El hombre detrás del artista Biografía de Zygmunt Kowalski (1923-2011)
Ingeniero Electromecánico. Magister en Ingeniería de Producción. Profesor Titular Regular e Investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Misiones. Educador Internacional de Ingeniería por la International Society for Engineering Pedagogy (IGIP). Experto en Formación por Competencias en carreras de Ingeniería. Director del Laboratorio Educativo MECEK.
Alterna su actividad universitaria con la fotografía, la pintura y la escultura. Ha participado como curador de varias exposiciones de arte plástico.
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Zygmunt Kowalski, Uruguai, 1985
Zygmunt Kowalski nació el 20 de octubre de 1923 en la ciudad de Toruń, Polonia. Fue el primer hijo de Marian Kowalski y Helena Serocka. Cuatro años más tarde nacería su hermano Roman. Se crió en Toruń en una familia típica polaca católica citadina de clase media. Cuando tenía 13 años, trasladan a su padre con toda la familia a Biała Podlaska. Allí Zygmunt continuó la escuela secundaria y en sus momentos libres se dedicaba al dibujo y a la pintura.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la factoría donde trabajaba su padre fue bombardeada por los alemanes, y la familia fue trasladada al este. En abril del año 1940, Zygmunt fue capturado por las SS y lo deportaron a Chemnitz (Alemania) para realizar trabajos forzados en una fábrica. Fueron sus últimos días en Polonia. Regresaría recién 35 años después. Antes del fin de la guerra escapó con otros prisioneros y llegó hasta las posiciones de las tropas norteamericanas, donde lo llevaron a un campamento para refugiados.
Terminada la guerra tuvo que decidir si regresar a Polonia o quedarse en Alemania. Debido a los infructuosos intentos de saber si su familia aún vivía, así como la posibilidad de estar bajo el régimen comunista (para él era lo mismo que el nacionalsocialismo), optó por irse a Regensburg (Alemania). Allí se graduó de traductor en una escuela bilingüe de alemán-inglés. Tuvo puestos oficiales de intérprete y de traductor con el ejército norteamericano y en la Organización UNRRA, que luego se transformó en IRO (International Refugee Organization). Después se fue a vivir a Heidelberg, donde estaba localizado el Cuartel General de la IRO. Trabajaba hasta el mediodía como traductor y por la tarde estudiaba en la escuela de Arte de Mannheim.
Los millones de trabajadores forzados (a quienes los aliados llamaban displaced persons) tenían que ser devueltos a sus países de origen, o bien la IRO debía buscarles un país adonde emigrar. En 1948, también Zygmunt debió emigrar y le asignaron como destino el Paraguay. El 7 de octubre abandona Europa a bordo del navío holandés Volendam, en un viaje financiado por la IRO, para llegar a Buenos Aires el 28 del mismo mes, y a Asunción el 1 de noviembre, en medio de la Guerra Civil del Paraguay. Escapando de una guerra, se encontró con otra. Luego de estar un tiempo en Colonia Primavera decidió ir a Encarnación. Finalmente, en 1949 llegó clandestinamente a Posadas, Argentina, con muy pocas pertenencias y el equivalente a un dólar (siete pesos de la época). Una persona como cualquiera, despojada de una adolescencia normal, de la libertad, de su familia, de su amada Polska, hasta de sus posesiones materiales. Una familia completa creía que había perdido un hijo en la guerra. Un hijo creía que había perdido madre, padre y hermano, además de otros familiares y amigos. Sin embargo, trajo consigo conocimientos de idiomas, de electrotecnia y de pintura, así como una necesidad enorme por hacer una nueva vida en lo que sería su segunda patria.
En Posadas encontró ayuda y contención en la comunidad polaca. Obtuvo empleo como bobinador de motores. Además de otros trabajos también se ganaba la vida dando clases de inglés y francés, y realizando traducciones. Comenzó a dibujar y pintar nuevamente en el año 1951. Luego conoció a Helena Danguir con quien se casó en 1959.
Como no podía estar lejos de la naturaleza, a mediados de los años 50 decidió construir una cabaña sobre el arroyo Zaimán, “El Rancho”, próximo a la desembocadura en el Paraná. El Rancho se transformó en su principal laboratorio de pintura al natural. Allí podía pasar largas horas contemplando el movimiento de las nubes, los cambios de luz, los colores a distintas horas del día, para luego manifestarlo en sus obras.
En el año 1955, con la ayuda de la Cruz Roja y los sacerdotes polacos pudo confirmar que su madre y su hermano estaban vivos y radicados en Varsovia, Polonia y, que su padre había fallecido en 1944.
Antes de dedicarse exclusivamente al arte, sus empleos más sistemáticos fueron el bobinado de motores eléctricos, la realización de pequeñas instalaciones eléctricas y ser profesor particular de francés e inglés. Además, tuvo su propio emprendimiento comercial en el área de la venta de materiales eléctricos.
Del matrimonio de Zygmunt y Helena nacieron dos hijos: Víctor y Alejandro. Este hombre, que lo había perdido casi todo en un momento, pero que pudo construir una nueva vida con la cultura del esfuerzo, siempre apostaba al conocimiento, al “aprender”. Sostenía que lo único que no se le puede quitar a alguien son sus conocimientos y habilidades, innatas o adquiridas. Fue así que, junto a Helena, buscaron para sus hijos la mejor educación que podían financiar dentro de sus posibilidades. Zygmunt prefería invertir en libros, enciclopedias o revistas, antes que lucir alguna prenda o calzado novedoso. Solamente tuvo dos automóviles en su vida, y nada ostentosos: un Citroën 3CV y un Renault 6.
El año 1975 significaría el gran acontecimiento para Zygmunt: regresar a su Polska natal, con su arte. Una Polska que ya lo conocía a través de su arte, pero que él la conocía muy poco. Sin embargo, nuevamente sombras oscurecen su vida. Su hermano Roman, a quien prácticamente había conocido en ese viaje, fallece debido a una grave enfermedad. Una madre recuperó un hijo luego de 35 años y perdió al otro. Zygmunt vuelve a Polonia en el año 1979, nuevamente para exponer el paisaje argentino y buscar nuevos motivos para pintar. Intentó traer a su madre, Helena Kowalska, a la Argentina, pero no logró su objetivo.
Dado que hablaba, leía y escribía con total solvencia polaco, francés, inglés, alemán, ruso, italiano y portugués, realizó traducciones de esos idiomas al español, varias de ellas en carácter de traductor diplomado. Además, los idiomas lituano, ucraniano y latín no le presentaban ninguna dificultad para hablar o leer diferentes textos. Posteriormente, su pasión por las lenguas lo llevó a aprender nociones básicas de los idiomas nórdicos y hasta el árabe. La actividad de traductor público es la única que mantuvo, prácticamente hasta el final de sus días, en paralelo con la pintura.
El siglo XXI le trajo dos nietos, Victoria y Gabriel, hijos de Víctor Kowalski y Mercedes Erck. En cambio, el enero de 2011 se llevó a su amada Helena, a quien acompañó prácticamente todos los días, durante los últimos meses, conociendo el desenlace. Esta circunstancia, a la cual se sumó una dolencia lumbar, hizo que por primera vez en su vida haya abandonado la pintura durante un tiempo prolongado. Pero luego, y con mucho esfuerzo, retomó sus pinceles, y así fue que pintó casi hasta sus últimos días de vida.
Como escribió una periodista, Zygmunt Kowalski se fue con la primavera un 21 de diciembre de 2011.