Del sujeto como intervalo –entre lo real y el deseo, la angustia–
Desde el origen, en el reconocimiento mismo del inconsciente,
es la noción de que, lo que hace de eso la consistencia,
lo que hace estrictamente hablando a lo real, es un punto
de opacidad. Es un punto infranqueable, un punto imposible.
J. Lacan. “Respuesta a Marcel Ritter”, 26 de enero de 1975.-
Psicoanalista. Miembro del Instituto Pragma -APLP-. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Docente del Seminario anual de Pragma: “El decir del analista: interpretación, acto y resonancia”. Responsable del grupo de investigación “Consumos y discurso capitalista”.
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Andrea Mac Micking. @andremacmickingphoto
La idea de “intervalo” propuesta para este Coloquio me hizo caer en la cuenta de que, de un modo u otro, hablamos de ese intervalo todo el tiempo y lo hacemos como razón de la práctica analítica. También circulé en “el intervalo” entre las Jornadas de la APM –Asociación de Psicoanálisis de Misiones- , “Psicoanálisis y Discurso capitalista. Soledades del sujeto”, donde la línea sobre la originalidad de una práctica como el psicoanálisis compromete asimismo, la originalidad de un sujeto que se define en relación a un deseo que agujerea lo social, por un tratamiento del objeto que llamamos con Lacan objeto a y que expresa la relación del sujeto analizable con lo real. También abreva en estas líneas lo trabajado por Enrique Acuña este año en su seminario de CABA, “El Otro del desengaño”. Así se fue diseñando la pregunta sobre: ¿Qué hace que alguien pase de la causa común a la causa propia, la del objeto a?
Entonces de ese intervalo, extraigo que el análisis opera una transformación sobre el sujeto y a la vez contempla un irreductible que no cambia y que resulta de la manera en que cada uno responde a ese real en juego en la experiencia. Señalando, en razón de ello, algo que cambia y también algo que no lo hace: un irreductible.
En el abstract para este encuentro, expresé brevemente la tensión de algunas líneas teóricas que llevan al punto de llegada al sujeto en su ser de la palabra y su existencia de goce, que lo definen en su iteración de las modalidades de encuentro con el lenguaje a partir de un cuerpo en el que ya repercuten sólo los ecos, que comprende la idea de Lacan de ser hablante, el parletre.
Nada novedoso, porque sabemos que recorrer la enseñanza de Lacan es asistir a un cambio de perspectiva teórica y práctica, y la experiencia analítica se impone porque es ahí donde cernimos al sujeto lacaniano, que podría ser pensado en la categoría de intervalo en el psicoanálisis mismo –en principio, el sujeto del inconsciente aparece en el intervalo de la cadena significante, por caso-.
Entonces surge lo teorizado por Lacan, que voy a comentar brevemente, un camino que puede contener algo del subtítulo “entre lo real y el deseo, la angustia”: La conceptualización de lo real por la angustia está marcado por el cuestionamiento a la soberanía de lo simbólico.
Si tomamos el seminario Seminario 7 La Ética del psicoanálisis, podemos leer a Lacan haciendo un camino por el lado de la ontología en un discurso sobre el ser que da cuenta del estatuto de la pulsión e indica otro nivel de aproximación del síntoma a partir de la pulsión. Se puede seguir en la enseñanza que con el ser y la falta en ser, Lacan va construyendo una ontología propia. Estamos acostumbrados a escuchar la idea de que se trata en psicoanálisis de una “desontologización” pero más bien asistimos a esa apropiación y redefinición de conceptos a la que nos acostumbró Lacan, donde ellos llevan su marca, por decirlo de algún modo. Pueden leer la referencia que hace Martín Gómez en la revista Analytica del sur Nº 9, “Para que el Amo sepa…”. Es un comentario muy sintético pero habla en este sentido a partir del libro “Fagocitar a Lacan” de Groisman.
Sólo voy a decir que con su ontología Lacan pasa del registro de la descripción de la estructura, impregnado del estructuralismo levistraussiano, al registro del sujeto en tanto que ser. Un recorrido propio que formula el sujeto y su deseo de ser con Hegel (deseo) y Sartre (el ser y la nada), lejos del estructuralismo y del psicoanálisis existencial. Se puede seguir en Lo real en la experiencia analítica de J.-A. Miller específicamente en la página 209, donde Miller hace un recorrido que sirve muy bien de grilla para hacer una lectura detallada del tema y ver la ontología superada por la ética, que separa al psicoanálisis de lo clásico del Bien Supremo.
Sabemos, y eso intento transmitir, que Lacan se desvía de la referencia a la categoría del ser, para hacer valer la categoría de lo real y es específicamente en el seminario 10 La angustia que puede verse esta inversión porque la angustia deviene el modo de acceso a lo real: este objeto a que no entra en la esfera de los intercambios, que es indecible, frente al cual la angustia surge. Es en este seminario 10 donde ya no se tratará de la falta (en ser), sino de la separación ( separare) de una parte del cuerpo: antes de acceder al significante y su dialéctica, el sujeto sacrifica parte de su cuerpo. Se pueden seguir también en el libro recopilado por Enrique Acuña sobre el objeto: Las paradojas del objeto estas líneas de investigación.
Es en ese punto que rescato la “experiencia de la angustia”, como “afecto central en torno al cual todo se ordena” (1) para Lacan, marca el tiempo de localización del deseo como experiencia que transita hacia la diferencia de un sujeto que no es colectivizable.
Como lo planteara en varias oportunidades Enrique Acuña en su Seminario de este año: “es exclusividad del discurso analítico el atravesar la angustia envolviéndola con palabras, con significantes” (2). Una experiencia analítica hace entonces a un tratamiento íntimo con el objeto que nos corre de las pasiones en el campo de lo social. Cito: “Se trata de una localización del objeto de deseo – que siempre es deseo de otra cosa que aquello que tengo en mi programa inconsciente-, y el resultado de tal localización queda como capital simbólico disponible con sus matices, ya que se trata de una disponibilidad definida por una relación interna/externa –éxtima-, al concernir un real no dicho –imposible de soportar- que no se presta al intercambio.”(3) Es decir que en la producción específica del síntoma analítico algo de él se capta con la entrada en análisis, localizando el autor de los enunciados, aunque quede lo inconciliable de un resto entre el sujeto y el objeto.
Es a la altura del seminario 11, Los cuatro conceptos del psicoanálisis que Lacan redefine el inconsciente y lo hace planteándolo como una discontinuidad surgida en el corazón del discurso, justamente como un intervalo/ hiancia, que obedece a una estructura temporal. Recordarán que retoma a Sartre para ver si se puede plantear un inconsciente óntico para extraer la idea del inconsciente como “lo no realizado”, que llama a su realización: ni ser ni no ser, no realizado y además, listo para desaparecer; se trata de un inconsciente ético que se escapa en el punto de su aparición. La definición de inconsciente está en consonancia con el objeto perdido y se va diseñando el camino del encuentro malogrado siempre.
Me parece que estos tres seminarios bosquejan un modo posible de recorrer el tema.
Para terminar, menciono la idea de la hontología con “h” que figura en el texto de Analítyca del Sur que les mencioné y del que Lacan se ocupó. Es una combinación permitida por el idioma francés con la palabra honte =vergüenza. Viene de la lectura que señala ese desandar de Lacan la antropología, la filosofía. Me parece que respecto de los discursos -que es un tema en el que vengo insistiendo en mí lectura-, es un punto a seguir para extraer algunas consecuencias. Me encontré, a partir de una recomendación, una conferencia sobre la Honte que da Cristian Dubuis Santinien un seminario sobre lo real (enfrentado con Miller y distanciado de P. Valas), que está armada con intervenciones de Lacan sobre “El ser y el lenguaje” (1972) en la universidad de Louvan. En ese audio, con lo que eso comporta en la sonoridad, se lo puede escuchar a Lacan decir: “Mourir de honte”: morir de vergüenza y concluir esa intervención remarcando: “nadie muere de vergüenza”. La idea es más compleja pero cabe mencionar que no hay nada antes del lenguaje para el sujeto, él mismo es efecto del lenguaje en una suerte de enganche a partir de la iteración del S1 y lo real encuentra su lugar, su existencia, a partir del S1.
En la coyuntura del seminario 17, El reverso del psicoanálisis y el contexto del mayo francés, considerando los cuatro discursos presentados y tomando el discurso universitario en especial, podemos pensar ¿qué quiere decir con ese “nadie muere de vergüenza”? y respondernos que no hay conexión entre el S1 en el lugar de la verdad en el discurso universitario y el S2 que comanda; los S1 están por debajo de la barra. Pero eso no exime que sea una dirección a seguir. Por eso vuelvo siempre al Lacan de Las escaleras del Panteón, cuando él mismo “les escupe” esa verdad a los estudiantes –por decirlo de un modo gráfico para mí al menos-, porque se dice o se decía:“se lo escupió en la cara” para expresar que se lo dijo de frente y sin vueltas. Lo dicho es “Ustedes buscan otro amo”.
Podemos concluir que avergonzar sería averiguar la conexión entre el S1 que se repite en un sujeto y la verdad -hermana (menor) del goce-. Esta conexión fue también referida en su seminario por Enrique Acuña para subrayar que en la orientación de la práctica analítica se trata de nuevo y otra vez en cada sesión de captar algo más de ese real inapropiable.
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Trabajo presentado en el VI Coloquio del Instituto PRAGMA –APLP, Psicoanálisis: una clínica del intervalo, el sábado 14 de Diciembre de 2019.
Notas:
(1) Lacan, Jacques: Seminario 17, El reverso del psicoanálisis, Pág. 154.
(2) Acuña, Enrique: Seminario CABA “El Otro del desengaño”, Clase del (02/11/19)
(3) Ídem.-
Bibliografía:
• Acuña, Enrique: Seminario CABA “El Otro del desengaño”, Año 2019
• Acuña, Enrique: “La captación de la angustia por el síntoma”, de Resonancia y silenc El Ruiseñor del Plata. 2009.
• Lacan, Jacques: Seminario 7, La ética del psicoanálisis. 1959/60. Ed Paidós
• Lacan, Jacques: Seminario 10, La angustia, Ed. Paidós
• Lacan, J.: Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.1964. Ed. Paidós.
• Miller, J.- A: Curso Lo real en la experiencia analítica, Pág. 209
• Analytica del Sur-Psicoanálisis y crítica, Edición n°9, noviembre de 2019.