación en máscara. Su propio nombre Pessoa “persona” en portugués, significa máscara. Existe un poema en especial que trata este tema, el soneto VIII, que figura en los 35 sonetos de  la Antología de 1918. El poema aspira a mostrar la imposibilidad de llegar a retirar todas las máscaras, y así llegar a aquello que precedería al conocimiento del alma. De modo que la noción de máscara toma un sentido metafórico que funciona como eje transversal a lo largo de toda la poética; mientras que a su vez afirma, la inaccesibilidad absoluta a pesar de retirar las máscaras,  de conocer la verdad y realizarse del propio enmascarado.  Esta invención señala la presencia de un vacío,  una dimensión de lo real diría el psicoanálisis, que las ni las máscaras, ni las escrituras pueden nombrar completamente. Jorge Saramago escribe a propósito de Pessoa: “Las máscaras se miran sabiéndose máscaras”.

Notas:

* Versión escrita a partir de una intervención realizada en el Seminario “Ex-sistencia del inconsciente–Identidad, identificación, vacío de Enrique Acuña–” Clase del 8 de septiembre de 2018 sobre el libro “Teoría da heteronímia” de Fernando Pessoa escrito en Portugués edición Fernando Cabral Martins , Richard Zenith .Editorial Assírio & Alvim

** Traducción del fragmento del epígrafe: “Tenemos todos los que vivimos, /una vida que es vivida, /y otra vida que es pensada, /y la única vida que tenemos, / es esa que está dividida /entre la verdadera y la errada.”

Bibliografía:

– Acuña Enrique: Seminario “Ex-sistencia del inconsciente –Identidad, identificación y vacío–”,  Clases del 8/9/2018-15/9/2018 y 29/9/2018

– Pessoa, Fernando: Teoría da heteronímia. Assirio y Alvim, Porto, 2012

-Pessoa Fernando: “Primera carta de Adolfo Casais Monteiro” Sobre el origen de los heterónimos.

-Celeste Malpique: “A Alma Solitária de Fernando no Livro no Desassossego”. En Actas de Congreso Internacional F.P. (2013).
https://casafernandopessoa.pt/application/files/7915/1698/4246/CFP_ACTAS_2013.pdf

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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