Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 10 • Octubre de 2020 •

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¿Sopa de qué? Disputas por el sentido

Julia Pernía

Miembro de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas (AAPP). Presidenta de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones (APM). Docente del Instituto Sigmund Freud (ISF).

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Andrea Mac Micking. @andremacmickingphoto

 

En pleno estallido por la proliferación del Covid-19, Pablo Amadeo editor y comunicador argentino lanza Sopa de Wuhan, una revista digital de publicación gratuita y de circulación libre en formato PDF en la que reúne interpretaciones y reflexiones sobre la coyuntura actual de distintos pensadores contemporáneos como: Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Jean Luc Nancy, Franco Bifo Berardi, Santiago López Petit, Judith Butler, Alain Badiou, David Harvey, Byung-Chul Han, Raúl Zibechi, María Galindo, Markus Gabriel, Gustavo Yáñez González, Patricia Manrique y Paul B. Preciado.

Una publicación polémica, no sólo por las disputas sobre quién se adueña del sentido del escenario abierto por el coronavirus, con las miradas sobre el presente e hipótesis sobre el futuro, sino, también por su título y dibujo de tapa, que fueron señalados por un comunicado de la Red de Diáspora China (1) como productores de un imaginario que sitúa la culpa y el origen en Wuhan (China) sirviendo, demagógicamente, al resto del mundo para descargar el malestar actual en otros. Esto llevó a que el editor extraiga la imagen de portada y toda mención a Wuhan, sumándose, además, el pedido de Judith Butler de retirar su texto de la publicación por no haber sido solicitado su permiso para la traducción y publicación.

La publicación se abre con un texto del filósofo italiano Giorgio Agamben, quien tiene dos intervenciones en este libro, donde sitúa la pandemia como una invención para utilizar el estado de excepción como paradigma normal de gobierno, acompañado por la extensión de una promoción de pánico colectivo. Expresa allí que, en pos de la salud y la seguridad pública, el gobierno da lugar a una militarización y una limitación de la libertad, limitaciones que entiende como productoras de una degeneración de las relaciones entre los hombres. En el mismo sentido, la activista boliviana María Galindo en su artículo “Desobediencia: por tu culpa voy a sobrevivir” refiere que “el coronavirus, más que una enfermedad, parece ser una forma de dictadura mundial multigubernamental policíaca y militar” (p. 120), situando que a título de una protección se extiende sin derecho a réplica, ni cuestionamiento la supresión de todas las libertades. Piensa, entonces, que la única alternativa real es repensar el contagio: cultivar el contagio, exponernos al contagio y desobedecer para sobrevivir. Es muy difícil no relacionar tales afirmaciones con los fundamentos utilizados en Argentina por ciertos sectores que se declaran «anti-cuarentena», con un discurso promovido desde los medios de comunicación hegemónicos y con las derechas inyectando odio y azotando fantasmas de desestabilización. Parece, más bien, una puesta en acto de la pulsión de muerte. Como sabemos con Freud, desde Totem y Tabú (1913), cuando una tendencia inconsciente se sustituye por un impulso consciente puede traspasar a lo social y propagarse como un mal contagioso, en tanto impulsa a la identificación.

Ahora bien, ¿Qué es la libertad? ¿A qué libertad refieren? ¿Es comparable la declaración del ASPO a un régimen dictatorial o un estado de excepción? El concepto de libertad debe pensarse articulado al de ciudadanía, no desde su estrecho sentido formal de tener derecho a portar un documento específico, sino como concepto general que aborda la relación entre la persona y el Estado, impensable sin la noción de responsabilidad pública. Entonces, ciudadanía es el concepto que permite transformar a un individuo en un sujeto político, que tiene derechos pero, también, responsabilidades en el marco de principios éticos y políticos de una comunidad democrática. Esto no implica, sin embargo, sostener la creencia de una comunidad donde el antagonismo, la división y el conflicto dejen de existir.

En este sentido, Jorge Alemán en una entrevista realizada por Petrich y Pisani (2) publicada bajo el título: “Sopa de Wuhan en boca de Dieguitos y Mafaldas”, responde a la pregunta sobre la pertinencia de revitalizar en estos tiempos el concepto peronista de comunidad organizada, del siguiente modo: “Por supuesto que nos sería muy útil el concepto de comunidad organizada, está formulada en el año 49, en un contexto en donde Perón critica la insectificación colectiva del comunismo y el individualismo posesivo del capitalismo (…). A la vez, la comunidad es un espectro, hay que siempre entender que hay que mantener una tensión interna entre tres términos: Estado, Sociedad y Comunidad” (s.p).

Entonces, entiendo que apelar al principio de libertad para sostener un “yo sin impedimentos” es estéril políticamente porque supone pensar las necesidades y capacidades de los individuos como si fueran independientes de cualquier condición social y política inmediata. Dando un paso más, es pertinente considerar, como plantea Enrique Acuña en “Políticas: Del híbrido capitalista y retornos”, entre la sociedad y sus individuos, en su intervalo, al inconsciente para un sujeto de lenguaje provocado por la imposibilidad de nombrar el “sí mismo”.  Es posible hipotetizar que en el terreno del inconsciente: la acefalía de la pulsión, la sorpresa del trauma y el determinismo significante como automaton, son nombres de límites a la libertad. Habría que ver qué concepto de libertad se puede deducir de la experiencia analítica.

Volviendo a Sopa de Wuhan. En su artículo “Aprendiendo del virus” Paul Preciado desarrolla que el Covid-19 ha legitimado y extendido prácticas estatales de biovigilancia y control digital normalizándolas y haciéndolas necesarias para mantener una idea de la inmunidad. Confinamiento domiciliario, énfasis puesto en la detección individual del virus a través de la multiplicación de tests y de la vigilancia digital constante y estricta de los enfermos a través de sus dispositivos informáticos móviles son tipos de tecnologías biopolíticas distintas que diferentes países han tomado frente a la extensión de la Covid-19. Para Preciado, no se trata de la idea de que el virus sea una invención de laboratorio o un plan maquiavélico para extender políticas todavía más autoritarias, sino que el virus actúa a “nuestra imagen y semejanza, no hace más que replicar, materializar, intensificar y extender a toda la población, las formas dominantes de gestión biopolítica y necropolítica que ya estaban trabajando sobre el territorio nacional y sus límites” (p. 168).

La batalla por el sentido continúa. Mientras que Zizek propone que el virus será un golpe mortal al capitalismo, Chul Han interpreta que el virus nos aísla e individualiza, que no genera ningún sentimiento colectivo fuerte sino un cada quien con su propia supervivencia en una cultura donde la digitalización suprime la negatividad de la resistencia.

¿Producirá la pandemia un estallido del capitalismo? Aquí lecturas colectivas que llevamos a cabo en el módulo de investigación «Actualidad de la Clínica – Respuestas a lo Contemporáneo-» con la orientación de Christian Gómez. Si seguimos las cuatro expresiones modales aristotélicas, no hay nada necesario (aquello que es imposible que no llegue a ser) que permita suponer una transformación. La transformación es contingente: como posibilidad de que algo sea o posibilidad de que algo no sea. Lo sabremos a partir de sus efectos, no antes.

Como señala Christian Gómez (3), Freud, en el contexto social de su obra: periodo de entre-guerras y la pandemia de gripe de 1918, pasa de un optimismo de la capacidad humana para pacificar la realidad a un pesimismo de constatar que la trama misma de la cultura encierra la causa del sufrimiento a la vez que resulta impotente ante la naturaleza sin ley. El pesimismo psicoanalítico no implica, no obstante, el silencio cómplice y neutral frente al desorden del mundo, sino la advertencia de un real del que estamos siempre un paso atrás. Esto permite suponer que no hay discurso que pueda captarlo todo pero que el inconsciente es más sensible a un proyecto político inclusivo (al cual le retorna como síntoma) que al neoliberalismo y su modelado de subjetividad que intenta suturar la falta en ser constitutiva del sujeto a través de objetos listos para consumir.

El discurso Capitalista, a diferencia del discurso del Amo, produce un cortocircuito. Enrique Acuña señala: “Ahora el Sujeto ($), no tiene ninguna imposibilidad lógica de acceder a la verdad, niega entonces esa castración y consume el objeto, ($ ← a). Se engolosina en su festín al extremo que se fagocita a sí mismo como un “consumidor consumido” (4). Entonces, el discurso capitalista no sigue la orientación general de los otros cuatro discursos desarrollados por Lacan, ya que hay un cortocircuito, un atajo, que rechaza ir hacia la imposibilidad de la verdad. Aunque “locamente astuto”, este discurso está destinado a estallar. Ahora, cuándo y cómo es impredecible, es difícil situar el fin del capitalismo aunque ello no implica desestimar la posibilidad de invención de una política distinta.

Jorge Alemán sitúa: “Reinventar un justicialismo del siglo XXI socialista en la distribución del ingreso, soberano con respecto a las experiencias de lo común: el medio ambiente, la salud pública y la educación y que sepa radicalizar la democracia esquivando las derivas neofascistas que, ahora más que nunca, disputan el sentido de la experiencia de la Patria y el Otro que la sostiene.”

De esto se deduce, siguiendo a Éric Laurent en “El analista ciudadano” (6) , que el lugar del analista en los tiempos que corren no es el del intelectual crítico que “no tiene ningún ideal, que llega a borrarse, que es tan sólo un vacío ambulante, que no cree en nada”. Esa posición estimuló cierto ideal de marginalización social del análisis, un ideal de analista concebido como el que no sirve para nada, salvo para esa posición de denuncia de todos los que sirven para algo, ironiza Laurent. Si nos quedamos allí, nuestro papel histórico ha terminado. Hay una comunidad de intereses entre el discurso analítico y la democracia.

Frente a la bomba de la aparición de la pandemia del Covid – 19, se trata de esperar, también, los efectos del uno por uno, entendiendo que la pandemia, en lo real, afecta la subjetividad pero impacta de manera diferente en cada sujeto, pero angustia sólo si toca un real pulsional en un fuera de tiempo. Allí el psicoanálisis conduce a cada uno, en la experiencia de la cura, a encontrarle a ese mal que habita en cada uno, el goce, una forma más humana y vivible. ¿Cómo pensar las lógicas comunitarias desde el psicoanálisis? Pregunta de investigación para continuar.-

 

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Escrito a partir de lecturas enmarcadas en el módulo de investigación: «Actualidad de la Clínica –respuestas a lo contemporáneo–». Responsable: Christian Gómez. Coordinadora: Julia Pernía. Asesor: Enrique Acuña

Notas:

(1) Fuente: https://sites.google.com/view/comunicadosopadewuhan/comunicado

(2) Fuente: https://www.agenciapacourondo.com.ar/cultura/sopa-de-wuhan-en-boca-de-dieguitos-y-mafaldas

(3) Gómez, Christian: “Comunidad y segregación –el inconsciente en el siglo XXI–”. Revista Psicoanalítica Al Sesgo, Año 0, Número 1, diciembre de 2014.

(4) Acuña, Enrique: “El capitalismo se realiza en el consumo del sujeto”. En Revista Virtual Analytica del Sur – Psicoanálisis y Crítica, Edición N°6, 2017.

(5) Entrevista: Interrogantes y conjeturas sobre la pandemia del S. XXI. 2020, pp. 201-202.

(6) Laurent, Éric: “El analista ciudadano”. En Psicoanálisis y salud mental, Editorial Tres Haches, 2000.

Bibliografía:

• Acuña, Enrique: “El capitalismo se realiza en el consumo del sujeto».  En Revista Virtual Analytica del Sur – Psicoanálisis y Crítica. Edición N°6, 2017.

• Acuña, Enrique: “Políticas: Del híbrido capitalista y retornos”. Revista Anamorfosis, Año V – N°5, 1998.

• Alemán, Jorge: «Interrogantes y conjeturas sobre la pandemia del S. XXI.» Entrevista. «El futuro después del Covid-19, Argentina Futura, Grimson Alejandro (comp.), Presidencia de la Nación, 2020.

• Amadeo, Pablo: (comp.) Sopa de Wuhan. Pensamiento Contemporáneo en Tiempos de Pandemia,Editorial ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio).

• Freud, Sigmund: «Totem y Tabú»(1913), Obras Completas, Volumen 13, Buenos Aires, Biblioteca Nueva, 2017.

• Gómez,  Christian: «Comunidad y segregación – el inconsciente en el siglo XXI-«. Revista Psicoanalítica Al Sesgo, Año 0, Número 1, Asunción, Paraguay, diciembre de 2014.

• Laurent, Éric: «El analista ciudadano». En Psicoanálisis y salud mental, Editorial Tres Haches, 2000.

• Sobre la portada «Sopa de Wuhan»: Comunicado para ASPO (editorial) y Pablo Amadeo (editor) (1 de abril de 2020). Recuperado de: https://sites.google.com/view/comunicadosopadewuhan/comunicado

• «Sopa de Wuhan en boca de Dieguitos y Mafaldas» (3 de mayo de 2020). Entrevista a Dora Barrancos, Jorge Alemán, María Pía López y Horacio González. Por Norman Petrich y Agustín Pisani. Agencia Paco Urondo. Recuperado de: https://www.agenciapacourondo.com.ar/cultura/sopa-de-wuhan-en-boca-de-dieguitos-y-mafaldas

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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