Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 13 • Diciembre de 2023 •

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La ley moral y el imperativo de goce

Daniela Ward

Psicoanalista. Miembro del Instituto Pragma -APLP-. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Docente del Seminario anual de Pragma: “El decir del analista: interpretación, acto y resonancia”. Responsable del grupo de investigación “Consumos y discurso capitalista”.

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Desde El Rancho, Zygmunt Kowalski, IG: @centenariokowalski

 

La clase del 3 de junio de este año del seminario de la Red AAPP ¿Declinaciones de lo familiar? – El psicoanálisis y los cuerpos hablantes- estuvo a mi cargo y contó con el comentario de Leonardo Vera.

Como es habitual la clase se referenció en párrafos, en este caso extraídos de «El malestar en la cultura» de S. Freud y del Seminario 7, La ética del psicoanálisis de J. Lacan. Los párrafos extraídos de los capítulos VI y VIII de «El malestar en la cultura» remarcan el lugar preponderante que Freud le dio al superyó en su investigación de un malestar predominante. Así como pensó el concepto de ética portando esperanzas en la realización eficaz de lo que la labor cultural no había logrado. Sabemos además que concluye en un trabajo conjunto entre ética y civilización en un movimiento donde participan el superyó, la renuncia a gozar y la pulsión de muerte, y con extrema cautela Freud vislumbra al psicoanálisis como lo que puede hacer algo con ese malestar. A nivel de la práctica habla de “atenuar las pretensiones” del superyó porque él mismo pensó como horizonte de un análisis del lado de cierta conciliación amorosa con este superyó cruel.

Por su parte, lo que para Freud es pulsión para Lacan es goce: goce y pulsión hacen a la vida misma. No se la puede pensar sin ellos. Podemos puntuar que no hay goce sin lenguaje -lo real como tal se concibe para los seres hablantes-, y asimismo ese goce no es tan dócil al lenguaje -son opuestos que conviven.

Tal como el Argumento de este Seminario lo expresa: cuando se trata de “hacer entrar las cosas en el bien común, esperamos el retorno de lo reprimido”. Ese retorno no es otra cosa que el malestar que insiste en hacer presente la inadecuación sujeto-objeto, podemos decir, el nombre de lo inatrapable por el lado del universal del “para todos”.

Entonces, me interesa remarcar la importancia del “resguardo” de los imposibles -al decir de Oscar Masotta (1), como condición de existencia del discurso analítico -así como en el Seminario Anual del Instituto Pragma en La Plata: “El decir del analista: interpretación, acto y resonancia”, hablábamos del resguardo del vacío de la referencia del lado de ese objeto a de J. Lacan porque “proteger y resguardar la imposibilidad” (2) me parece clave en el discurso analítico.

Recordamos además que los imposibles fueron subrayados por Freud y Lacan. El primero en “lo imposible en las tareas de gobernar, educar y psicoanalizar” y para Lacan con “la imposibilidad de la relación sexual”, señalando ambos lo que no va a resolverse nunca porque es constitutivo de los seres sexuados, hablantes y mortales. En consecuencia hay que aprender a vivir con esa “falla constitutiva” que hace la diferencia con una época actual con distintas y variadas propuestas de abordajes terapéuticos que piensa en una “falla coyuntural”, es decir, posible de ser taponada con los objetos a producir aptos para eso. Coloquen allí cualquier propuesta.

El tema planteado por el seminario de la Red, da lugar a muchas interrogaciones. Por ejemplo: ¿cómo podemos pensar con Freud esa línea de tensión que enhebra Ideal de yo y superyó, que encierra la pacificación del malestar? La ley moral civilizada tal como Freud la nombra procuraba una cierta brújula a lo que hoy se percibe a partir de su quiebre “como yendo hacia la inmoralidad” -para usar palabras consonantes con ideas que hemos escuchado los que tenemos más años-. Y la clave está en que esa moral civilizada inhibía. La familia  como organización social que supera lo natural, desempeñaba esa función de orden y orientación que tanto se proclama, por ejemplo del lado de la religión. Sin irnos a los extremos como podría ser el Islam y su abnegada conservación de las tradiciones como escape a la “modernidad”, más cercano a nosotros, la Sagrada familia de Nazaret como significante Amo dentro del catolicismo, intenta rescatarnos y volvernos a la identificación con papá y mamá que pacifique lo irrefrenable de esta disipación del matrimonio, de las transformaciones de la familia, de los efectos sobre los cuerpos que empezaron a ser comentados en este seminario.

Con Freud seguimos la idea de que la vida en sociedad, impone la renuncia al goce pulsional y también pensamos lo pulsional como inevitable: la pulsión siempre se satisface y en esta satisfacción  entra a jugar un papel importante el superyó en su doble cara: prohibiendo y exigiendo porque la pulsión “se disfraza del ley” para exigir de manera escondida y paradójica, su satisfacción. Como ya se dijo hay una lectura del malestar en Freud desde la familia y también lo podemos seguir en Freud en las teorizaciones que van dePsicología de las masas y análisis del yo” -donde el ideal del yo prometía cierta pacificación y ordenamiento de lo imaginario a partir de lo simbólico-,  a “El malestar en la cultura”-donde la imposición del universal deja siempre un resto pulsional que impide soñar con la felicidad lograda y donde la mutación de la “renuncia al goce pulsional” varía al “goce en la renuncia”. Entonces lo social mismo queda como “marca de goce”, señalando el fracaso del amor fundado en la identificación simbólica para resolver el problema del goce.

Así resulta que el eclipse del ideal, el eclipse de la suposición, describen un estado de situación de modernidad que viene a velar que la oferta del mercado para llenar la insatisfacción no logra la felicidad. Subrayé la insistencia y existencia de lo real, donde “eso falla”, y es justamente lo que garantiza el psicoanálisis como discurso y su práctica concreta, porque no existe aún esa palabra final que venga a dar la totalidad, la completud, la complementariedad. No hay ese rapport sexual como explica Lacan, ubicando al psicoanálisis como una práctica del desciframiento, la interpretación y finalmente, la lectura de esa letra a descifrar.

Hemos trabajado durante todo un año con Enrique Acuña en uno de sus cursos anuales que esto se debe al ascenso del objeto a al cenit de lo social. Allí donde para Freud estaba el Ideal estableciendo el orden y pacificando, en la actualidad se trata de la anticipación lacaniana de “la falla de la producción” del objeto a. Es la frase: “Bastaría el ascenso al cenit social del objeto llamado por mí a minúscula, por el efecto de angustia que provoca el vaciamiento a partir del cual nuestro discurso lo produce, al fallar su producción”, o sea la no producción de ese objeto paradójico -invención lacaniana que compone la falta de representación, causa vacía, etc.- y su sustitución por el objeto prêt-à-porter (para todo uso) provoca tal ascenso al cielo de lo social de un objeto que promete, crea, la ilusión de complementariedad al sujeto.

Esta alianza solidaria entre capitalismo, ciencia y mercado tiene efectos que se ramifican y si seguimos el camino de transformación dado por el pasaje del modelo disciplinario del orden y la disciplina “tramada en la lógica Estado-Nación y el modelo de trabajo “fordista” a una sociedad de redes y rizomas que deslocalizan el modelo de estado-nación disolviendo y transformando los vínculos sociales y familiares propios de la era industrial del que Alejandro Sosa Días ha hablado en su curso del 2022 y en otros trabajos publicados. Todo esto promueve un modo de relación y acceso al goce que deja de estar mediatizado por lo que es su homónimo, por decirlo así, que es el modelo del Edipo, instalando esta figura del superyó posmoderno que ordena gozar sin fin y sin límite: de sí mismo, de su imagen, del deporte, del trabajo, etc. Por eso decía que lo social mismo comienza a portar la marca de goce -aquel que estaba prohibido, hoy se exhibe como marca: es el espectáculo que se da a ver. (2)

Para finalizar, el capitalismo como un sin límite avanza como se dice “a escala planetaria”, organizando cierta adecuación de la relación sujeto-objeto pero que vía su “atajo” el sujeto se informa pero no sabe: su relación al saber queda cortocircuitada evitando cualquier efecto de verdad que le daría el encuentro con el significante -y su consecuente castración para decirlo freudianamente-, conservando la impotencia del sujeto respecto del saber y el discurso analítico tiene allí un lugar que podemos pensar como el señalamiento de la contingencia, de eso que no está escrito de antemano, potenciando un encuentro donde la técnica no sea lo que gobierne tal encuentro.

Se me ocurre pensar en la importancia que en el seminario anual del Instituto Pragma le estamos dando a la “función poética” con referencias a Freud y Lacan más sus propias referencias: con Lacan, a los lingüistas F. de Saussure, a Jacobson y otros, donde en una “vuelta a Freud” parafraseando aquella vuelta política de Lacan-, y los mecanismos que contempla en los sueños, lapsus, Witz y el síntoma: condensación/desplazamiento y metáfora/metonimia, se abre la experiencia inédita con la palabra, con el lenguaje, que compromete una idea de inconsciente y sus resonancias que instalan una particular experiencia que compromete la creación y la invención y sí o sí en el uno por uno.

 

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* Texto extraído de la clase dictada el 3 de junio del 2023 por Daniela Ward y comentada por Leonardo Vera, del Seminario Anual de la Red AAPP: ¿Declinaciones de lo familiar?- El psicoanálisis y los cuerpos hablantes-. Modalidad zoom.

Notas:

1. Masotta, Oscar: “El objeto metonímico”, publicado en la revista Versus entre la clínica y la cultura–www.aplp.org.ar. Revista de psicoanálisis n°1, pág. 11/12.

2. Tort, Michel: El fin del dogma paterno, Ed. Paidós, 2008, pág. 528.

Bibliografía:

– Masotta, Oscar: “El objeto metonímico”, publicado en la revista Versus –www.aplp.org.ar

– Alemán, Jorge: El porvenir del inconsciente -filosofía/política/época del psicoanálisis. Ed. Grama. Año 2006

– Miller, Jacques- Alain: “Una fantasía”, Punto Cenit -política, religión y psicoanálisis. Colección Diva. Año 2012

–  Acuña, Enrique: “El objeto (a) salta lo social”, de Vidas pulsionales. Ed. El ruiseñor del plata. Año 2018.

– Acuña, Enrique: “El objeto de la paradoja analítica” en Las paradojas del objeto en psicoanálisis. EDULP

– Sosa Días, Alejandro: Curso: “La economía mundial hoy. Estructuras transformaciones y dilemas”. UNDEF 2022.

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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