Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 2 • Diciembre de 2014 •

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Marija Gimbutas (1921-1994) y los restos de la “Vieja Europa”

Del fraude y la censura científica al vaciamiento de contenidos educativos de ciencias en Argentina.

Alejandro M. Drewes

Profesor Titular (UNSAM y UNDAV). Investigador del centro de Estudios Históricos "José Babini" (UNSAM). Doctor en Química (UAB, Barcelona). Co-director del Centro de Estudios Poéticos “Alétheia”, con la Dra. Graciela Maturo (2009-2014). Miembro del staff editorial de la Revista Kairós de Estudios Culturales del Nuevo Mundo, revistakairosnm.blogspot.com.ar/ Miembro Honorario de World Poets Society (Grecia). Traductor de poesía (alemán y lenguas nórdicas).

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Sergio San Martín
Escultura en metal.
www.sanmartinesculturas.com.ar

Nos proponemos dar cuenta en forma sumaria de datos científicos (arqueológicos) emergentes de las investigaciones de Marija Gimbutas (Lituania, 1921-1994); Joseph Campbell, James Mellaart, Josu Naberan y otros, acerca de la existencia de una civilización, para la que Gimbutas acuña el término de Vieja Europa (Old Europe), cultura única en sus características de conformar sociedades de tipo maternal, con roles equiparados para mujeres y hombres y absolutamente pacíficas, extendida entre el 7.000 a.C. y el 3.500 a.C. por el territorio mediterráneo y central europeo (Danubio Medio). Esta estructura de la Vieja Europa pone en entredicho los fundamentos mismos del actual statu quo del patriarcado en tanto soporte del imperialismo global basados en la violencia y el racismo de género como supuestos “valores” naturalizados en nuestra cultura occidental.

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Acerca de la Vieja Europa y el culto de la Diosa

La característica distintiva citada de las sociedades de la Vieja Europa, del todo diferenciante y opuesta al resto de las civilizaciones conocidas previas y posteriores –conquistadoras y guerreras, con estructuras patriarcales o eventualmente matriarcales, como la civilización minoica-, era su estructura maternal, con roles sociales equiparados para mujeres y hombres; absolutamente pacíficas, y centradas en el cuidado de los hijos y con producciones culturales sofisticadas en oro, hueso, cerámicas y otros materiales; cuyas cosmogonías y deidades eran en forma absolutamente predominante diosas, con variadas figuraciones, como la de la Diosa-Pájaro o la Diosa-Serpiente; el culto a la Luna y a las aguas, entre muchos otros (Gimbutas, M. 2013); a todas las cuales, para simplificar y por razones de brevedad, nos referiremos en adelante como “el culto a la Diosa”.

La teoría de Gimbutas presenta un aspecto especialmente crítico, que son sus consideraciones acerca de la ideología y la estructura y organización social de esta civilización, origen de los pueblos indoeuropeos y precedente de la cultura minoica. De hecho, indica en el original (Gimbutas, 1974, pp. 9) que la “Vieja Europa” tenía:

una estructura matrifocal y probablemente matrilineal, agrícola y sedentaria, igualitaria y pacífica

conclusión acerca de un antecedente histórico-antropológico de igualación social de estatus de género que por un lado converge al análisis de Marx (Marx, 1968) sobre la relación de la equiparación de género con el nivel de cultura de una sociedad (ver por ejemplo el ensayo de Rodrigo Martínez [Martínez, 1991[1]] y por otro, plantea de cara al presente un muy serio cuestionamiento al grave problema actual de agenda de género –y consiguiente discriminación social, laboral, educativa, etc. de la mujer-.

Por otra parte, en la misma fuente y sus referencias se cita como otro antecedente que la información e investigaciones científicas posteriores han silenciado y/o tergiversado la existencia, entre el Paleolítico y el Neolítico, de acuerdo a la teoría del Mutterrecht de Bachhofen, de una ginecocracia igualitaria, libertaria y pacifista basada en el culto a una (diosa) madre telúrica (tellurischeUrmutter).

La destrucción de la civilización de la Vieja Europa a partir del año 4.000 a.C. por invasión de tribus de pastores guerreros y nómades indoeuropeos, de origen ruso y ucraniano, llevaría gradualmente a la sustitución del culto a la Diosa por el culto a deidades solares y masculinas; y en última instancia, el culto al Padre, integrado a la compleja construcción del cristianismo, en el marco de las sociedades patriarcales occidentales premodernas.

Tergiversación y fraude en la comunicación pública de la información arqueológica sobre la “Vieja Europa” y sus antecedentes

Las instituciones científicas, desde su conformación inicial, -casos de la Royal Society y de la Royal Academie des Sciences, fundadas en 1666-, hasta la actualidad, han mantenido históricamente relaciones de interacción y dependencia complejas con la industria, los gobiernos y con el Estado, en cuanto al sostenimiento y orientación de sus proyectos de investigación –caso de los viajes de descubrimiento en los siglos XVI a XVIII-; lo cual supuso una toma de conciencia de la comunidad científica en la modernidad sobre la necesidad de darle una forma específica y eficaz a la comunicación pública de sus resultados. Esto ha llevado desde las últimas décadas del siglo XIX al desarrollo de la divulgación científica –en primer lugar en los periódicos de la época- como mediador por excelencia para la construcción de una imagen pública de la ciencia y la tecnología que transcurriría en paralelo a los primeros desarrollos sistemáticos del curriculum en EE.UU., especialmente en lo que nos interesa, en el área de ciencias, extendiéndose en sus orientaciones ideológicas y en cuanto a su formato de sujeto pedagógico (Puiggrós, 1990) a la Argentina desde la legislación educativa complementaria a la Ley 1420 (1884) en adelante.

En este sentido, ha sido una constante a lo largo del siglo XX y en especial desde la segunda posguerra, la conformación de una alianza entre Estados, multinacionales e instituciones científicas, en pro de la defensa de intereses corporativos y –sobre todo- de las multimillonarias unidades de negocios desarrolladas al amparo de los mismos.

Si bien la biotecnología ha sido la estrella en materia de la vigilancia y los procesos de corrección a los científicos que han intentado denunciar esta oscura trama de juegos de poder y mega finanzas globales (i.e: caso Pusztai, y cantidad de informes científicos silenciados por la industria, http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/03/12/estudios-cientificos-que-han-sido-silenciados-por-la-industria-biotecnologica/), otras disciplinas incluida la Arqueología, no han sido para nada ajenas a este tipo de manipulaciones de la información pública y de discurso. En efecto, como puntualiza E. F. Legner, investigador de la University of California–Riverside en (Legner, 2006, Trouble in Utopia, parágrafo 5, in fine):

Obviously the Goddess’ way of life had collapsed in Mesopotamia and patriarchy had taken over, although the priestesses were still very much in evidence. It would be many years in the future before a philosophy would be developed which was able to organize and execute a devastating attack on literally all aspects of the Goddess.

donde hace referencia a la supervivencia del culto a la Diosa (en sus variadas formas), luego de la invasión y destrucción gradual de la “Vieja Europa” por parte de los pueblos pastores y guerreros ya citados en torno al cuarto milenio antes de la era cristiana. Y en la parte final, se enfoca a la “filosofía” (moderna) que habría efectuado su ataque devastador sobre todos los aspectos del culto a la Diosa.

Y –nos permitimos agregar, a partir de la información disponible en literatura- que este ataque no se ha limitado en absoluto al culto a la Diosa sino que ese ataque continúa y sigue siendo dirigido sobre la propia naturaleza de la ginecocracia de las sociedades de la “Vieja Europa”, que Gimbutas y otros arqueólogos infieren del examen riguroso de miles de muestras de artesanía, alfarería y restos de ciudades investigados en diversas excavaciones así como de los antecedentes citados de dichas investigaciones.

Por ejemplo, podemos ver en Arqueoweb[2], revista científica especializada en Arqueología de la Universidad Central de Madrid, cómo se presenta una serie de trabajos de investigación que parten del hecho flagrante de falsear la tesis original citada anteriormente de Bachhofen (1861), asociando la misma no a la existencia de sociedades maternales, sino matriarcales.

Huelga decir que la intención es clara, y apunta a imponer al público –y al resto de la comunidad científica-, la supuesta inexistencia histórica de sociedades maternales, pacíficas y con un importante desarrollo artístico; con la negación consecuente de la persistencia del culto a la Diosa y –en forma destacada-, su transfiguración dentro de la teología cristiana en la figura de María –o la antigua Shekinah judía. En conexión con esto, otro seudo argumento “científico” invocado por diversos académicos, reside en identificar el culto a la Diosa y los resultados sobre los restos arqueológicos de la “Vieja Europa” con los (despreciados) movimientos “neopaganos” y con la ideología de la llamada New Age. Dejando de lado perversamente el hecho de que se trata de resultados de investigaciones científicas realizadas a lo largo de varias décadas por una serie de arqueólogos de renombre internacional, comenzando por la propia Marija Gimbutas y siguiendo por James Mellaart, Josu Naberan o Martha Moia, o Casilda Rodrigáñez Bustos.

Justamente esta última investigadora, en un artículo citado en un ensayo de Martha Moia[3], dice al respecto:

En contra del (M)uttertum (Bachhofen) y de la reproducción grupal, se instaura el concepto de linaje, de relación vertical individual, y se fijan las reglas de la jerarquía familiar, de la transmisión individual y vertical de la propiedad, etc.; el hijo no es la criatura de las entrañas que pertenece (en sentido de procedencia por lugar físico) al grupo de la madre, sino el filium, el que es elegido porque sigue al padre. En la familia patriarcal la madre pertenece al padre, y esa pertenencia es con sentido de propiedad, y su destino es reconocerle como su superior y seguir sus órdenes, heredar sus bienes y seguir el desarrollo del patrimonio.

Acerca del vaciamiento de contenidos de ciencia en el curriculum argentino

Sin duda la más efectiva de las armas que ha esgrimido a lo largo de la Historia la comunidad científica ha sido el control sobre el perfil y orientaciones de los contenidos educativos. En Argentina, es reconocible una larga secuela desde la Ley 1.420, de contenidos de ciencia sometidos a control riguroso, en algunos casos por parte de la Iglesia -caso de la eliminación de contenidos relativos a la teoría de la Evolución de Darwin en Universidades y circuitos de educación superior controlados por los jesuitas hasta 1918-, y con mayor continuidad por parte de miembros destacados de la comunidad científica actuando como asesores/orientadores expertos, convocados para la selección y orientación “adecuada” de los contenidos científicos en programas educativos oficiales para la educación básica.

De la LFE (1993) en adelante, dicho asesoramiento experto se ha combinado con las decisiones de tecnócratas neoliberales, que llegaron en su momento a presidir el Ministerio de Educación durante el menemismo (caso de J. Llach).

Esta acción conjunta de actores político-educativos, que por cierto se extiende a la actual Ley Nacional de Educación vigente, refleja una alianza de intereses que sería extenso analizar aquí pero que en suma convergen a dar cuenta del actual estado de vaciamiento de contenidos científicos en el curriculum, en el siguiente sentido:

• Ausencia importante de fundamentaciones actuales (socio-antropológicas), acerca de la ciencia como constructo social e ideológico y del rol del científico como “actor red” (Latour, 2008), implicado en una compleja trama de transacciones (incluso económicas) entre centros de investigación privados y públicos, laboratorios, Estado y comunidad.

• Presupuestos de ciencia neutra (“objetiva”) y de ciencia sin sujeto, afines a concepciones epistemológicas históricamente invalidadas, superadas y anacrónicas sobre la ciencia, en especial la de Mario Bunge (Bunge, 2002).

 • Ausencia de una agenda de género para la educación básica, incorporando valores centrados en la búsqueda de equiparación de roles sociales, de retribuciones laborales por cargos equivalentes y otras.

Todas las indefiniciones y omisiones que podemos reconocer en estos tres aspectos del curriculum de ciencias responden a su modelo generativo y reproductivo patriarcal que continúa validando por exclusión y omisión el racismo de género y sigue siendo consistente con aspectos de las instituciones educativas nacionales como “Aparatos Ideológicos de Estado” (AIEs) en el sentido de Althusser, y con la formación de habitus sobre las representaciones sociales de género en el sentido de Bourdieu.

Casi sobra agregar que el adoctrinamiento de una sociedad desde los estratégicos contenidos de ciencias de su educación básica sobre la base de semejantes (dis)valores es absolutamente connivente a la actual consolidación ideológica y material del patriarcado a nivel local y global.

Es harto relevante aquí destacar, en consonancia con lo anterior, que los contenidos del curriculum de ciencias, sus orientaciones y la selección “racional” de los mismos que expresan los contenidos de cada Reforma desde la LFE 24.195 (1993) en adelante y hasta la fecha en la actual Ley Nacional de Educación (2006), en el caso del área de ciencias, ha sido realizada bajo control y vigilancia –en el sentido foucoultiano-, por científicos y tecnócratas. Entre otros aspectos de graves implicaciones, estos han asegurado hasta la fecha la organización de unos contenidos de ciencias en la educación básica y superior a la medida de los intereses de la corporación científico-tecnológica, perfectamente integrada y consustancial a un modelo de sociedad cerradamente patriarcal, en la cual los valores de lo femenino –el cuidado de los hijos, la preservación de la vida, la conformación de una sociedad armónica y pacífica y la sostenibilidad ambiental centralmente-, colisionan en forma absoluta con los seudovalores instalados por el patriarcado y el imperio del “macho”: la “cultura” de la guerra a escala global, la violencia indiscriminada en todas sus formas, el racismo, etc.

Por lo mismo, los valores distintivos de lo femenino han sido tergiversados y/o borrados por los estereotipos mediáticos y publicitarios, dado que estos seudovalores y su sostenimiento a toda costa son indispensables para el adoctrinamiento social masivo, la formación de habitus de género y la consecución como objetivo de sociedades dóciles al ejercicio de la voluntad de poder del imperialismo global, actuando en países centrales y periféricos.

Conclusiones

1- De la breve síntesis anterior, y en base a la extensa información científica y divulgativa disponible, de cuyo corpus nos hemos limitado a extractar algunas referencias que consideramos centrales, surgen a nuestro criterio las cuestiones que recogemos en los ítems 2 y siguientes, como materia de investigación y denuncia urgente, dada la extrema gravedad de la situación global y la seria amenaza que representan, en términos de racismo de género; discriminación laboral (varones sobre mujeres); en términos de agenda ambiental y de manipulación de información sobre guerras globales –entre varias otras cuestiones- las instancias y actores globales y locales que operan específicamente para la continuidad y justificación del patriarcado.

2- Consideramos indispensable a ese respecto destacar la necesidad de superar la brutal censura editorial y mediática acerca de los resultados de la investigación arqueológica sobre las sociedades maternales de la “Vieja Europa” de Marija Gimbutas y la difusión de la obra y resultados de investigación de sus continuadores dentro de disciplinas que van desde las ciencias biológicas a la Sociología y la Antropología, en especial de los trabajos de científicos en actividad Casilda Rodrigáñez Bustos, Martha Moiao Josu Naberan (Naberan, 2001).

3- Asimismo, resulta igualmente urgente a nuestro criterio la incorporación de estos documentos acerca de la revolución arqueológica de la “Vieja Europa” a los contenidos de los diseños curriculares locales de educación básica y superior, de los que hasta el presente están virtualmente ausentes. Según la experiencia de nuestro colectivo de investigadores y activistas[4], los mismos son desconocidos para la mayor parte de los investigadores (sociólogos y antropólogos) en actividad, contribuyendo de esa manera a atenuar / revertir los efectos de una educación en ciencias que sigue asumiendo características reproductivas, sobre constructos ideológicos de ciencia claramente patriarcales, cuya continuidad sin cambios supone avalar el actual statu quo de devastación ambiental a cargo de unidades de negocios entre gobiernos y multinacionales, racismo y discriminación de género y guerras globales para el control de recursos naturales estratégicos por parte de las potencias que hoy se disputan –y claramente a nivel local en Argentina [5] – el control hegemónico del planeta.

4- Lo anterior conlleva un trabajo de investigación y denuncia sistemático acerca del gigantesco operativo de censura sobre los resultados de investigación de Gimbutas y sus continuadores, de parte de la Academia científica y de las editoriales. En una época como la actual, en la que asistimos, en Oriente y Occidente, a todo tipo de crímenes y agresiones brutales contra la mujer; y donde impera sin embargo en Argentina y otros países un discurso educativo y político oficial de inclusión, que según observamos, lejos está de haberse expresado en la toma de decisiones educativas y sociales concretas e involucrado con la urgencia perentoria en la atención a la agenda de género, tal como relevan los informes recientes de UNESCO, avalados con datos estadísticos del INDEC, que muestran[6] una desastrosa situación de desigualdad en contra de la mujer en el campo laboral.

Notas:

1- Martínez. R: “Marija Gimbutas y las diosas de la Vieja Europa”, Debate Feminista, 4, setiembre 1991, pp. 357-365, http://www.debatefeminista.com/PDF/Articulos/marija996.pdf

2- En el sitio http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/7-2/rodriguez.pdf

3- “La Vieja Europa: de la matrística a los imperios patriarcales”,

https://disiciencia.wordpress.com/2012/02/26/la-vieja-europa-de-la-matristica-a-los-imperios-patriarcales-2/

4- Colectivo “El Fracaso del Patriarcado”: https://es-es.facebook.com/elfracasodelpatriarcado

5- Ver por ejemplo los casos de NIDERA y NOBLE, en el artículo:

http://sl24.com.ar/2014/04/los-chinos-se-quedan-con-otro-puerto-de-la-region/

6-  Ver por ejemplo el análisis del tema desarrollado en el siguiente informe de Universia: http://noticias.universia.com.ar/en-portada/noticia/2014/03/06/1086023/unesco-educacion-reduce-desigualdades-genero.html )

Bibliografía:

• Bunge, M.: Epistemología, Siglo XXI Eds., 3ra. ed., Buenos Aires, 2002.

• Gimbutas, M.: Diosas y dioses de la Vieja Europa (7.000-3.500 a.C), Ed. Siruela, col. El Árbol del Paraíso, Madrid, 2013. http://www.siruela.com/archivos/fragmentos/Diosasydioses1.pdf  (Edición original: The gods and goddesses of Old Europe: 70000-3.500 BC.Berkeley- Los Angeles, University of California Press, 1974.)

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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