Invenciones en torno al vacío
–Xul Solar según Borges–
…Y ahora, para concluir esto, quiero hacer notar una circunstancia extraña, es el hecho de que ustedes hayan invitado a un ciego para que les hable de pintura. Esto es bastante curioso, pero desde luego yo he visto la pintura de Xul y sigo viendo esa pintura o, para hablar con más propiedad, Xul y su pintura siguen viéndome…
Jorge Luis Borges
Director de Enseñanzas del Instituto Sigmund Freud-Asociación de Psicoanálisis de Misiones-ISF, APM-. Miembro del Consejo de Enseñanzas de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas-AAPP-. Director de la revista Fri(x)iones-entre el psicoanálisis y la cultura-. Integrante del Comité de Edición de Analytica del Sur-psicoanálisis y crítica-. Miembro de la Asociación Amigos Guaraníes-AAGua-
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Acercamientos al infinito
A 50 años del fallecimiento de Alejandro Schultz Solari (Xul Solar), acaecido en 1963, la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, la Fundación Pan Klub y el Museo Xul Solar editan Jorge L. Borges recuerda a Xul Solar: prólogos y conferencias, 1949-1980 que reúne por primera vez en su conjunto, los prólogos y conferencias dedicados por el escritor a su amigo luego de su muerte. Al decir de los editores, el detalle de esta edición es no solamente la reedición del prólogo que Borges escribiera para el catálogo de la exposición Homenaje a Xul Solar (La Plata, 1968) sino más bien la conferencia, inédita por casi 50 años, dictada en la sala Proar en el año 1965 en la exposición Xul Solar de la que solo hay un registro fonográfico que se interrumpe al final y que estaba guardado en el Archivo Documental de la Fundación Pan Klub. Allí leemos:
…La mayoría de la gente vive, vivimos aceptando la realidad y Xul, en cambio, no aceptaba la realidad, Xul creía que la Creación no era algo que había ocurrido una vez en el primer capítulo del Génesis, sino que la Creación continuaba continuamente. En esto estaba de acuerdo, creo, con los teólogos. Recuerdo aquella parábola judía en la que alguien dice ‘si Dios dejara de pensar en mi un solo instante-salvo que para Dios no es instante sino la eternidad- yo caería hecho polvo’. Y Xul creía que nuestro deber era modificar y, desde luego, mejorar ad infinitum la realidad.
Y así cuando pienso en Xul me parece estar viéndolo. Yo recuerdo en él una expresión de ligero estupor, el estupor del hombre ante el universo y también, pero eso estaba en su sonrisa quizás más que en los ojos, una expresión de incredulidad. Esto me hace recordar aquello de Aristóteles de que del asombro nace la filosofía y recuerdo lo que decía William James, que él siendo joven se pasaba a veces la noche sin dormir, pensando ¿pero qué es todo esto?, ¿qué es el universo?, ¿qué es el tiempo?, ¿Quién soy?, ¿para qué todo este vasto aparato de planetas, de estrellas? Stevenson también dijo que si un chico en la oscuridad se imaginara su propio cuerpo podía ponerse a llorar de miedo. Y luego Stevenson enumera también lo curioso del hecho de que nosotros nacemos, vivimos, nos morimos, concluimos siendo memoria y finalmente olvido. Pero, pues todo esto lo sentía profundamente Xul Solar, pero él no estaba detenido en el asombro, el creía que todo esto podíamos reformarlo, que no había razón alguna para que no modificáramos el universo… (1)
El universo abierto a la contingencia, la inscripción de las inquietudes del amigo en tradiciones literarias que el propio Borges frecuentaba y las diferencias entre aquello que solamente queda en el coágulo del asombro y la inquietud que hace posible el hecho artístico. Todo eso irá enumerando Jorge Luis Borges en cuantas ocasiones se han dado para tomar la palabra y hacer de Xul Solar uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época.
A la vez, no son pocas las inquietudes que el propio Borges debe a su encuentro con Xul. La primera mención que hace al artista se encuentra en El tamaño de mi esperanza, de 1925. En “El idioma infinito” discurre sobre lo que llama las tilinguerías vernáculas: los galicismos haraganes y aquellos que creen en la Academia “como quién cree en la Santa Federación” y según la cual es perfecto el lenguaje. Una política del idioma es la respuesta del joven Borges al hablar más bien de la función creadora de la palabra:
…Lo que persigo es despertarle a cada escritor la conciencia de que el idioma apenas si está bosquejado y que es gloria y deber suyo (nuestro y de todos) el multiplicarlo y variarlo. Toda consciente generación literaria lo ha comprendido así.
Estos apuntes se los dedico al gran Xul Solar, ya que en la ideación de ellos no está libre de culpa… (2)
Y evocando a su amigo:
… Y así voy a recordar dos ejemplos suyos. La gente acepta el idioma, lo acepta como algo fatal, viven aterrados por el diccionario, por ejemplo, creen que si tal palabra no está registrada en el diccionario no podemos usarla. En cambio, Xul no estaba aterrado por el diccionario. Empiezo por este detalle: Xul me hizo notar una vez, por ejemplo, que en español, tratándose de los adverbios, el acento recae sobre aquella parte de la palabra que es un mecanismo verbal. Por ejemplo, si decimos pesadamente, ligeramente, las dos palabras son antagónicas, lo que oímos es ante todo la parte mecánica, el “mente”; en cambio, en inglés si decimos heavily, lightly, lo que oímos es la parte significativa de la palabra no la parte mecánica. Y así durante un tiempo Xul uso la palabra “ue” que agregaba a los adjetivos y que le parecía menos pesada que “mente” que tiene además la desventaja de rimar incómodamente con todas la palabras en “ento”. Y recuerdo una noche, digamos una medianoche para que sea más dramático, para que esta anécdota sea más dramática, en que él me llamó por teléfono para anunciarme que había muerto el adverbio. Eso estaba basado en el hecho de que él había oído decir “que le vaya lindo” en lugar de “que le vaya lindamente”, entonces él pensó que podía aplicarse a todos los adjetivos, que el adverbio había muerto no como función pero para librarnos de ese “mente” o “ue” tan pesado. Recuerdo otros ejemplos de una de sus reformas del lenguaje, la palabra juguete. Me dijo que juguete parecía un jugo inmundo realmente y que era más cómodo usar la palabra toy, entonces en vez de decir “se besan en broma”, decir “se toy besan».
Esto en lo referente a uno de los dos idiomas que él inventó, el creol o criollo y que usó para escribir sus visiones de las que hablaré luego. Porque creo que es un error ver simplemente en Xul-con esto no hay ninguna intención de denigrar a nadie-, ver simplemente en Xul a un pintor. Creo que Xul fue además de un originalísimo pintor, fue muchas otras cosas, fue ante todo un reformador del universo, aunque creo que a él no le hubiera gustado esta frase, creo que hubiera empezado, hubiera acuñado algún neologismo con algo de “pan” al principio, ¿no? En el sentido griego de la palabra. Recuerdo que Xul había creado dos idiomas: uno, el español simplificado y al mismo tiempo enriquecido de neologismos, y otro, lo que él llamaba la panlengua, una lengua universal a la manera de aquellos idiomas que soñaron Descartes y Wilkins, es decir una lengua en la cual cada palabra fuera su propia definición… (3)
Si bien la política del idioma expresada por Borges tiene su inspiración en el creol o neo criollo de invención de Xul Solar, a la vez decía que él no llegaba a comprender el idioma y tampoco otras creaciones como por ejemplo el panajedrez que estaba basado, al igual que muchas inspiraciones de Xul Solar, en el sistema duodecimal que extraía de los signos del zodíaco y que incluía la astrología y la lengua, es decir que era un juego pero era también el ejercicio de reformador del universo, debido al continuo desplazamiento y las permanentes transformaciones que hacía, en una aproximación al infinito que acaso el autor de El hacedor si entendió ya en los primeros encuentros con el artista. Dice Borges:
He hablado de dos actividades de Xul, podría hablar también del sentido humorístico que tenía, es algo que no se ha recalcado en él. El mundo no solo le parecía maravilloso sino que muchas veces le parecía ligeramente, o profundamente ridículo también. Y ahora llego a lo que creo esencial en Xul, salvo que todo era esencial en él, es su carácter de visionario. Esto me trae inevitablemente a la memoria el ejemplo de William Blake, de aquel místico inglés del siglo XVIII y de principios del XIX que, como Xul, fue poeta, porque Xul fue poeta, en su Libro de visiones, y fue también un pintor. A mí me había llamado siempre la atención que los diversos místicos ven mundos distintos, que las visiones de un místico cristiano no se parecen a las visiones de un místico islámico o, más aún, budista. ¿Qué raro, pensé yo, que todos ellos hayan visitado el otro mundo y que todos ellos hayan visto cosas distintas?, ¿qué raro que Swedenborg vio una cosa y que Xul vio otra y Blake otra? Pero esto me lo explicó Xul. Xul me dijo que lo que ve el hombre después de la muerte -y esto está confirmado por el Libro Tibetano de los muertos, el Bardo Thodol- que todo esto toma las formas de quien lo ve (…)
Xul me dijo que sus cuadros- y aquí al decir esto estoy pensando en los cuadros que mis ojos ya no ven pero que mi memoria recuerda, estoy pensando en aquellos azules, en aquellos anaranjados, en aquellos amarillos, estoy pensando en ese mundo de escaleras infinitas, de personajes que flotan en el aire en actitud de plegaria-, Xul me dijo que esos cuadros correspondían a lo que él había visto en sus visiones pero que él sin duda les había dado esa forma, les había dado esa forma felizmente para nosotros porque ahí están esos cuadros que son honra de nuestra pintura y yo creo honra de la pintura universal… (4)
El arte, en las diferentes formas que ha tomado en Xul Solar, es para Borges la consecuencia de una facultad visionaria sobre la cual él, Borges, monta una creencia, creencia en aquello que le fue dado ver a Xul y a lo que ha dado esa forma, de una extraordinaria belleza. Esa belleza, que puede partir de una visión inefable, no comunicable como tal, toma las formas, del deseo podemos decir, del propio Xul Solar. Así Borges hace de Xul Solar uno de los tres hombres de genio que ha conocido, junto al poeta judeo-andaluz Rafael Cansinos Assens y Macedonio Fernández.
Xul Solar recordado por Borges es un acontecimiento singular de nuestra época pero toca a la vez un aspecto fuera del tiempo y es aquel donde la invención se hace arte al contornear, como el alfarero evocado por Jacques Lacan, no la nada sino un vacío.
Escribir lo real: El creol y la panlengua
El 3 de septiembre de 1980 Jorge Luis Borges pronuncia una conferencia en la Fundación San Telmo. Sobre el final, el diálogo con la viuda de Xul, Micaela Cadenas de Schultz Solari (Lita), toca ese aspecto fuera de tiempo, el misterio, para hablar en términos tal vez cercanos a Xul Solar, de esa solución singular ante la experiencia del vacío. ¿Falla moral o invención auténtica?, Lita -a diferencia de Borges que lo consideraba un genio- asevera haber dudado de su admiración por aquel que finalmente fue su marido.
Xul Solar decía que su pintura era realista porque pintaba lo que veía en sus visiones, pero que las visiones son singulares, es decir que lo real, descripto en términos de una energía según lo signos del zodíaco, se imaginariza en la pintura que adquiere su forma mística en esas figuras en estado de levitación, pero también los dioses y los santos. A diferencia de Macedonio Fernández, Borges cree que Xul Solar pensaba en forma de mito, de mitología, incluso de fábulas y de colores. Ese aspecto, en el que el arte se toca con la religiosidad, tal vez sea decisivo a la hora de hablar de las formas lingüísticas y pictóricas de las creaciones de Xul Solar.
Hay que distinguir aquí los dos planos en que se ubican las reformas que Xul hizo del idioma: el creol y la panlengua. El primero es una reforma del castellano, una simplificación e incluso un enriquecimiento que para Borges es una salida a lo arbitrario del idioma, a su aspecto meramente convencional. Se trata de un idioma artificial -aspecto por el que se interesaba Borges- que Xul hablaba en la cotidianeidad no solo de la amistad sino en las reuniones sociales para disgusto de las refinadas mecenas en potencia, ya que luego de escucharlo hablar no le dieron un solo peso. Una de las claves de este neocriollo es la sustitución de la arbitrariedad por la lógica. Así, en vez de decir “no se” decía “no sabo” que se sigue lógicamente de saber. Intercalando palabras del inglés, pero también del alemán, con sonidos italianos e incluso del portugués, el creol abunda en invenciones: Fundé 12 religiones después de almorzar deriva en “doce religios pos comí” o la ya mencionada muerte del adverbio, “me fona plis” por me llama por favor o “tro pli” por demasiado complicado. A su vez, creía que se podía decir “sucurápido” tanto como suculento.
En otro plano, o registro, se ubica la panlengua. Pan es el prefijo que Xul utiliza para referirse a lo que tiene carácter de universal. Así, el panjuego o panajedrez es un ajedrez con doce casilleros, influido por el sistema duodecimal. La panlengua no está escrita, son de algún modo las reglas del juego y también un diccionario, el horóscopo o una partitura de música. Podemos decir que la panlengua está en el fundamento de las invenciones de Xul. Tanto Jorge Luis Borges como Lita subrayan, bajo la forma de humildad o generosidad, que Xul creía que alguien podía traerle un día un libro, aunque sea de cocina, escrito en creol. Borges dice que es una forma de soportar la soledad del genio y Lita cuenta que Xul le pedía que le tomara la mano. Lo cierto es que Borges, que se define como escéptico, recurre a la experiencia mística para hacer de Xul Solar un hombre memorable, es decir digno de memoria. De este modo la singularidad se pierde tras la clase de aquellos que han tenido visiones y en la que Xul comparte cartel con William Blacke, Stevenson y Swedenborg. Es posible que, sin esa biblioteca de babel presente, Lita intuyera ese aspecto de solución singular al que llegó Xul y que ella consideraba frágil, que podía perderse. Sin embargo, entrando a la muerte como a una batalla, dice Borges, Xul sustituye el llamado “ay Lita”, “ay Lita”, por las variaciones “oy Lita”, “uy Lita”. Sentido del humor ante la muerte dice ella. Una solución que no fue frágil sino sólida, agregamos.
Xul Solar, creemos, toca los límites del lenguaje al hacer estallar lo pre-establecido y arbitrario del idioma. Algo de lalengua hay en esos procedimientos donde el sonido se impone por sobre el sentido en su aspecto creacionista y a la vez determinado por algo más fundamental: la panlengua como universal.
Conjeturamos, tratándose de Xul Solar, más bien aquello que Jacques Lacan escribió sinthome, con h, para designar esa solución donde ya no se trata de misticismo (según interpreta Borges) ni de posible falla moral (según Lita) sino del arte como un arreglo que es un ejemplo único, un exemplum. Por lo tanto no es el sentido estético el que interesa aquí sino el aspecto donde hay un uso de diversas formas pero donde lo que prevalece es el goce inherente a su creación, más allá del valor, incluso colectivo, que esas formas puedan tener. Son soluciones del sujeto, por eso Borges puede hablar de la generosidad de Xul Solar o de su nulo sentido de lo comercial. Estos recuerdos borgeanos muestran, no obstante, que la salida que encuentra Xul no lo hace un solitario sino un hombre que sabe jugar con las palabras también en el campo del otro social.
Lacan, refiriéndose al ensayo “El idioma analítico de John Wilkins”, dijo que la obra de Borges era acorde al philum de su discurso. Esta afirmación es parcialmente válida y Borges, arriesgamos, no destaca lo singular que hay en Xul sino a través de su puesta en serie con otros acontecimientos singulares en la historia de la literatura, del arte o de las religiones haciendo prevalecer este aspecto. Si bien no hay singular sin particular y universal, creemos que es posible subrayar aquello más propio de lo cual se valió Alejandro Xul Solar para soportar la soledad.
Notas:
(1) Borges, Jorge Luis: Jorge L. Borges recuerda a Xul Solar: prólogos y conferencias, 1949-1980. Fundación Internacional Jorge Luis Borges, Fundación Pan Klub y Museo Xul Solar. Bs. As. 2013, pg 11.12
(2) Ídem, “El idioma infinito”. En El tamaño de mi esperanza. Ed Debolsillo. Bs. As. 2012, pg 38.
(3) Idem nota 1, pg 12-13
(4) Ídem nota 1, pg 17 a 19
Bibliografía:
• Borges, Jorge Luis: Jorge L. Borges recuerda a Xul Solar. Prólogos y conferencias, 1949-1980. Fundación Internacional Jorge Luis Borges, Fundación Pan Klub y Museo Xul Solar. Bs. As. 2013.
• Íd.: Otras Inquisiciones, Ed. Debolsillo, Bs. As. 2012.
• Íd.: El tamaño de mi esperanza, Ed. Debolsillo, Bs. As. 2012.
• Acuña, Enrique: Resonancia y silencio-psicoanálisis y otras poéticas, EdULP, La Plata, 2009.
• Lacan, Jacques: El seminario, Libro 23 El sinthome, Paidós, Bs. As.,2004.
• Íd.: Escritos, Siglo xxi, Bs. As., 1995.