Una batalla socio-cultural
Intersecciones del discurso psicoanalítico con el pensamiento político
“Quiero estar seguro que la terapéutica
no llegue a destruir la ciencia del ser humano”.
Sigmund Freud
“No quiero que se pierda la ensambladura
del psicoanálisis con las ciencias humanas”
Sigmund Freud
“En las crisis, ni descripciones, ni síntesis,
localizar lo intempestivo de lo real”
Jacques Lacan
Psicoanalista, doctora en Ciencias Sociales UBA.”Salud mental; salud social. Implicaciones entre los términos mental y social. Dilemas contemporáneos del amor, el goce y el deseo en la construcción de los lazos sociales” (registrada).
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Le ready-made malheureux (Ready made desdichado)
1919, Buenos Aires. Libro de texto de geometría colgado. Ready-made sin dimensiones registradas. Perdido / destruido.
Introducción
Tres referencias para recordar, en circunstancias de tener que volver a pensar.
Los efectos del neoliberalismo exigen volver a pensar significantes, significados y sentidos. En la modalidad de intersecciones, en la perspectiva del psicoanálisis aplicado, un lugar relacional para el pensamiento crítico y la producción de conocimiento, con una orientación epistémica (Teoría, premisas, axiomas, nociones, conceptos).
Volver a pensar los efectos del neoliberalismo en clave de lectura psicoanalítica, puede ser una llave de acceso para leer síntomas sociales y construcciones de sentido contemporáneos.
Lógica y racionalidad neoliberal
Si nos preguntamos por las características lógicas y por las consecuentes condiciones de la racionalidad del neoliberalismo, la podemos esbozar como lógica del rechazo: rechazo de lo imposible lógico, rechazo del concepto de sujeto del inconsciente, rechazo de la función del amor.
En tanto racionalidad, se sirve de los equilibrios inestables, fracturas, tensiones y relaciones de proporcionalidad. Prescinde de la noción de conflicto, de fractura, de historia y de política.
La Cultura del malestar
Si bien nos vamos a referir al texto freudiano “El malestar en la cultura”, también podemos decir que la lógica político-económica-social del siglo XXI nos sitúa en la cultura del malestar neoliberal.
El texto freudiano marca la tensión irresoluble entre lo individual y lo social-colectivo. Orden lógico des-adecuado, des-ordenado y dis-armónico.
En esta perspectiva, la cultura como función entre lo individual y lo social sólo logra equilibrios inestables y una función fallida. La pulsiones son el obstáculo más poderoso: satisfacción solitaria/ a-social ligada a la instancia del superyó que obliga gozar.
También es problemático pensar a la cultura en función de la regulación de los vínculos sociales, en la línea de la función de castración, de los diques de la cultura (pudor, vergüenza, asco), normas, códigos de convivencia y hábitos. Regulación de los vínculos sociales en forma inestable, el nudo crítico problemático se centra en la necesaria renuncia pulsional para participar de los vínculos sociales, condición de la cohesión social.
Lo señalado anteriormente, localiza la batalla que se libra en el territorio del poder pulsional. Satisfacción parcial, repetición del circuito, arbitrariedad, violencia bruta, hostilidad, agresividad, fragmentación de los lazos: son estos algunos de los nombres del poder destructivo del programa pulsional.
El problema pulsional
Si se rechaza la imposibilidad, estamos frente al problema de los excesos de goce, no hay resto, ni tope. Se trata de las antípodas de la lógica del sujeto, la cual plantea que hay que perder para ganar. Perder en el terreno del goce para ganar en el terreno del deseo. No todo goce es posible. Perder en un lugar para ganar en otro.
La lógica neoliberal en consonancia con el superyó, se sirve de lo dificultoso de la renuncia pulsional. Ante la exigencia de goce, categórica y sin miramientos, el sujeto lo puede cumplir y puede llegar al punto de ir contra sí mismo.
Clínica del superyó
Ante los imperativos de goce, la miseria simbólica en contraste con los excesos de goce, la apuesta clínica es hacia otro trato posible-imposible con la ferocidad del superyó. Se trata de ver si es posible algún tratamiento simbólico de lo real.
La experiencia clínica muestra ciertos rasgos: A-dicción, falta en decir, lo imposible en el decir y la compulsión a la acción. Sin vergüenza, sin interés por el Otro, sin interés por los semejantes, sin ideales, sin fractura subjetiva. Se bordean las fallas de la función de la ley. Queda en evidencia que cuando fallan las leyes jurídicas, proliferan las víctimas, y cuando fallan las leyes de convivencia, proliferan muertos-vivos. Cuando el programa pulsional realiza muy bien su trabajo, proliferan las leyes arbitrarias.
¿Cómo pensar en las experiencias prácticas, las relaciones entre el Psicoanálisis y el campo de la Salud Mental?
La pregunta nos lleva a pensar las relaciones del Psicoanálisis y las Políticas públicas.
El eje de la cuestión lo situamos en la pregunta: ¿qué quiere decir ser humano? A partir de lo cual se distinguen dos concepciones político-epistémicas con consecuencias prácticas:
1. Entre el Psicoanálisis y el campo de la Salud Mental, se presentan relaciones de disyunción cuando la idea de ser humano es reducida a la de cuerpo/organismo. Idea que va en consonancia con la racionalidad neoliberal. Políticas de gestión, medicalización, noción de normalidad, clasificaciones, programas homogéneos, terapéuticas comportamentales; es la secuencia correspondiente.
2. En contraposición, el Psicoanálisis mantiene relaciones de conjunción con el campo de la Salud Mental cuando en la idea de ser humano, se considera al sujeto ser hablante, sexuado y mortal. Ontología partida del ser, sentido de la existencia particular, heterogéneo, singular, tratamiento caso por caso, políticas para los seres humanos.
El Psicoanálisis no es neutral
En las intersecciones del discurso psicoanalítico y el pensamiento político, podemos ubicar tres nociones psicoanalíticas para pensar la época: Resistencia, Defensa y Conservación. Resistencia a la lógica capitalista y a la racionalidad neoliberal, defensa del estatuto del sujeto, del derecho a la palabra, a las elecciones, a las decisiones y responsable de sus condiciones de goce. Se trata de conservar lo particular-singular en lo universal.
En las intersecciones del Psicoanálisis con la Salud Mental, diría “Lo mental social de la salud”, y si pensamos vías de salidas del problema, sería a partir de la definición “La salud mental es un malentendido sociocultural”.
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Texto escrito a partir de la intervención en la mesa final de la XXI Jornada de PRAGMA- APLP “Psicoanálisis y vida pulsional (Todo el mundo es adicto, al deseo)”, titulada “La época, “todos” consumidores, “algunos adictos”, “ese” analizante”. Esta mesa fue llevada a cabo el 4 de Diciembre de 2015, en la que participó junto al Director de Enseñanzas de PRAGMA Enrique Acuña, y los comentarios a cargo de Leticia García.
Fue extraído de la revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis- Nº 17, Ediciones El Ruiseñor del Plata -Biblioteca Freudiana de La Plata, Octubre 2016. Por acuerdo editorial con la revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis.