Psicoanálisis, una respuesta al impasse de la civilización

Sumergirse en un nuevo número de Analytica del Sur renueva la apuesta por un psicoanálisis como síntoma de lo que no anda en la civilización con la consecuente des-articulación del Otro de la cultura. Lacan en “La Tercera” da una respuesta: el psicoanálisis forma parte de los objetos cotidianos del mercado pero sólo sobrevive como síntoma, estorbando al discurso dominante, sin quedar asimilado o subsumido a otra producción cultural más.

Enrique Acuña, director de esta revista, en la clase inicial de su Seminario clínico de este año en la ciudad de Buenos Aires (1), señala que sobrevive como síntoma a condición de tomar la posición de una teoría crítica; es decir el psicoanálisis es un cuerpo conceptual agujereado que interroga a la cultura desde su propio descompletamiento.

Me interesa situar a modo de prólogo a la lectura de esta nouvelle Analytica, el planteo sobre las interpretaciones que Freud y Lacan hicieron del “factor cultural” y del movimiento geopolítico de su tiempo. En ese Seminario se limitaron tres escansiones: 1-la cultura del símbolo en Sigmund Freud, 2-la teoría de la ideología (el “factor cultural”) en Lacan y 3-el multiculturalismo económico en el siglo XXI.

Freud entre los años 1927 y 1931 escribe “El porvenir de una ilusión” y “El malestar en la cultura”, atento a lo que él denomina “…el gran experimento cultural que se desarrolla hoy en el país situado entre Europa y Asia” (2) a saber, la guerra, contexto a partir del cual la cultura es definida como un conjunto de símbolos, metáforas producidas por sustituciones: se renuncia a una satisfacción pulsional y en su lugar adviene un producto socialmente valorado. Este culturalismo de Freud no es el de Lacan, sino que según el “Índice razonado” que establece Jacques-Alain Miller al final de los Escritos puede identificarse con la “teoría de la ideología”, que se aproxima a la idea del psicoanálisis como una teoría critica, al señalar cuál es la falla del ideal en juego en cada época y en un lugar determinado. Por ejemplo a la altura de “Función y campo de la palabra…” será el ideal del yo autónomo, la psicología del yo y el pattern de conductas del American Way of life.

Mientras que siguiendo a Fredric Jameson y Slavoj Zizek (3) ya no se trata en la actualidad de culturalismo sino de multiculturalismo, de dispersión y fragmentación de las identidades, el fetichismo de los particularismos que crece con la globalización y entiende a esta cultura posmoderna como pura contingencia (relativismo).

Enrique Acuña subraya para este siglo que no se trata de las metáforas logradas, ni de las alegorías como significado al modo del signo, sino de los puros significantes del relativismo cultural, producciones significantes sin significado, que promueven una noción de cultura de ficcionalidad y reino de los semblantes. La hipermodernidad apela a un texto sin historia y a un sujeto libre a las contingencias, puro rizoma en términos de Deleuze, opuesto a la necesariedad de las identificaciones. Pero su libertad se coharta ahí donde la tecnociencia lo vuelve esclavo como un consumidor-consumido que se nombra según el uso del capital y que olvida el nombre de su goce.

En este sentido, pueden encontrarse respuestas a este debate modernidad-posmodernidad en relación a la idea de sujeto en el exquisito Dossier titulado “¿Deleuze sin lacan?”. Este apartado condensa una serie de textos que en su afán por actualizar las referencias del psicoanálisis avanza hacia el postestructuralismo de la mano del filósofo francés Gilles Deleuze y el antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro en torno a esta problemática central: la pregunta por el sujeto y sus consecuencias teóricas, esforzando al psicoanálisis a definir la especificidad de su noción de inconsciente y de real en juego.

Hallarán también una vuelta al estructuralismo en la sección Dominancias a partir de la traducción de una ponencia de Lévi Strauss sobre la relación entre el mito y el ritual más la intervención posterior de Lacan en la Sociedad Francesa de Psicoanálisis. Ello en consonancia con los argumentos vertidos por Enrique Acuña en su artículo sobre lo mágico y lo religioso en rituales de la población mbya guaraní. Por su parte, Kati Alvarez en relación con la comunidad waorani en el Ecuador subraya con su crónica el impacto del Otro, del blanco en esa cultura y la dificultad para aceptar la alteridad, el otro indígena como diferencia.

Y damos la bienvenida en la sección Plus de esta publicación a RING! -El despertar de cada Uno en Red, un boletín virtual de la Red de Asociaciones Psicoanalíticas y Publicaciones Periódicas (AAPP) creada en octubre de 2015 y funcionando como caja de resonancia a lo que sucede con el psicoanálisis en los diferentes puntos geográficos que componen esa red.

Lectores, a saberse críticos entre las páginas de Analytica del Sur que sobrevive al modo del psicoanálisis sin sumarse alegremente como un objeto más a la cultura.

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(*) Algunas de las fotografías que ilustran este número de Analytica del Sur, pertenecen a Martín Gómez, Profesor de Francés. Master II Contacto de lenguas y culturas (Rouen, Francia). Programador (UNNE).Fotógrafo. Miembro de la Asociación Centro Investigación y Docencia –ACID- del Instituto Oscar Masotta, Corrientes-Chaco.

Notas: