Las adolescentes y la prostitución
Condicionamiento social y/o elección subjetiva
Psicoanalista. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, Escuela de la Orientación Lacaniana. Doctora en Psicología y Directora de Carrera en la especialización Clínica Psicoanalítica con Adultos. Universidad Nacional de La Plata (UNLP) (Argentina).
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Desnudo bajando una escalera nº2
1912, óleo sobre lienzo, 146- 89 cm . Philadelphia Museum of Art
El problema de la adolescencia ha sido abordado por numerosos autores del campo de la sociología, antropología, incluso de la psicología desde una perspectiva socio-histórica, que acentúa su carácter relativo a la cultura en la cual se inscribe. Razón por la cual, se dedican a cuestionar los desarrollos que han surgido desde diferentes corrientes del psicoanálisis a partir de Freud con su ensayo acerca de “La metamorfosis de la pubertad” y otros textos.
Las diversas manifestaciones que se presentan en esta época de la vida, y que se hacen evidentes en algunos, nos ofrecen un verdadero desafío para la articulación necesaria entre el contexto de la cultura y los efectos subjetivos. Es importante realizar una articulación advertida de los riesgos de caer en interpretaciones lineales, que dejan de lado la dimensión del sujeto y las condiciones que enmarcan sus respuestas; desconociendo las diferencias entre condiciones y causas. Razón por cual, me ha parecido pertinente poner en tensión dos obras artísticas de un mismo fenómeno desde perspectivas muy diferentes, que introducen interrogantes de interés para el psicoanálisis.
I
Para introducir el libro de Murakami Ryu, a partir del cual se filmó una película (1), me resultó interesante inicialmente introducir lo que escribe un periodista argentino sobre su viaje a Japón: “Lo que trato de comprender es por qué quedé tan deslumbrado con el país, no solo que no vi pobres, que todo funciona, que los transportes públicos son perfectos, que nadie grita, que se visten bien, que son altos, que los autos no hacen ruido ni tocan bocina, que la gente es amable que hasta da pudor, que no hay papeles en el piso y tampoco restos de basura. Milagro. Que no hay robos, ni asesinatos, ni violaciones. Pero no puede ser solo esto.”
Esta mirada superficial, que sin embargo vacila al final y relativiza su entusiasmo, nos permite concluir con la frase de Octavio Paz: “La mucha luz es como la mucha sombra, no deja ver.” Particularmente, agregamos, si consideramos los diversos libros de Murakami, quien se ha dedicado a criticar dura y sistemáticamente a la sociedad japonesa, subrayando la pérdida de valores que la caracteriza, la soledad entre los individuos, las relaciones vaciadas de contenido, y el frenesí del hiperconsumo que según el escritor parece resultar de un intento por mantener el desconocimiento de lo que ha ocurrido con un país cuya sociedad ha perdido objetivos comunes, una vez que la modernización ha sido alcanzada y se encuentra sin nuevos valores que permitan orientar su existencia.
El capitalismo, en su máxima expresión, tiene como corolario la caída de los ideales tradicionales y los japoneses no han logrado crear nada nuevo, aunque según el autor, continúan creyendo que siguen viviendo para un objetivo común. Por esta razón, según Murakami, la única manera de creer en su propia identidad es a través del hiperconsumo: “La presión del consumo ha llegado a ser tan fuerte que debe ser satisfecha a cualquier precio.” En este contexto, se inscribe la historia que relata en su obra Love and Pop, en la que nos ofrece una cuidadosa descripción de la prostitución frecuente de adolescentes mujeres en Japón. Según Murakami, los adolescentes solo repiten, en cierta medida, lo que muestran los adultos: el valor de los objetos de consumo, orientados por las marcas reconocidas en el mercado.
Si nos centramos en Love and Pop, no se trata de una marca especial lo que fascina al personaje central de la novela, llamada Hiromi, sino un anillo de topacio que tiene que conseguir y comprar, pero no cuenta con el dinero suficiente. Hiromi participa en una actividad muy común en los grupos de chicas japonesas: por medio del celular se relacionan con hombres que solicitan acompañantes, y así obtienen el dinero necesario para hacer sus compras. Algunas de sus amigas llegan hasta el final, o sea tienen relaciones sexuales con los desconocidos que las solicitan y consiguen más dinero, pero Hiromi nunca lo ha hecho; pero ahora ha llegado el momento en el que necesita hacerlo ya que no puede dejar de tener esa joya.
Sin embargo, expresa cierto temor y le surgen preguntas: “¿Está mal hacer esto?”, “¿Por qué no lo voy a hacer si mis amigas lo hacen?”, “¿Qué me impide hacerlo?” “Acostarse con un desconocido, ¿qué problema puede haber?” Preguntas que quedan sin respuesta, no las encuentra en ningún lugar, la televisión y la radio no ofrecen información al respecto. Cada vez más siente la presión de su necesidad de conseguir ese anillo, y finalmente decide dar el gran paso para tener el dinero suficiente para comprarlo. Después de un primer encuentro con un desconocido, se sucede un segundo, que de entrada resulta algo extraño, ya que el hombre está acompañado de un peluche cuya función no puede descubrir. Le ordena que se desnude y después que ella obedece sus órdenes y queda desnuda, comienza a insultarla, amenazarla y maltratarla. A pesar del carácter grotesco de la escena, que está planteada como pudiendo conducir a la agresión homicida, el desconocido se detiene y exclama: “Cuando estás desnuda como tú lo estás en este momento, hay alguien que se está por morir de tristeza.” Luego deja la escena, renunciando al sexo y al crimen; Hiromi queda devastada, no tanto por la ferocidad que ha manifestado el hombre, sino por la frase que ha escuchado y que otorga otra dimensión a su desnudez.
El final de este relato ha dado lugar a comentarios críticos que cuestionan al autor porque parece querer dar ciertas esperanzas al lector, a diferencia del carácter sombrío con el que terminan generalmente sus otras obras. Después de la huida del hotel, se produce el encuentro de la joven con un nuevo personaje que comienza un diálogo con ella, le hace confidencias personales y a su vez le muestra la estupidez de su decisión de prostituirse. Sin embargo también logra reconfortarla, particularmente cuando le dice que no debe venderse por tan poco, que ella tiene su propio valor. La joven parece haber recuperado algo de su tranquilidad después de escucharlo y este final parece alejar a Hiromi del camino que había iniciado.
Nos queda agregar, para finalizar esta primera parte de la exposición, que resulta sin embargo curioso que Murakami exprese, en una entrevista con el escritor americano Steve Erikson, una reflexión que nos resulta contradictoria con las consideraciones que hemos mencionado anteriormente sobre la prostitución adolescente como en continuidad con el hiperconsumo de los adultos, o sea como un medio de conseguir dinero para satisfacer su adicción a las compras. Afirma Murakami: “Los jóvenes sienten esta decepción, esta hipocresía (de los adultos) y esto las ha llevado a la prostitución. Las jóvenes que se prostituyen, inconscientemente intentan rebelarse contra la sociedad japonesa por medio del sexo. Para estas chicas la prostitución no es un simple medio de ganar dinero, sino también un medio de curarse. Es la única manera que tienen de curarse. A través de la prostitución buscan algo de lo que ni los profesores ni sus padres podrían hablarles.” Nos queda el interrogante: ¿cuál es esta búsqueda? ¿Qué es este “algo” que queda indeterminado en el comentario del autor, y que cuestiona una interpretación lineal de los efectos subjetivos de la sociedad capitalista?
II
Trataremos de mostrar a continuación, con el breve análisis de una película de François Ozon titulada Jeune et Jolie (2) que, salvando las distancias entre las dos sociedades y el contexto cultural de los dos países, Japón y Francia, este “algo” que hace enigma retorna vinculado a la elección de la prostitución del personaje femenino de 17 años llamada Isabelle. La película puede ser dividida en tres partes: en la primera nos encontramos con la joven que pasa sus vacaciones con su madre, su marido actual, y su hermano menor. Familia muy progresista, que evita reprimir a sus hijos, se proponen que se desarrollen libremente, sin coerciones de ningún tipo. Isabelle y su hermano se muestran muy interesados en cuestiones de sexo, y recurren a las enseñanzas del espectáculo de la pornografía consultando las páginas que se ofrecen por internet.
Pero Isabelle está decidida, en estas vacaciones, a librarse de algo que parece pesarle, y es así que seduce a un joven alemán y logra perder su virginidad. La segunda parte del film nos presenta a la joven de vuelta de sus vacaciones, regresando al Liceo, y comenzando con una nueva actividad que desarrolla en secreto, incluso para su amiga y compañera del Liceo. Isabelle ha comenzado a vincularse con desconocidos que solicitan chicas para el intercambio de sexo por dinero. Cambia de ropa y de nombre, su nombre ahora es Lea, y cuando terminan sus horas de clase, se convierte en Lea y concurre a los hoteles para realizar la transacción convenida de antemano. Conoce así diferentes hombres, tiene su tarifa y gana dinero que guarda escondido en su armario sin usarlo. En ningún momento parece desear ni gozar del sexo con estos hombres, aunque sí se muestra satisfecha por lo que obtiene, ¿será solo dinero? No lo sabemos, es un verdadero enigma, que persiste en el curso de toda la película.
En la tercera y última parte ocurre un hecho inesperado que termina con su negocio: uno de sus clientes, tal vez “el más tierno” – comentará Isabelle más tarde- muere en el acto sexual. Interviene la policía, la madre se entera de las actividades de su hija que le resultan incomprensibles e inesperadas. Todos sus ideales progresistas parecen derrumbarse. Nada permite descifrar las motivaciones de Isabelle, la opacidad de su elección no logra modificarse tampoco en el curso de las entrevistas con el psicólogo, solo nos enteramos por sus palabras que “no sabe por qué ha comenzado”, pero puede afirmar que le agradaba mucho mantener esos encuentros reembolsados. Y además saber algo sobre los hombres, particularmente sobre su deseo y cómo hacerlos gozar.
El director del film se propone mostrar la subversión que pone en juego la conducta de Isabelle, cuestionando los valores progresistas de su familia, y poniendo a prueba su autonomía. También trata de mostrar el fácil acceso, en la actualidad en crisis en el país, que tienen las jóvenes para prostituirse. Pero sobre las razones de la elección de Isabelle, persiste el enigma, y permite que renovemos nuestro interrogante: ¿ese “algo más” que parece conseguir Isabelle, puede reducirse a “un fantasma de prostitución”, como lo considera el director, que recibió tantas críticas, particularmente al expresar su opinión de que se trata de un “fantasma femenino universal”?
En esta dirección se inscriben las últimas escenas de la película, cuando hace su aparición la viuda del hombre muerto en el hotel, y le revela a Isabelle que también cuando era joven tenía la secreta aspiración de prostituirse, pero solo se atrevía a gozar de la fantasía, era menos audaz, agrega, identificándose con la joven.
III
Para terminar, nos parece necesario destacar el valor que adquiere el dinero, en este caso, fuera de su uso para el consumo, ya que Isabelle lo guarda tan oculto como la actividad que le ha permitido conseguirlo.
¿Podemos arriesgar la hipótesis de que el dinero le da al personaje la medida de su valor de objeto agalmático, en razón de no haber podido acceder a la identificación con el objeto causa del deseo de un hombre?
En la denominada sociedad de consumo, que también es una sociedad de la medida y la transacción económica, ¿no resulta la elección de la prostitución en una adolescente, un intento de dejar sin resto la pregunta por el deseo del Otro, y remediar la falta de un significante que permita nombrarla?
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(*) Intervención de Graziela Napolitano en la mesa redonda “Discurso capitalista y efectos subjetivos”. III Coloquio de Módulos “El psicoanálisis y los intereses” organizado por PRAGMA -Instituto de Enseñanzas e Investigación en Psicoanálisis- La Plata, julio 2016. (Revisado y cedido gentilmente por la autora.)
Este texto fue extraído de la revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis- Nº 17, Ediciones El Ruiseñor del Plata -Biblioteca Freudiana de La Plata, Octubre 2016. Por acuerdo editorial con la revista Conceptual –Estudios de Psicoanálisis.
Notas:
(1) Murakami, Ryu: (1998) Love and Pop es un film japonés de 1998, primer film del realizador H. Anno, adaptación de la novela Love and Pop: Topaz II de Ryu Murakami.(1996)
(2) Jeune et Jolie es un film dramático francés escrito y realizado por François Ozon, presentado en 2013.