La mujer. El hombre. Género y goce
Psicoanalista. Miembro del Instituto Pragma-APLP. Responsable del grupo de investigación de Pragma: “Casos clínicos: del conflicto a la solución”. Responsable de Atención Psicoanalítica y coordinadora de Consecuencias de la Clínica. Miembro del Consejo de enseñanzas de la RED AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Directora de la revista virtual, Analytica del sur. Psicoanálisis y crítica.
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Ilustración: Sara Bosoer, IG: @srbsr_aoe
A partir de un párrafo del texto “En el intervalo” escrito por Enrique Acuña en Analytica del sur nº 9, intentaré desplegar esta presentación.
El párrafo dice: (…) “modos de decir” que permiten soldar con algo ese intervalo entre dos significantes como lo son las formas del otro de la Cultura, separado del Otro en cada Uno. Luego se podría inventar un buen retorno a la Comunidad con lo aprehendido de la causa de cada uno. Este pasaje pone en tensión los hechos sociales, lo dicho por cada sujeto y un resto inapropiable, la verificación de que no hay La Relación”.
Me inquietó este párrafo y me llevó a pensar cómo articularlo con La mujer (posición femenina), el hombre (posición masculina), el feminismo, como el otro de la cultura y el Otro del inconsciente, por supuesto analizando esta tensión desde el psicoanálisis y no desde la sociología como estamos acostumbrados, sobre todo últimamente. Articulación que tiene como fondo la opacidad del inconsciente, que le da su consistencia, que constituye su real pulsional, el goce en términos lacanianos, a diferencia del género planteado por el feminismo.
Machismo y patriarcado
Son significantes que fijan las claves de la tensión y discusión actuales que intentaré problematizar desde la posición del psicoanálisis, cuyo planteo es que ninguna construcción de género, aunque se postule contra la dominación del heteropatriarcado, podrá a acceder a una identidad plena que borre la división estructural del sujeto. Sujeto que se constituye en soledad, perforado por un vacío, por un agujero, desustancializado y no representable en su totalidad por ningún significante.
En El partenaire -síntoma Jacques Alain Miller escribe que en relación a la función del significante fálico, del lado del hombre, está lo completo, el ser completo, el Todo tomado como Uno, y se revela por esta lógica como el ser finito, que está siempre en relación con su límite. Del lado de la mujer, tenemos un ser que no tiene una relación estructural con el límite (en relación a la falta imaginaria y cómo la suple), sino que es lo opuesto, es lo infinito, lo ilimitado, el no-Todo, lo contingente basado en el encuentro con el amor.
En las estructuras de la sexuación Lacan articula el goce propio de cada sexo. Del lado macho el goce es esencialmente finito, localizable; lo designa como goce fálico, que se puede numerar (provisto de órgano), y que le impide- dirá Lacan en el Seminario 20, Aun- gozar del cuerpo de la mujer, en otras palabras, hacer el amor. El goce femenino es infinito en la medida en que no es localizable. Estas dos formas de goce que recubren la experiencia del cuerpo, dan cuenta de dos tipos de objeto que un cuerpo va a buscar en el otro.
En el hombre, el objeto fetiche, que no habla, que es objetalizado, donde las palabras quedan fuera de juego; es el goce silencioso, más cercano al objeto a, como un semblante que vela al a. Y el objeto erotómano por el lado de la mujer, donde la palabra del Otro es un elemento intrínseco al goce. Podríamos decir que el amor esta entretejido con el goce, hay que pasar por el amor en tanto el amor habla.
El análisis demuestra que el amor es narcisista, debajo del ropaje imaginario está el objeto, el cuerpo que goza, como resto, que sostiene esa imagen. El amor es impotente, aunque sea recíproco, porque ignora que el deseo de ser Uno es imposible por estructura, lo cual establece la imposibilidad de la relación entre los sexos.
“Ninguna construcción de género podrá liberarse de la imposibilidad de la relación sexual”
Frase extraída del libro Capitalismo. Crimen perfecto o emancipación, de Jorge Alemán. Allí plantea que el vacío constitutivo del sujeto no tiene identidad sexual. Por lo tanto cada elección-invención de género, la multiplicidad del amplio espectro actual, será determinada por un modo singular de goce del sujeto a través de sus pulsiones parciales, en las zonas erógenas y sus objetos pulsionales, que no establecen complementariedad con otro, pues no escriben ninguna relación-proporción sexual. La imposibilidad del Uno de la complementariedad.
Lacan en el Seminario 20, Aún, nos esclarece respecto a esto, y afirma que el goce sexual de las mujeres no-todas en relación a la función fálica, no pasa sólo por el cuerpo, porque la lógica femenina se basa en el lenguaje, en el goce de la palabra que se encuentra ahí, en el significante como tal. Por lo tanto, tendrá entonces un goce adicional suplementario, que se encarna en el Otro como ser sexuado, imponiendo este una por una, en esta exigencia de infinitud. Entonces no hay La mujer, será un La tachado, ya que no hay el universal. De ahí la figura del Don Juan, en el mito femenino, que las posee una por una.
El hombre desea a la mujer, de todas las maneras, y hace toda suerte de cosas que se parecen al amor. Sin embargo, sólo aborda la causa de su deseo, es decir, el objeto a. Y hacer el amor para Lacan es poesía, tal como lo indica el nombre. O sea que el acto de amor no es hacer el amor.
Elabora también Lacan en este Seminario, la importancia de la incidencia del significante sobre el cuerpo y su efecto de goce. Creando el concepto de sinthome en tanto el cuerpo goza intensamente a consecuencia del significante, estableciendo entonces la relación del inconsciente con el cuerpo, que Freud inscribe como pulsión, como límite entre lo somático y lo psíquico. Podríamos decir que extiende la conexión entre significante y goce a todos los significantes-no sólo al significante fálico.
La fórmula de Lacan “no hay relación sexual” implica el más allá del principio del placer, es decir, el goce atravesado por el significante, el goce como consecuencia del significante. El cuerpo del ser hablante está profundamente alterado por el significante: “habrá diferentes regímenes del goce”.
A nivel sexual la relación pasa por el goce, por el goce del cuerpo y por el goce de la lengua. Esto quiere decir que pasa por el síntoma, o sea, que el Otro se convierta en el síntoma del sujeto (parlêtre), en un instrumento de su goce. Al ser tan diferente la relación con el significante fálico para un sexo y para el otro, es imposible “el diálogo” entre los sexos. Esto no quiere decir que no haya una relación de goce con el partenaire-síntoma y que se formen parejas en las que uno para el otro son un medio, un instrumento de goce, que no es lo mismo que la proporción sexual.
En un análisis se trata de la identificación al síntoma, de aprender a vivir con él. De eso se trata cuando decimos que el síntoma es el partenaire, “el saber hacer con eso”, “el saber arreglárselas con eso”. Es el “soy como gozo”.
Concluyendo, estas nuevas elecciones-invenciones de género no podrán anular al sujeto del inconsciente que, al no tener género, se constituirá como una respuesta fantasmática frente a la imposibilidad de la relación sexual. Siguiendo a Alemán no se tratará para los feminismos de “liberarse del otro patriarcal y machista, sino de encontrar un modo de existir en el cual el propio fantasma no se empeñe en establecer un cierre completo y mortífero”.
En el capitalismo neoliberal se rechaza lo femenino y no a las mujeres; se trata del rechazo al “no-Todo”, antijerárquico, que representa la lógica de la posición femenina, que abandona el modo falocéntrico en términos de universal para todos frente a una excepción que lo sostiene.
Por lo tanto la idea es “atravesar la lógica del género e ir hacia la lógica de la sexuación de Lacan”, porque lo verdadero estructural se juega precisamente ahí, en el no-Todo ilimitado, infinito donde el encuentro con lo contingente es posible.
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(*) Texto presentado en el VI Coloquio del Instituto Pragma-APLP 2019, titulado: “Psicoanálisis una clínica del intervalo”
Bibliografía:
– Acuña, Enrique: “En el intervalo”, en la revista virtual Analytica del sur. Psicoanálisis y crítica. Analyticadelsur.com.ar/
– Freud, Sigmund: “Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre” (1910) en Obras Completas, Tomo XI. Amorrortu, Bs. As., 2016.
– Freud, Sigmund: “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa” (1912) en Obras Completas, Tomo XI. Amorrortu, Bs.As., 2016.
– Freud, Sigmund: “El tabú de la virginidad” (1912) en Obras Completas, Tomo XI. Amorrortu, Bs. As., 2016.
– Lacan, Jacques: Seminario 20, Aun, Paidós, Bs.As., 2012
– Lacan, Jacques: Seminario 23, El sinthome, Paidós, Bs As., 2006.
– Miller, Jacques Alain: El partenaire-síntoma, Paidós, Bs. As., 2006
– Alemán, Jorge: Capitalismo. Crimen perfecto o emancipación, NED, Barcelona, 2019.