Abriendo caminos
Psicoanalista. Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Miembro de la Asociación de psicoanálisis de Misiones. Docente del Instituto Sigmund Freud. Responsable de la Biblioteca Freudiana de Overa. Responsable de la edición del Boletín Ring- el despertar de cada uno en red- (Boletín de la Red AAPP)
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Quería aprovechar esta posibilidad de tomar la palabra en esta actividad -en la que estamos dando cuenta de los efectos de la enseñanza y la política que tuvo Enrique Acuña- como responsable de la Biblioteca Freudiana Oberá (instancia de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones), para recuperar así algunas expresiones claves que diera Enrique en el año 2011, el primer año en que realizamos actividades con la APM en la ciudad.
En aquella ocasión fueron cuatro conferencias que denominamos “El malestar en la cultura”. En la cuarta estuvo como invitado Enrique dictando una conferencia que tituló “Entre ciencia y religiones: el psicoanálisis”. El primer dato ahí es el del título, porque no dice religión en singular sino “religiones” en plural. O sea pone en juego de manera interpretativa un rasgo local, de la ciudad de Oberá en tanto es reconocida por albergar muchas y variadas religiones en un marco demográfico no muy amplio.
En aquella conferencia dictada el 22 de octubre dijo lo siguiente:
“La ciencia genera una realidad por transmitir ondas de radio, es un atmósfera de realidad con narraciones del sentido común que evitan el malentendido del lenguaje pero a la vez propagan malos entendidos, en una narración sin autor. Por el lado de la religión hay un triunfo en su forma de dar sentido, porque es un sentido indestructible cuando Dios creó la promesa de un más allá que nos hace infinitos. Pero en el psicoanálisis se trata de aprender a vivir con poco sentido, a sentir la riqueza del vacío. Además allí somos autores: o sea respondemos.”
Recorto esta expresión para señalar algunas cuestiones: por un lado transmitir que el psicoanálisis se encuentra “entre” otros discursos, de algún modo poniendo en juego que nos tocaba a quienes promovíamos desde la Asociación de Psicoanálisis de Misiones que hubiera psicoanálisis en una ciudad sin tradición analítica, pero que también debíamos estar al tanto de las condiciones locales en un momento de tratar de instaurar un discurso novedoso en la ciudad. Como se dice “estábamos abriendo camino”, atentos a los modos de dar sentido a lo real (la ciencia, la religión) a sabiendas de que lo rechazado en un campo retorna en otro y ahí está la condición de posibilidad para el discurso analítico, discurso que hace resguardo de la falta, al decir de Oscar Masotta. Entonces: lo real de la ciencia no es igual a lo real en psicoanálisis.
Otro aspecto que tiene lo dicho en aquella ocasión es que muestra una constante vigencia. Hoy en día, entre medio de las disputas por el sentido de lo que sucede, en un contexto de realidad construida principalmente por el discurso neoliberal que propaga fake news o reproduce memes sin autor -que inciden en las atmósferas de verdad y en la realidad política- el psicoanálisis de orientación lacaniana se orienta por la pregunta “¿Quién habla?”. La enunciación es uno por uno, más allá de enunciados colectivos que instalan afirmaciones y responden a intereses políticos-económicos. En esa frase está en juego el efecto que tuvo en mí, de entender que se trata de hacerle lugar al sujeto del inconsciente extrayéndolo de las masas discursivas. Con esta idea de “somos autores”, por un lado se juega la responsabilidad subjetiva de quien se analiza por sus formaciones del inconsciente –o sea pone en juego una interpretación- pero también que el deseo del analista implica responder tomando la palabra ante las coyunturas, a lo que sucede en determinada época y en determinado contexto. Y como tercera cuestión, la resonancia en relación al autor es que hay nombres propios, en psicoanálisis las transferencias se juegan a nombres propios, como el de Enrique Acuña.
De algún modo con todo ello me gustaría transmitir ese rasgo que también tuvo efecto en mí: el estar atento a las coyunturas locales para interpretar así qué lugar hay para el psicoanálisis, a sabiendas de que circula entre otros discursos y lo hace a partir de que quienes lo transmitan tomen la palabra interpretando y pronunciándose.