Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 1 • Julio de 2014 •

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¿Y cuándo lo familiar deviene siniestro? –Entrevista a Eugenia Calvo–

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Entrevista realizada por Verónica Ortiz

Eugenia Calvo, Weekend
Fotografía digital, toma directa, 2008. 33 x 45 cm.

Algunas reproducciones de la obra de Eugenia Calvo se han deslizado entre las páginas del primer número de Analytica del sur.

Eugenia es una subversiva de la cotidianeidad. Nada es lo que parece en una habitación, en la cocina de una casa o en el jardín. Los muebles arman barricadas, la comida depositada en un plato hace guiños a las figuras que lo engalanan, las casas se hunden en la arena, los escombros se adueñan del living… Y todo eso sucede en el tiempo-espacio de la siesta. De repente, lo inquietante se apodera de lo familiar. No sin un gran sentido del humor.

Así lo cuenta ella:

¿Cómo es para vos tu proceso de creación?

El proceso creativo es lo más difícil de contar porque uno a veces ni sabe lo que está ocurriendo. En general me pasa que estoy metida en algo, investigando, pensando posibilidades, haciendo cosas… que muchas veces quedan olvidadas y de repente aparece algo que siempre aparece cuando estoy trabajando: una sensación, una emoción que me produce un material, una frase, el gesto del cuerpo en relación al espacio, puede ser cualquier cosa, pero que para mí es como un descubrimiento, que desencadena una imagen y el principio de algo que debe ser trabajado, como una orden. Entonces me toma la intensidad, el impulso de hacer, es como si volviera a creer en algo; entonces sin plan previo empiezo y a veces esto termina en una obra que me interesa, otras en una que después de un tiempo pienso que no está nada bien y otras veces se diluye… y otras vuelve años después.

Lees con una clave todo lo que pasa…

Exacto. Aunque no tenga nada que ver, generalmente parece que no tiene nada que ver. Y a mí me interesa mucho lo doméstico por ser lo más cercano, tal vez por un poco de vagancia… Lo doméstico como un universo, no reivindicando el lugar femenino, sino que lo doméstico es un universo que tiene su orden, sus reglas…Tiene que ver con todo, y también con lo familiar y con los juegos de niños. Yo trabajo mucho con cosas que hacía cuando era chica, o que quería hacer. Muchas veces tomo algo y lo magnifico, le pongo otra escala; entonces toma otro carácter, ese acto en pequeñito, agrandarlo, es algo que siempre me interesó y sobre lo que trabajé bastante. Un ejemplo puede ser las barricadas, esas construcciones infantiles con las cosas que hay a mano, bueno, yo armé una barricada en una casa con todos los muebles y objetos de esta casa y la muestra duró una noche. Una noche con la casa convertida en una barricada.

Algo en lo que insistí mucho, sobre todo en los videos performáticos, es en filmarlo a la hora de la siesta, a la tarde, y nunca de noche, aunque de noche se supone que habría más tensión. Es que la siesta es el momento en que los padres duermen ¡es el momento de hacer todo lo que se quiere hacer! También la situación de siesta, de calma en pleno día…. Hay un orden y a mí me interesa que se sienta la presencia de este orden, y también la posibilidad de cambiarlo, a veces proponiendo reglas ridículas que pueden ser tan ridículas como con las que ya convivo.

¿Qué hace que tu mirada sobre lo familiar sea distinta?

No creo que sea distinta a la de otra persona, sino que yo me posiciono en el campo del arte, hago algo con esta mirada y la propongo como obra.

Tu obra, me parece a mí, empezó alrededor de una preocupación ligada al cuerpo. ¿Es así?

Sí, sí, ahí creaba personajes rarísimos. Eran una especie de hombres de las cavernas, aunque uno sólo veía una larga cabellera y detrás un par de piernas. Una cosa… Lo más interesante, en realidad -lo pienso ahora- es lo que había que hacer para tomar esa foto, mas que la foto en sí. Una amiga con pelo largo tenía que poner los pelos así (con la cabeza para abajo) y la otra ponerse detrás y prestar las piernas, entonces quedaban unos personajes hechos de dos personas: eso que vos veías eran dos personas, por eso los pelos parecían tan largos. Era una época más experimental; bueno, todas las épocas son experimentales… Empecé después a interesarme por los espacios domésticos y las cosas que me encontraba en estos. Pero sí, esos personajes estaban siempre en ámbitos muy familiares: o en un jardín, o en una habitación de mi casa. Ya había un vínculo con el espacio, siempre el que tenía a mano.

Un momento del cuerpo y un momento del espacio… ¿Cómo fue ese movimiento en tu obra?

Ahora que lo decís… no lo había pensado. Está bueno porque hay experiencias que uno va haciendo y las olvida, o nunca se paró a pensarlas. Pero sí, trato de encontrar cierta coherencia o cierto hilo conductor… podría decir que sí: en mis primeras producciones estaba el cuerpo en primer plano, después ya fueron los dos: el cuerpo y el espacio, esto aparece más explícitamente en las video performances, donde el cuerpo y el espacio son fundantes.

¿Eso era Ensayos de cómo desaparecer?

¡Claro! Entre las fotos que vos me comentás (la de las cabelleras largas) y éstas, estuvieron también las fotos de los platos[1]. No es que es una cosa cronológica, pero también puedo pensar que había dos cuerpos, estaba la comida: la carne, el pescado, que venían a desequilibrar un poco la imagen bucólica e idílica representada en los platos. Y después vinieron los videos: Ensayo de cómo desaparecer fue uno de los primeros. Pero sí, en lo videos el cuerpo es tan potente como el espacio donde está el cuerpo. De hecho, en Ensayo de cómo desaparecer el cuerpo desaparece, queda otro cuerpo, que es el del sillón, por ejemplo (ya que al esconderme detrás del sillón éste queda en primer plano, adonde antes estábamos los dos, el sillón y yo). Realmente logra desaparecer detrás de la arquitectura, del mobiliario.

¿Y ahora?

En este momento estoy trabajando con los objetos y con el espacio pero ya no hay cuerpo, no literalmente, o hay cuerpo no explícito, no en primer plano. A veces trabajo dejando el rastro de la acción del cuerpo sobre las cosas (se ve caer algo, se ve moverse otra cosa, pero nunca se ve quién acciona esto), otras construyo con objetos ya existentes situaciones que intentan invitar al espectador a pensar y sentir que su cuerpo es el que puede activarlas, que están ahí para eso. Pienso ahora en La última región, una instalación en la cual se podían ver un montón de palos provenientes de diferentes objetos colocados en el piso. Vi una imagen de un decomisado de armas y lo tomé como diseño de esa instalación….la muestra era en un subsuelo, así que se creaba un clima muy particular porque bajabas y te encontrabas con todos estos palos colocados sobre el piso, muchos y diferentes, solamente esto, sobre un fondo amarillo….eran partes de cosas, pero todos de la familia de los palos….y todos ahí quietos como exhibiendo su potencial…su peso, su material, su tamaño.

Dijiste recién “desequilibrar”. En lo familiar, en lo pacífico, siempre incluís algún elemento que no pacifica para nada… ¿Por qué esa necesidad de incluir ese desequilibrio?

Esa respuesta es la que menos te puedo dar… Siempre me interesó crear cierta tensión. De hecho lo busco. Incluso en los videos, que son muy sencillos, de una estructura muy simple, busco generar tensión.

Desequilibrio, tensión… Es sospecha de desequilibrio, esta tensión es la que quiero lograr, esa sensación que parece que algo está por ocurrir. La sensación que algo se va a desencadenar en cualquier momento, aunque después no ocurra nada, o que la amenaza haya resultado exagerada en relación con las consecuencias -que tal vez son mínimas. El clima, eso sería poder crear determinado clima.

Cuerpo, espacio. La noción de vacío ¿tiene espacio en tu obra?

Pienso en las construcciones que armo, donde resitúo todos los elementos que hay en una habitación, armando un nuevo orden, en algunos casos en que junto todas las cosas y armo una especie de bloque… el lugar de los llenos y vacíos, de circulación, cambia. Pero también me gusta pensar en el vacío como posibilidad que da para llenar algo de otro sentido. Yo siento mucho el peso de las cosas, la potencia.

¿Potencia?

De uso. Me llama la atención el uso limitado que se le otorga a las cosas, en la fijeza en la que quedan, entonces volver a acercarme a sus formas, su materia, su peso y poner en juego todos estos aspectos pero con otro plan, en el que el objeto se expande, cobra otra potencia. La idea de desarmarlos, llevarlos a un estado más primitivo, ligado a la supervivencia -donde sí o sí cambian su función- quedando más expuestas algunas de sus características. Entonces una pata de una mesa es también un palo, un palo pesado y también un garrote. Ahora estoy trabajando con un mueble, un ropero, me gusta verlo moverse lento, pesado, fuerte, el crujido de la madera. Hay algo del objeto que al cambiar sutilmente, o al moverlo diferente se muestra en todo su potencial. Además la paso muy bien haciendo estas prácticas, tienen humor.

El tema del uso… pensaba en los platos. El uso es casi una burla…

El uso es una burla. Es muy gracioso. Lo utilizás y desencadenas una catástrofe: toda la comarca parece ser acechada por unos tentáculos de pollo.

O esa serie catastrófica…

Sí, la serie de fotografías de los típicos ceniceros souvenirs con representaciones de los lugares paradigmáticos de la ciudad con cenizas de cigarrillo.[2] Acá, como en la serie de fotografías El método tradicional de los platos con comida, el mismo uso propone un nuevo relato, un relato apocalíptico. Lo único que hago es fotografiar esto, que pasa todo el tiempo. A mí me dan mucha gracia siempre estas imágenes súper idílicas, de la campiña inglesa de principios del siglo XVIII, plena era industrial, y los tipos te producían los platos con imágenes en las cuales no aparecía ni una torre con humo en esta necesidad de buscar un equilibrio, por lo menos a través del diseño de los objetos cotidianos. Lo que me encanta es que finalmente es inevitable, algo se escapa, se filtra, entonces no hay industrias largando humo negro pero hay comida, comida que altera la representación.

Y las casas decoradas destruidas[3] también…

Claro. Exacto. Lo que hay en primer plano en esas imágenes es lo mismo con lo que está construida la casa. Son elementos de la construcción: tierra, escombros, arena. Lo mismo que se utiliza para construir… Lo pongo todo encima. El ladrillo se puede volver monstruoso. Hay algo que irrumpe. Hay algo que ocurrió. No sabría decir qué…

¿Algo que ocurrió?

Yo siempre digo eso. Porque invento mis cuentos… O que va a ocurrir. Para mí esas escenas, esas y otras como la serie de casitas en la playa que quedaban tapadas casi en su totalidad por la arena[4]… Estas fotos las tomé en unas vacaciones, en donde caminaba por la playa y por el punto de vista que yo tenía, esas casas lujosas parecían estar tapadas por los médanos, abandonadas. Como si la arena finalmente las hubiera tomado. Pero lo que me atraía era la tensión que se producía, ya que se ve que las casas están en perfecto estado, entonces… (risas).

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(*) – Eugenia Calvo nace en Rosario en 1976. Entre 2010 y 2014 recibe becas del Fondo Nacional de las Artes y del Nuevo Banco de Santa Fe. En 2005 realiza una residencia en Gasworks, Londres y en 2010 en la Galería DPM en Guayaquil. Entre otros reconocimientos obtiene: Cifo Grants and Commission Program to Emerging Contemporary Artists from Latin America (2010) y el Primer Premio arteBA Petrobrás (2006). En 2011 Camargo Foundation la selecciona para realizar una residencia en dicha institución. En el 2011 forma parte de la Bienal Internacional de Cuenca, Ecuador, donde recibe una mención especial; el mismo año su obra es finalista del Premio EFG Bank Artnexus Latin America y recibe una mención en el Premio Petrobrás en Buenos Aires Photo. Entre las exposiciones realizadas en 2013 sobresalen: Artista destacado (Arco, Madrid), Raw material (Centre Pompidou, París), Collective Fictions (Palais de Tokio, París), Premio Braque (UNTREF, Buenos Aires).

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  En exhibición actualmente en Buenos Aires:

• Muestra Doble Fondo, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.

• En la Fundación Proa, con Leandro Tartaglia e Ivana Vollaro, una obra site specific: Segundo piso por escalera. (Tomando el concepto de Le Corbusier del ventanal como «muro de luz», la curadora Lara Marmor propone esta exhibición, que da inicio a una nueva edición del Espacio Contemporáneo en Proa).

 

Notas:

[1] Calvo, E. Serie El método tradicional.

[2] Calvo, E. Serie Se hablaba de proyectos.

[3] Calvo. E. Serie Entusiasmo y generosidad.

[4] Calvo, E. Serie Weekend.

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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