Juegos de la orilla con la elipsis
Juegos de la orilla con la onda, observémoslo, con que ha encantado siempre, de Tristan l’Hermite hasta Cyrano, el manierismo preclásico, no sin motivación inconsciente, puesto que la poesía no hacía con ello más que adelantarse a la revolución del sujeto, que se connota en filosofía por llevar a la existencia a la función de atributo primero, no sin tomar sus efectos de una ciencia, de una política y de una sociedad nuevas.
Jacques Lacan. (Escritos)
(1959-2021)
Fue Psicoanalista, Miembro A.P. de la escuela de la Orientación Lacaniana (E.O.L) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (A.M.P). Director de Enseñanza de la Red A.A.P.P, del Instituto PRAGMA-APLP, Instituto Sigmund Freud, Biblioteca Freudiana de Bahía Blanca, Biblioteca de Oberá. Fundador y asesor de la Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandu. Fundador de las revistas: Conceptual, Fri(x)iones, Analytica del Sur (virtual). Autor de Resonancia y silencio y compilador de: Las paradojas del objeto en Psicoanálisis, Curarse del lenguaje, Locuras y psicosis y Vidas pulsionales.
Detalle de la obra El astrónomo
Fecha de creación: 1668
Técnica: Pintura al aceite
Ubicación: Museo del Louvre (desde 1983)
El “Sur” al que se refiere nuestra revista Analytica no es tanto una geografía como la metáfora del sujeto del inconsciente que descentra los puntos cardinales de un discurso. Un extremo que en psicoanálisis supone la subversión del sujeto con respecto al “buen yo”, como Norte de la conciencia.
El Sur – lo saben los navegantes- tiene una Cruz como brújula que guía. Así es como al psicoanalista lo orienta el conflicto, el síntoma del ser que habla. Alguna vez la Ciencia a partir de Copérnico extravío a la Tierra como centro, haciendo de ese Cielo una Ley que aspiraba al Universal, hecho parodiado por Freud al descubrir el Inconsciente como Otro lugar, fuera del centro, con sus propias leyes.
Luego el astrónomo Johannes Kepler descubrió que las órbitas de los planetas eran más elípticas que circulares, se trataría de una nueva revolución celeste del cual Jacques Lacan se sirve al suponer el inconsciente como espacio extra-territorial, caverna que se abre y cierra en una pulsación temporal donde la realidad es una sombra proyectada por el deseo. La elipsis en su circuito oblongo, aplana y curva. Es también el arte barroco esculpido que se pliega –como una regulación del alma por el cuerpo- cuando el lenguaje bordea las orillas de un silencio que es su verdad.
La imagen del yo al tirar la piedra al río se capta como sujeto en su deformación, anamorfosis que supone juegos con la onda que rompe los espejos, donde habrá que saber las reglas del ludus (Agamben) que profana los objetos sagrados: el psicoanálisis no es dogma.
De modo que la revolución de la ciencia (Koyré) y la de la cultura, son condición para esta subversión lacaniana que permite configurar los modos de respuestas a lo que no se sabe. Este siglo XXI y su vida contemporánea prolifera en símbolos culturales: entre la ciencia con sus objetos técnicos que modifican la realidad y la religión en su ilusión de un sentido infinito, el psicoanálisis será el reverso de ese dominio si deja un hueco donde vivan las invenciones de cada uno: El Aleph borgiano es ahí un faro, una poética que se adelanta a la revolución del sujeto.
En ese sentido el Sur agujerea el cielo de objetos de la cultura, deja un espacio vacío, toma el discurso dominante y lo vuelve inconsciente. ¿Cómo hacer para que un sueño, un lapsus, un chiste o un síntoma sean un enigma que obliga a la interpretación? Es por tomar los discursos de la época por su reverso que se genera el deseo de saber: léase, siempre en división, la historia de la histeria.
Cartografía de la orilla, esta nueva publicación apuesta jugar con un imaginario cultural para llevar a un saber nuevo. Así, este meridional foco permite leer entrelíneas “lo real en la que lo imaginario se resuelve para engendrar una nueva forma simbólica” (Jacques Lacan).
Nuestra Analytica retoma en sus secciones los cuatro discursos –Histérico, Amo, Universitario y Analítico, más uno, el del Capitalista (Síntomas, Dominancias, Universales, Causas y Plus). El lector sabrá poner su parte con la lectura de estos escritos que rescatan el manierismo y que se quieren críticos.-