Szèkely con Masotta: la caída de los atributos
Psicoanalista. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Miembro de la Asociación de psicoanálisis de Misiones. Docente del Instituto Sigmund Freud. Responsable de la Biblioteca Freudiana de Overa. Responsable de la edición del Boletín Ring- el despertar de cada uno en red- (Boletín de la Red AAPP)
Escultura en metal.
www.sanmartinesculturas.com.ar
El punto de partida de Freud fue la histeria y la búsqueda de una causalidad a los síntomas que la aquejaban. Con ese puntapié inicial se orientará a pensar el traumatismo de lo sexual, y conforme a las enseñanzas de su clínica sostendrá que aquel trauma no es sin un segundo tiempo que opera por retroacción. Lógica que se repetirá a la hora de establecer el esquema de las series complementarias en relación al síntoma.
Atento a las fragmentaciones (de un cuerpo en la histeria, de un relato y sus olvidos, etc.) encontrará en las formaciones del inconsciente un mensaje logrado, como así también la vía para acceder a la temporalidad lógica, antes que cronológica, del inconsciente: hay un futuro anterior a partir de un relato presente que vuelve a un suceso pasado contingente a la vez que orienta hacia un futuro.
Con el denominado “retorno a Freud”, Jacques Lacan marcará una posición política ante la situación del psicoanálisis en los años 50, la cual se encontraba volcada a la medicina (esto enmarcado en la figura de Sacha Nacht, presidente de la Sociedad Psicoanalítica de París, de donde Lacan se iría para fundar junto a otros la Sociedad Francesa de Psicoanálisis). Así, en el año 53, el mismo de la fundación de la SFP, Lacan responde con lo propio del psicoanálisis, la función de la palabra y el campo del lenguaje. Destacará así que Freud encuentra en el inconsciente los efectos de la incidencia de la palabra sobre el sujeto. También en años posteriores, ya remarcando la idea de un objeto faltante, cuestionará la noción de un evolucionismo de lo sexual en una maduración cronológica de la pulsión biologizada en estadios.
Enrique Acuña en la conferencia “La pulsión mítica y sus fragmentos de hystoria”, durante la IV Jornada regional del Litoral del IOM2 llevada a cabo en Corrientes en el año 2013, sostuvo un paralelismo entre la clínica psicoanalítica y la hystorización en psicoanálisis. Hystorización con la “y griega” del término original hysteria, en tanto plantea que aquel que en un análisis cuenta sus mitos individuales se divide entre la verdad y la mentira, entre el olvido y el recuerdo, entre lo que reprime y lo que retorna; así la hystoria se cuenta fragmentada, como el cuerpo de la histeria. De este modo, con las enseñanzas de la clínica freudiana nos adentramos en la hystorización del psicoanálisis, que no sigue las vías de una cronología yoica (la que no deja lugar a un “más allá” de toda enunciación respecto a un enunciado).
En función de ello me interesa la operación que implica rescatar dos byografías y los efectos que se desprenden, entendiéndolos como consecuencias para la política del psicoanálisis. Son dos referencias: las de Béla Székely y Oscar Masotta.
Béla Székely (inmigrante llegado desde Budapest) pronunció diez conferencias en 1939 en el Colegio Libre de Estudios Superiores en torno a temas como antisemitismo, criminología, arte y literatura y marxismo; todos en relación al psicoanálisis. Fundó luego el Instituto Sigmund Freud en el año 1940, paso previo a otras instancias de fundación que hará en Brasil y Chile ligadas a una clínica de la conducta y un instituto de psicología respectivamente. Enrique Acuña, en “Béla Székely: la excepción judía y el psicoanálisis”, enfatiza que Garma, con su programa semi-neurológico traído de Nueva York, se opondría a Székely -un analista laico con una episteme ecléctica y una clínica que se desviaría hacia la educación-. Convertido al cristianismo, aunque sin aceptar sus dogmatismos, renegará de su condición judía y perderá su insignia como psicoanalista de izquierda.
A partir de ello se desmitificaría el origen de la instauración del psicoanálisis en nuestro país apoyada exclusivamente en los hombros de Ángel Garma, fundador de la APA en 1942 junto a otros y en representación de Ernst Jones, quien buscaba una base firme en un basamento psiquiátrico del psicoanálisis. En lugar de ello y tras ubicar primeramente la referencia de Freud a Germán Greve, resaltó la figura de Székely como una manera de cuestionar la posición de Ángel Garma en torno a la cuestión de la autorización del analista.
Siguiendo esta línea tenemos un S2 (Székely) que desmitifica un S1 (Garma – APA). Eco de ello es la entrada de Lacan a la Argentina vía Masotta. Su byografia habla de un intelectual comprometido de mitad del siglo XX, lector del existencialismo sartreano en un movimiento junto a Carlos Correas y Juan José Sebreli, difusor de un arte pop: la historieta. Byografia en la que se sitúa un corte: en 1960 muere su padre (poniendo en crisis su idea de autonomía), es tratado como esquizofrénico y recurre al psicoanálisis encontrándose con la lectura de Jacques Lacan para meterse luego en la política del psicoanálisis marcando una división respecto a aquellos que la incluían dentro del campo de la medicina.
Es así que Masotta como introductor de Lacan al castellano, hace caer aquello que lo identificaba a partir de una crisis personal y en pos de un deseo (sin relación a una profesión puesto que no era psicólogo, ni médico), que promovería la fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires en 1974, presentada ante Lacan en 1975. A la vez pondría en juego un programa de trabajo propedéutico: una lectura de Freud que conduce al pensamiento de Lacan. (1)
Así encontramos dos momentos que, en tanto cortes de la hystoria del psicoanálisis en el país, conforman puntos de partida; con el plus de que son referencias válidas en el contexto actual donde sigue en juego la cuestión de la formación del analista. Cuestión, que como elemento Uno, insiste en repetirse provocando movimientos de fuerzas, rupturas y alianzas en la política actual del psicoanálisis a la vez que desarticula la historización del psicoanálisis como una cronología, sin la “y griega”.
En Misiones, y particularmente en Posadas y en Oberá (la ciudad que habito), hay quienes quieren hacer del psicoanálisis, a lo sumo, una práctica que se encuadra en un campo mayor que es la psicología, vendría a ser una especificidad dentro de ésta. A su vez las carreras de psicología de Posadas plantean ofertas de posgrado para la formación de un psicoanalista.
Entonces ambas byografías valen en tanto, en un contexto institucional de transferencias de trabajo en una red de asociaciones: La Plata, Misiones, Corrientes-Chaco y Paraguay, se intenta destacar la formación del analista atravesando las profesiones, al decir de Christian Gómez en los “Laicos del futuro anterior”(3). Lo cual, considero, es un eco de Székely y Masotta.
¿No es acaso ello lo que el mismo Freud hizo con su título de neurólogo para dar lugar a un deseo inédito, un pecado original?
Homologo entonces, pérdida de atributos con la metáfora de hacer caer el cuadro del título universitario a la hora de abordar la autorización del analista. ¿Cómo se podría pensar la autorización de un analista si se resta valor al análisis como experiencia para acercarlo al experimento de la ciencia que forcluye el deseo del experimentador? Hipotetizo entonces que hay cortocircuito entre la habilitación vía las profesiones y el psicoanálisis, que en tanto efecto de una experiencia singular, arriba a un deseo: que haya psicoanálisis y no otra cosa.
En Oberá, y en el marco de las actividades de la APM con la coordinación de Christian Gómez y el asesoramiento de Enrique Acuña estamos en un proceso de construcción del auditorio. Y vale tomar como antecedentes de la entrada del psicoanálisis al país estas dos referencias, como manera de empezar a inscribir que el psicoanálisis no es una especificidad de una profesión sino otra cosa. Se hace necesario pues una validación del mismo, tanto a partir de estar presente en los debates actuales como de una clínica crítica.
Se trata entonces de un deseo que va más allá de las profesiones y que por lo tanto tiene que ver con una política en acto: la de hacer existir el psicoanálisis como una práctica y una teoría que no sigue la exclusiva vía unidireccional y evolucionista de la superación de un saber previo en favor de uno más avanzado (operación que olvida los fundamentos), sino aquella que busca volver sobre esos fundamentos del psicoanálisis a luz de la clínica actual.
—————————————-
Trabajo presentado en la XIX Jornadas Anuales “B(y)ografías – Desierto real y sed de sentido-”, de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata, el 6 de diciembre de 2013.
—————————————-
Notas:
(1) Véase Acuña, Enrique: “Oscar Masotta y lo tragicómico: una versión del exilio” en Resonancia y silencio -Psicoanálisis y otras poéticas-, Edulp, La Plata, 2009.
(2) Véase Revista Conceptual -Estudios de psicoanálisis- Año 12, N°13.La Plata, 2012.
Bibliografía:
• Acuña, Enrique: “La pulsión mítica y sus fragmentos de hystoria”. (Inédito)
• Acuña, Enrique: “Béla Székely: la excepción judía y el psicoanálisis” en Resonancia y silencio -Psicoanálisis y otras poéticas-, Edulp, La Plata, 2009.
• Acuña, Enrique: “Oscar Masotta y lo tragicómico: una versión del exilio” en Resonancia y silencio -Psicoanálisis y otras poéticas-, Edulp, La Plata, 2009.
• Ale, Marcelo: “Desembarco de Freud en el Rio de La Plata” en Conceptual -Estudios en psicoanálisis. N°14. La Plata, 2013.
• Cibils, Rodrigo: “Psicoanálisis: Historia y política” en Frixiones -entre el psicoanálisis y la cultura- Año 1, N°1, Posadas, 2011.
• Gómez, Christian: “Los laicos del futuro anterior” en Conceptual -Estudios en psicoanálisis- N°13, Año 12, La Plata, 2012.
• García, Germán: “El psicoanálisis y los debates culturales -Ejemplos argentinos-”, Paidós, Bs As, 2005.
• Lacan, Jacques: “Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis” en Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 2010.