Donde falla, goza
“La fórmula del discurso de la perversión es la misma que la del discurso del analista:
Lacan define a la perversión como una fantasía invertida;
su fórmula de la perversión es a-$, lo que equivale al nivel superior del discurso del Analista. La diferencia entre el lazo social de la perversión
y el del análisis radica en la ambigüedad radical del objet petit a.”
Zizek, Incontinencia del vacío(1)
Profesor de francés. Master II en Ciencias del Lenguaje: Contactos de lenguas y culturas y políticas lingüísticas. Universidad de Rouen, Francia, 2010. Programador universitario de aplicaciones U.N.N.E.
» E-mail al autor
Elisa Ferreira López @chu.alma
Existe el lema que indica que bajo ninguna circunstancia el analista debe gozar del objeto ya que una impostura tal desmoronaría el dispositivo de la cura e implicaría todo tipo de derivas. No sucede lo mismo en la política.
Lo que orienta la cura como un enigma es lo imposible, que contenido por el entramado de la realidad -sea esta más o menos porosa- se imposta en mil muecas -”grimace(s) du réel”.
En oposición, lo que hace de mueca en el entramado caótico de lo político es el accionar en tanto se lo reconoce como tal -en su dimensión de acto-semblante. En tanto tal, estos simulacros lo que buscan es reproducir –ad infinitum- el orden de un S1 incuestionable, cuyas posibilidades de inscripción no implican su cuestionamiento: el orden férreo del discurso del Amo. Esto se constata en la intolerancia al detalle que tiene todo “hombre político”(2) expuesto a lo simbólico -si podemos llamarlo así teniendo en mente el significante lacaniano- éste prefiere el dato estadístico o simplemente el sentido común que en ambas vertientes producen un aplastamiento de lo complejo (3). Posteriormente sí se citarán los múltiples factores y actores e intencionalidades y posiciones en disputa, ya como factores inefables de la derrota de la belle âme...
Las condiciones de posibilidad del acto político no condicionan sus efectos y en la mayoría de los casos no alcanzan para decantar responsabilidades. Si en la demisión (4) de los cargos públicos se fragua una huida hacia adelante y una abierta desresponsabilización, se entiende que lo que comanda está en otra parte, como señala Lacan.
Goce fallido
Los actos fallidos son fallidos por partida doble en política: allí donde eso falla eso goza. Sin embargo, como si de un real se tratase, en política se conoce de memoria el trato con eso que no funciona, con ese imposible que tanto machaca Lacan. Este arte del semblante -la/lo política-o- echa cada vez menos mano a la galera -vacía de vacío- y simplemente improvisa gravosamente desde la nada. Suerte de arte de equilibristas, sin red, pero también sin caídas.
Si “el inconsciente es la política”, esta anderen platz debe ser pensada sin el efecto retroactivo que posibilita la emergencia de significantes que guíen una lectura. Se trataría de una instrumentalización de lo real sin Bahnung, ya que nadie atará los cabos a posteriori, no quedarán rastros ni evidencias de conexiones ni de pasos ya surcados en ningún caso, de ahí el famoso lema: “la historia se repite”. De aquí, que aquello que vuelve a repetirse indefectiblemente -sin despertar interés alguno- no es ese real “que vuelve siempre al mismo lugar”, más bien se trataría del goce del Amo actualizándose desde un mutismo conveniente.
Si en la neurosis subsiste una forma de defensa frente a la perversión -como señala Lacan en D’un Autre à l’autre– bien podríamos suponer que frente a ese goce del Amo, un forma de represión impide una articulación coherente y entierra en lo profundo los supuestos mecanismos inefables de ‘lo político’ (5). Pero detengámonos un poco en las características de este peculiar goce. Por un lado podemos girar la mirada hacia los discursos que lo contienen -en el doble sentido de este término- o que al menos se supone dan cuenta de algo que tiene que ver con su circulación. El discurso de la época – el pseudo discurso capitalista, pervertido por antonomasia- hace nudo con lo que queda de la política (6), ya que cada vez prescinde más de ella o al menos de sus formas tradicionales: ya que cuando ‘eso falla, eso goza’ (7) y sin más deviene una nueva mutación en su propio tejido. Con este planteo se puede pensar que lo político, en sus formaciones actuales, es la contracara perfecta del capitalismo: lo acompaña a la saga con un feliz esfuerzo, alcanzando nuevas mutaciones, nuevos artefactos, nuevas funciones.
En algún punto se puede abordar la idea de lo político, como una forma de catalizador de jouissance, que a través de una interminable trama de posiciones, oposiciones aparentes y actores impulsa ese magma informe hacia los confines de la fantasía, esta vez sí, invertida. Este carnaval de máscaras y atavismos canaliza -en el nivel de lo excedente- aquello que de lo real no llega a constituir marca alguna y que por lo tanto sigue la lógica de la repetición. Una repetición que ya tenía su avatar en la carta VII de Platón…
“Al observar yo cosas como éstas y a los hombres que ejercían los poderes públicos, así como las leyes y las costumbres, cuanto con mayor atención lo examinaba, al mismo tiempo que mi edad iba adquiriendo madurez, tanto más difícil consideraba administrar los asuntos públicos con rectitud; no me parecía, en efecto, que fuera posible hacerlo sin contar con amigos y colaboradores dignos de confianza; encontrar quienes lo fueran no era fácil, pues ya la ciudad no se regía por las costumbres y prácticas de nuestros antepasados, y adquirir otros nuevos con alguna facilidad era imposible; por otra parte, tanto la letra como el espíritu de las leyes se iba corrompiendo y en número de ellas crecía con extraordinaria rapidez.”
Notas:
1- Traducción propia (…) The formula of the discourse of perversion is the same as that of the Analyst’s discourse: Lacan defines per- version as inverted fantasy, i.e., his formula of perversion is a−S/, which is precisely the upper level of the Analyst’s discourse. The difference between the social link of perversion and that of analysis is grounded in the radi- cal ambiguity of objet petit a in Lacan (…)
2- Esto no es exclusivo del zoon politikon vinculado al ejercicio de lo político, es la posición inmanente de todo aquel que en posición de amo desdeña toda relación con y entre los significantes. Lo que atañe al significante es cosa de esclavos…
3- De esta tendencia se pueden extraer varias emergencias en la actualidad. Una de ellas tiene que ver con la preeminencia del dato estadístico y su impronta en las ciencias aplicadas, como la medicina, que han llegado a acumular ingentes cantidades de poder camuflando su no saber con datos aproximados. En los mass media y en política también se han impuesto este tipo de técnicas de recorte y ‘análisis’ de ocurrencias y distribución de ‘datos’.
4- Lacan apunta a esta inconsistencia en el ejercicio del poder político en su seminario D’un Autre à l’autre, en el que deja en claro que si la dimisión es la posibilidad de salida impoluta de los actores políticos, se trata entonces de un poder camuflado, cuya positividad de ejercicio se da en otra escena.
5- El Otro del Otro de la política cobra consistencia mediante este retorno de lo reprimido que en cada fallo vuelve a gozar inexorablemente. La belle âme encuentra así sus lemas nocionales en enunciados vacíos como: ‘No hablo/no sé nada/no me interesa de/la política’. Hacerse instrumentos de ese goce es una tarea que los políticos encarnan atávicamente.
6- Ese resto es el que copula con los demás discursos, ejemplo: el Discurso universitario y su supuesto saber reverberan en los medios de masas y hacen emerger la voz en el Otro.
7- La función del perverso como está expuesto en De un Autre à l’autre nos permite una lectura del anudamiento entre política y discurso capitalista: el perverso se encarga de hacer existir al Otro y todo aquello que implica su existencia y consistencia; esto por supuesto implica una desresponsabilización de los sujetos (assujettis) de la política. Por eso la importancia del goce del Otro y su existencia en el campo de la neurosis y la perversión, ya que si se tiene en cuenta que para sostener el deseo del sujeto neurótico el rol mayor lo tiene el fantasma perverso… nos queda a mano la analogía.
Bibliografía:
– Lacan, J.: D’un Autre à l’autre (1968-1969), Paris, Staferla.
– Platon: Carta VII, (323d-352a).
– Zizek, S.: Incontinence of the void, London, MIT PRESS, 2017.