No soy Santa Teresa, pero fundo
Psicoanalista. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Artículos escritos en las revistas Conceptual-Estudios de Psicoanálisis- y en Fri(x)iones- entre el psicoanálisis y la cultura- y en el libro Vidas Pulsionales. Bahía Blanca, Argentina.
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De la editorial de la revista Conceptual –estudios de psicoanálisis Nº11 titulada “De formaciones y universales” del año 2010, escrita por el director de esa publicación, Enrique Acuña, podemos leer el siguiente texto:
“Argentina de Bicentenario nos invita a situar esa breve historia del Centenario del psicoanálisis desde que su inventor, Sigmund Freud capta el inconsciente como nuevo saber, una perla que desembarca al Río de la Plata en ese barco que fluctúa pero no se hunde. Con sucesivos intercambios esa moneda simbólica se desgasta, cambia su valor, incorporada al mercado como síntoma de la cultura local. Pasado el momento de difusión, el alivio de la cura por palabras, la alegría de lo inconsciente, Freud se asegura la persistencia de la formación de los analistas por la fundación de una Asociación. Ese mismo acto se hace en la Escuela de Jacques Lacan, y entre nuestras parodias verdaderas recordemos el gesto de Oscar Masotta: No soy santa Teresa, pero fundo”.
Se desprenden de este párrafo algunos ejes de su enseñanza que entiendo funcionaban para Enrique Acuña como una brújula a la hora de orientar sus movimientos estratégicos en las diferentes coyunturas en las que decidía hacer existir al psicoanálisis. Aprendimos con él que, para que sobreviva el psicoanálisis en la época actual de alianza de la ciencia y el mercado -y siguiendo a Lacan en “La Tercera”- es necesario preservar su lugar de síntoma en la cultura, para permanecer como extraterritorial. Se trataba cada vez de situar al psicoanálisis a contrapelo de los significantes amos y de las masas analíticas y a distancia de reducirlo a ser un objeto más de consumo, imprimiendo de este modo a su estilo de transmisión una tonalidad original y disruptiva, vanguardista en términos de Masotta, que convocaba a ponerse a trabajar.
En estas líneas seleccionadas de la editorial y para hablar de las incidencias de la enseñanza de Enrique Acuña en cada uno, destaco su filiación a aquel legado freudiano del psicoanálisis sostenido sobre un trípode. Por un lado, la teoría aludida allí por el termino de difusión; por otro, la clínica a partir de la alegría de lo inconsciente y el alivio de la cura por las palabras y en tercer término, la institución ligada a la formación de los analistas. Lacan también tuvo su Asociación e inventó su Escuela y a continuación, dice allí Enrique: “(…) nuestras parodias verdaderas que recuerdan el gesto de Masotta: ‘no soy santa Teresa pero fundo’ (…)”, inscribiéndose él mismo en esa serie de nombres propios que reconoce como precursores a Oscar Masotta y Germán García. Hoy por hoy, las diferentes asociaciones, bibliotecas y publicaciones presentes en esta Mesa Redonda somos consecuencia de esa política fundacional entusiasta. La Biblioteca Freudiana de Bahía Blanca fue parte de ese programa de acciones, resultado de una pragmática de su deseo que se verifica en sus fundaciones y formaciones.
Porque no hay formación analítica sino formaciones del inconsciente, es decir, análisis, repetía Enrique Acuña, la formación se hace a partir del síntoma de quien lleva un saber no sabido que divide al sujeto; no se trata de información técnica sino de la revelación de una verdad.
Si un análisis conduce a una formación, “los analistas no pueden ausentarse de articular los modos de producción de ese saber con los modos de organización. Son sus fundaciones las que permiten transmitir ese relámpago de la verdad” (1) enfatizando ese anudamiento necesario entre teoría, pratica y política como tres términos que no pueden pensarse disociados porque no son uno sin el otro.
De manera que lejos de pensar que habría una disyunción entre la práctica y la política, idea que consideraba que era bastante generalizada y transmitida por ejemplo desde la universidad, la política más bien está en el núcleo mismo de la práctica y de eso atestiguan los grupos analíticos dirigidos y asesorados por su impronta, signada por un deseo decidido de fundar, investigar, enseñar, editar, publicar lo que en algún momento llamó sus antídotos contra-fracaso.
Y esa apuesta continúa.
Notas:
(1) Acuña, Enrique: “Situación platense –un fantasma ‘pasa’”. En Conceptual-estudios de psicoanálisis-, Nº 15. La Plata, 2014.