El exilio y lo éxtimo
Psicoanalista. Miembro del Instituto Pragma-APLP. Responsable del grupo de investigación de Pragma: “Casos clínicos: del conflicto a la solución”. Responsable de Atención Psicoanalítica y coordinadora de Consecuencias de la Clínica. Miembro del Consejo de enseñanzas de la RED AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Directora de la revista virtual, Analytica del sur. Psicoanálisis y crítica.
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Algunas mujeres es un libro escrito por Maricruz Méndez Vall. Es un collage de representaciones del mundo de veintitrés mujeres latinoamericanas, donde su diversidad cultural se anuda a sus múltiples voces -seis argentinas, seis uruguayas, cuatro brasileras y siete paraguayas- que son escuchadas por la autora y llevadas al papel en una serie de entrevistas que tiene como eje central; el exilio. Entrevistas que testimonian sus historias de vida particulares, comprometidas con proyectos sociales y políticos que fueron acallados, silenciados por golpes de estado y dictaduras.
En la mayoría de los relatos escuchamos sus voces muy jóvenes atravesadas por los recuerdos de acontecimientos históricos que les tocó vivir a partir de la implementación de un plan sistemático; el plan cóndor, que fue coordinado entre los regímenes dictatoriales cívico militares de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia con los Estados Unidos. Fue llevado a cabo entre los años 1970 y 1980 e implicó el seguimiento, detención, traslados entre países y desaparición o asesinato de personas, para instalar en la región un plan económico neoliberal y endeudamiento externo, con la estrategia del terrorismo de Estado.
Desde distintos campos políticos, sociales e incluso desde distintas extracciones de clase las historias de estas mujeres enuncian el sufrimiento de nuestros pueblos en las dictaduras, las consecuencias del exilio, la desigualdad social y económica, y las heterogéneas dimensiones de la exclusión social, étnica racial, generacional, de clase, de orientación sexual, además de las de género que comparten.
Mujeres que siendo portadoras de un fuerte deseo decidido, se las arreglaron para seguir transitando esos cambios históricos y los reinicios de procesos democráticos en sus respectivos países, enfrentando desafíos y siendo protagonistas en la construcción de sociedades más justas, a partir de las vicisitudes que les tocó vivir. Mujeres que no se instalaron en la victimización y goce de sus historias vividas, sino que su deseo las llevó más allá.
La autora
Maricruz Méndez Vall, es la hija menor del político, músico y escritor Epifanio Méndez Fleitas. Muchos fueron los hombres y mujeres que sufrieron el exilio durante la dictadura de Stroessner en Paraguay, pero sin lugar a dudas su padre fue uno de los más perseguidos por el dictador.
La autora nació en Asunción, aunque la mayor parte de su vida transcurrió en el exilio con sus padres y hermanos. Vivió en Uruguay por un tiempo y luego se radicó en la Argentina, pues su familia no tendría rumbo fijo desde su expatriación. Maricruz Méndez, la hija del exiliado irá captando a partir de sus vivencias en el recorrido discontinuo de su historia que su patria es un cosmos que fue escrito en el texto del inconsciente por significantes del Otro y del que han sido expulsados definitivamente.
Escribe en su libro Memorias de Exilio publicado en el año 2007, esta frase: “Al fallecer Stroessner regresé al país. Pero mi memoria se quedó en el tiempo del exilio para rescatar, en forma de libro, vivencias, sueños, muertes, recuerdos que siguen siendo memoria viva, hoguera, llamas inmortales”.
Trabaja actualmente en proyectos sociales y consultorías con enfoque de género. Colabora en las revistas Ñe engatú, Arte y Cultura y El Pregonero de Ypacarai, Tatarandy.
Integra talleres de Cuentos breves y el taller de Ensayos y poesía de la Universidad Iberoamericana. Publicó en coautoría con Alejandra Siquot, la adaptación teatral del libro de Lita Pérez Cáceres (Cuentos del 47 y de la dictadura), titulado Cuentos de desventuras…para escribirles otro final. También es parte del colectivo de Arte Japay y del PEN Club del Paraguay.
Maricruz Méndez Vall, retornó de su exilio y resignificó vivencias hechas recuerdos que impulsaron su deseo y continuó en Paraguay su vida dedicada a proyectos sociales de género y como escritora publicó dos libros, una antología y adaptaciones teatrales.
De exilios, en algunas entrevistadas
Maguiorina Balbuena: paraguaya, 69 años. Actualmente es Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas en el Paraguay, es líder de la agrupación que está en permanente movilización y lucha ante nuevos desafíos e inculcando nuevos valores en los jóvenes integrantes. Proviene de una familia campesina y religiosa. Con 21 años comienza su militancia en Santa María Misiones en la Juventud Agraria Católica, en los primeros cursos de formación entendió el porqué de la pobreza que atravesaba toda su familia y la comunidad, entendió quiénes eran los responsables y cuál era su clase. Tomó así la decisión de luchar por la justicia, por la igualdad, por mejores condiciones de vida y por la transformación de la sociedad. Del año 75 al 89 fueron reprimidos, muertos y desaparecidos en la dictadura de Stroessner muchos compañeros de lucha; entonces, decide exilarse con su marido e hijos en Brasil desde el año 1975 al 1977 que regresa a Paraguay. Pasó toda esa época cruzando fronteras entre el Alto Paraná, Itapuá, Caaguazú, San Pedro y Paraguarí.
Le pregunta la escritora: «¿Qué te viene a la mente cuando recordás esa época de exilio?» y responde: “El sufrimiento es muy grande, no estábamos tan lejos de la frontera con Paraguay en el Brasil y escuchábamos la radio donde se desarrollaba el avance de la fuerzas represivas” (…) “Uno siente la impotencia porque ¿Qué vas a hacer estando en el exilio?” (1)
Ana María Machado Netto: brasileña, 68 años. Vive y trabaja en la universidad de Lages en Brasil. Se recibió de psicóloga en Porto Alegre y practicó el psicoanálisis hasta 1990, año en que se fue a París para hacer el doctorado sobre “La escritura en la obra de Lacan”. Retornó en 1996 y actualmente la escritura es su forma de estar en el mundo y su arma de lucha. Hasta los 17 años vivió en Uruguay, edad en que su madre la envía a Porto Alegre en 1970, por miedo “a que se metiera en política”, en plena dictadura Uruguaya. Dice Ana María: “mi infancia y adolescencia estuvieron marcadas por un cruzar fronteras, geográficas y lingüísticas, conocer y convivir con mucha gente y lugares para después olvidarlos. Más que nada quedó fuertemente impreso en mi vida el movimiento, los caminos, los encuentros y los desencuentros, marcados por el tiempo de ir y volver. Vínculos frágiles, como deshaciéndose en las travesías”. (2)
Paz Encina: paraguaya, 48 años. Sale a la luz la película Hamaca paraguaya, a sus 35 años, por la que fue premiada en el festival de Cannes en 2006. En 2011 estrena su cortometraje Viento sur, en 2015 lanza por internet tres cortos; Tristeza de la lucha, Familiar y Arribo. En 2016 estrena su segundo largometraje Ejercicio de memoria. Estudió en la Universidad de cine de Buenos Aires y se inspiró en “su paraíso perdido” la infancia. Es la tercera de cinco hermanos de quienes tiene recuerdos compartidos e “imágenes que decidieron toda su vida”. Toda su infancia transcurrió en dictadura con un padre abogado defensor de presos políticos durante la dictadura de Stroessner. Se crió acompañada de secretos, en un exilio interno, “donde no había que hablar de lo que se escuchaba en casa y con el miedo a la caperuza roja” (camioneta de la policía) (3), que podía llevarse a su padre. En su relato dice: “Intento que mi obra arranque de un vacío, desde una ausencia, para intentar recuperar aquella presencia, esperar a que vuelva…” (4) Los obstáculos que tuvo fueron por situaciones que marcaron su infancia durante ese período y trata de caminar con ellas. Filma siempre en Paraguay, porque es su obsesión número uno, porque “Paraguay, si bien es el amor menos correspondido que tuve, es uno de mis grandes amores” (5).
Annabella Balduvino: uruguaya, 70 años. Tal vez sin proponérselo una cámara fotográfica la acompañó para la subsistencia de aquellos años de exilio, pero más tarde se convertiría en el ojo comprometido de quien deja en la memoria colectiva la presencia de las ausencias. Muchas de estas fotografías forman parte de un libro titulado, Nomeolvides, prologado por Daniel Viglietti. En la primera parte se lee: “Entre los desaparecidos no hay inocentes, todos fueron culpables de querer un mundo mejor”. Funda en 1993 Aquelarre, escuela de fotografía donde actualmente trabaja. Su exilio comienza en el año 1973, era integrante del MLN en Montevideo. Se va exiliada a Francia y luego a Argentina, Perú, Nicaragua y Bolivia. En 1987 regresa a Uruguay. Ante la pregunta «¿Y hoy cómo te definís?» responde: “Una sobreviviente…Yo creo que ese es un problema, el ser un sobreviviente de aquellos momentos terribles que se vivieron…en realidad tendría que estar feliz de serlo…en un tiempo me sentí culpable porque aquel compañero que era mucho mejor que yo no volvió,…es imposible para mí no pensar en algunos compañeros que yo amé mucho, que no están, desaparecidos, algunos los mataron.”(6)
Germán García dirá: “´Los vivos están gobernados por los muertos´, decía Lacan, necesariamente siempre lo estarán, y cada vez más. Todo el romanticismo está ahí: el poder de la tradición; el culto de la memoria; la acción sobre nosotros de las cosas ausentes, su inquietante extrañeza avasallante, vampirizando el presente; la continuidad orgánica de la historia”. “De esta enumeración uno podría sacar todo el psicoanálisis. La memoria, el pasado, el poder de la tradición” (7).
Lo éxtimo y el exilio del sujeto
La palabra extimidad es una invención de Lacan. Lo éxtimo es lo que está más próximo, lo más interior, sin dejar de ser exterior. Se trata de una formulación paradójica. El término extimidad se construye sobre “intimidad”. No es su contrario, porque lo éxtimo es precisamente lo íntimo, incluso lo más íntimo.
Este significante indica, sin embargo, que lo más íntimo está en el exterior, que es como un cuerpo extraño. La extimidad es una fractura constitutiva de la intimidad. Lo éxtimo está en el lugar donde se espera, se aguarda, donde se cree reconocer lo más íntimo. En su fuero más íntimo, el sujeto descubre otra cosa diferente a lo que creía iba a encontrar.
Es dificultoso situar la extimidad, estructurarla e incluso aceptarla. Sin embargo, es preciso establecer una estructura de lo éxtimo que intente demostrar que es pensable, construible como lo más próximo, lo más interior, sin dejar de ser exterior. Demostrar esta estructura es lo que exige el concepto de inconsciente en Freud: es legítimo hablar de extimidad del inconsciente.
Exilio implica una sanción política, la expatriación o el destierro fuera de los límites de una ciudad, de una nación. Denegando a un ser humano la posibilidad de regresar bajo amenaza de muerte. Para el psicoanálisis esa extraña intimidad siniestra, ese exilio interior pulsional, está en los límites donde nada se reconoce, nada es de uno, pero es la casa donde se vive, la casa del Otro.
En estas historias de vida donde merodea el goce, la pulsión de muerte con distintos ropajes como: sufrimiento, miedo, desencuentro, ausencia, sobrevivencia; hay responsabilidad de un sujeto, en tanto sujeto del inconsciente, no en el sentido kantiano, sino como sujeto no-todo determinado por sus marcas, responsable de saber hacer con ellas, en tanto le conciernen.
Podríamos decir que es en la inclusión externa de ese sujeto, en el exilio con su propio horror, en lo externo más íntimo y extraño a la vez, donde se espera…se aguarda…, donde hubo un buen empalme con el deseo, dejando de lado el sacrificio y dándole la vuelta a la moneda y su contracara, la vida, en estas historias de Algunas mujeres…
Pero, ¿estas mujeres a quién le hablan?, con sus voces fuertes, optimistas, melancólicas, ilusionadas, decepcionadas…, le hablan a ese Otro que en la extimidad quedó en sus tierras natales derrotadas, pero también a ese Otro inconsciente y su deseo de sobrevivir en la búsqueda del buen vivir , ganándole a la pulsión de muerte la pulseada. En sus diferentes soledades estas mujeres, elijen salir del encierro carcelario del goce y apostar por su deseo, en diferentes proyectos; escritora, cineasta, fotógrafa, militante por los derechos de las mujeres rurales e indígenas.
Desde el psicoanálisis la creencia en el inconsciente es correlativa al sujeto que en la experiencia analítica emerge como un exiliado, como un cuerpo extraño en el interior de ese Otro del lenguaje.
Por lo tanto el sujeto es siempre un exiliado en su división, que lo hace “Otro para sí mismo”, momento en que aparece “lo extraño” en un análisis. Eso que es y no es familiar, que es de una inquietante familiaridad. Lo extranjero dentro de las fronteras geopolíticas interiores, “eso” no sabido que empuja hacia un deseo de saber como invención que anuda consecuencias, como lo nuevo por decir que toca un saber verdadero, atemperando un goce donde algo de esa exigencia cede.
En estos testimonios algunas mujeres no se quedan fijadas a la identidad social, al rasgo: “soy exiliada”, “soy la hija del exiliado”, sino que hay un desplazamiento que remite a una serie de identificaciones singulares inconscientes que van más allá y devienen en otro ser, el ser cineasta, ser fotógrafa, ser escritora, ser militante por los derechos de las mujeres rurales e indígenas, en consonancia con “eso” éxtimo que en un análisis inventa lo verdadero.
Notas:
1 – Méndez Vall, Maricruz: Algunas mujeres. Intercontinental, 2012. Paraguay. Pág. 151
2 – Idem, Pág. 121
3 – Idem, Pág. 181
4 – Idem, Pág. 188
5 – ídem, Pág. 185
6 – Idem, Pág. 250
7 – García, Germán: Actualidad del trauma. Grama, 2005. Bs. As. Pág. 25
Bibliografía:
– Miller, Jacques Alain: Curso Extimidad. Paidós, Bs. As.
– Revista Fri(x)iones- entre el psicoanálisis y la cultura- Nº8-9. El ruiseñor del Plata, Ediciones de la Biblioteca Freudiana. 2019. Bs. As.
– Acuña, Enrique: “Oscar Masotta y lo tragicómico: una versión del exilio”, en Resonancia y Silencio- Psicoanálisis y otras poéticas. Edulp, 2009.La Plata.
– Acuña, Enrique: Vidas pulsionales. El Ruiseñor del Plata, Ediciones de la Biblioteca Freudiana, 2018. Argentina.-