Sur, la elipsis y el después…
Psicoanalista. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Artículos escritos en las revistas Conceptual-Estudios de Psicoanálisis- y en Fri(x)iones- entre el psicoanálisis y la cultura- y en el libro Vidas Pulsionales. Bahía Blanca, Argentina.
Detalle de la obra El astrónomo
Fecha de creación: 1668
Técnica: Pintura al aceite
Ubicación: Museo del Louvre (desde 1983)
La Red de la APLP lanza al espacio virtual una revista de psicoanálisis y crítica cultural. Su nombre, Analytica del Sur –Psicoanálisis y crítica– con la dirección de Enrique Acuña. La orientación “Sur” de esta publicación ilumina en su logo la Cruz del Sur en una órbita elíptica. En principio, localiza tanto dentro del ciberespacio como en la Red un punto en el extremo Austral de nuestro planeta analítico: la APLP en la ciudad de La Plata. A la des-territorialización geográfica propia de lo virtual se circunscribe algo novedoso, el foco nuevo y elíptico en una nueva órbita que es del discurso analítico. Pero esta elipsis no se debe a la Era de la técnica con ondas de satélites y cyberespacio; sino que desde su invención freudiana el psicoanálisis cambia de centro si atiende al sujeto del inconsciente, cuando se lo detecta oculto en la cultura.
“Sur” persigue una dirección opuesta a la fascinación que provoca el brillo de los significantes amos del Norte. A partir de Lacan en El reverso del psicoanálisis, podemos traducir lo sustantivo de “Sur” como la subversión del agente en el lugar del dominio (S 1) y testimoniar del síntoma ($) de la cultura a partir de la Crítica.
Dignifica la lituraterre cuando se pueden usar los significantes amos por su reverso. Así la política de Analytica del Sur adopta como faro aquella posición de vanguardia de Oscar Masotta –paradigma deslocalizado de lo que se pierde en la era de la imagen del intelectual crítico-. Un lenguaje propuesto frente al lenguaje oficial del mismo psicoanálisis cuando apuesta a su masificación con el reiterar de la jerga y la banalización.
En este sentido, cuestionar por qué y con qué discursos de la época dialogar son planteos ineludibles para aquel psicoanálisis que se resiste a quedar absorbido o neutralizado por la cultura. En lugar de alienarse al sentido masificante de un mercado de revistas culturales,los escritos que habitan Analytica surgen desde los límites de lo no-popular, fuerzan la lengua hacia lo real, hacia aquello que no está aún nombrado.
En el libro ¿Qué es lo virtual? Pierre Levy responde que no se confunde con lo imaginario sino que lo virtual implica lo “potencial”, aquello que existe en potencia futura y produce efectos. Proviene del latín virtus que significa fuerza, potencia. La pantalla es una ventana a partir de la cual el lector explora una reserva potencial, un hipertexto, es decir esa matriz de textos, referencias y conexiones potenciales. Algunas de ellas se realizarán como resultado de la interacción con un usuario concreto. Para Levy, lo virtual sólo aparece con la entrada del sujeto en escena, al otorgar un sentido y una interpretación al texto.
Enrique Acuña en “Semblanzas reales. De los meteoros a Internet” en Resonancia y silencio homologa la potencia de la realidad virtual al inconsciente como potencia de lo no realizado, la larva que pugna por existir. Como en un psicoanálisis, la apuesta de Analytica, será precipitar en el trayecto ágil, múltiple y heterogéneo de la lectura digital un intérprete que edite un montaje singular.-