Un deseo que dura

“Algunos, presa del miedo me dirán que no es tiempo para el chiste (witz). Pero digo que sí es tiempo de espera para la invención de palabras, de dispositivos flexibles (…) el sujeto del significante en su dignidad creacionista puede responder.”

“En la gravedad pandémica del llamado Covid-19 nos reinventamos. Sino ¿cómo soportamos el hecho de que hay la pura contingencia?”

“Por ello hay que privilegiar un psicoanálisis donde prime el lazo asociativo generado por la transferencia al inconsciente, más que por la economía de sus bienes. Entonces el neologismo y su poética toma su vigor: pandem-inc. – comamos el pan del inconsciente. Deseo ese porvenir para nuestra Asociación.”

Enrique Acuña, “Pandem-Inc –Breve Intervención-(1)

Las palabras elegidas para introducir mi intervención fueron pronunciadas por Enrique Acuña en la Asamblea Anual Ordinaria del Instituto Pragma – APLP, realizada en el mes de abril de 2020, a un mes de la llegada de la pandemia a nuestro país. Ante la irrupción de un real biológico ligado al trauma social y la angustia generalizada, nuestro director de enseñanzas introducía la agudeza del inconsciente.

Me gustaría hacer resonar la frase “el sujeto del significante en su dignidad creacionista, puede responder”. El acuñador de palabras introduce el neologismo “Pandem-Inc”, con el que alude a otra peste, la freudiana, “que anuncia que la vida es pulsional, una forma de soportar la muerte, de la cual siempre habrá incertidumbre”. Se trata de una peste que, al introducir el inconsciente, ayuda a soportar la otra peste, la biológica.

Pero más allá del contexto de pandemia, subrayo la apelación a la dignidad creacionista del sujeto del significante como la posibilidad del buen encuentro,  en tanto es lo que permite que aquello que se presenta como angustia sea elevado a la dignidad creacionista del síntoma analítico, es decir que sea digno de ser dicho, de dar las vueltas dichas que suponen un saber inconsciente, para arribar a un decir como posibilidad de invención.

De allí también la propuesta de reinventarnos frente a la contingencia. La invención como modo de soportar las contingencias dentro del grupo analítico. Sitúo las enseñanzas de Enrique Acuña en torno a un modo de concebir el psicoanálisis, en el que se articulan clínica, episteme y política. Una política que privilegia el lazo asociativo generado por la transferencia al inconsciente, y que lejos de las burocracias de gestión, requiere de la interpretación cada vez. Por ello creo que el encuentro con las enseñanzas de Enrique nunca fue un encuentro cómodo. Quienes nos formamos con él podríamos dar testimonio de que nunca se entraba en la comodidad del automaton.

No hay respuestas pret a porter para las contingencias, pero sí hay una política de nombres, con la que nos hacemos de nuestros precursores y que nos sirve como brújula con la cual orientarnos y referenciarnos: Sigmund Freud, Jacques Lacan, Oscar Masotta, Jacques-Alain Miller, Germán García, Enrique Acuña.

El primer grupo analítico vinculado a la orientación lacaniana en nuestra ciudad fue fundado por Enrique Acuña, quien fue miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). En 1992 fue Perspectiva Lacaniana; luego Biblioteca Freudiana de La Plata como resonancia paródica de aquellas fundadas por Masotta, nombre que mantenemos, que se sostiene en la materialidad de una biblioteca construida a lo largo de casi treinta años, y que hoy contiene la biblioteca personal que nos legó Enrique Acuña; luego vinieron otros nombres, Asociación de Psicoanálisis de La Plata e Instituto Pragma. Cada uno de estos nombres respondió a una coyuntura y a un efecto de interpretación, nombres con los que se podría construir una historia fechada.

Para terminar quisiera agradecer a Enrique Acuña los años de formación y su legado retomando sus palabras: “Comamos el pan del inconsciente, deseo este porvenir para nuestra asociación”.

Notas: