¿Declinaciones de lo familiar? –de la novela hacia un decir–
Miembro de la Red AAPP (Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas). Docente del Instituto Sigmund Freud -Asociación de Psicoanálisis de Misiones-. Profesora de sordos.
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Vecinos de El Rancho, Zygmunt Kowalski, IG: @centenariokowalski
¿Cómo vive la época la pulsión? Este interrogante que plantea Enrique Acuña permite poner a conversar al psicoanálisis con otros discursos, según cada tiempo. En este sentido cabe hoy la propuesta de una lectura, de Sigmund Freud a Jacques Lacan, que retome los términos: novela familiar, lo familiar como articulado a lo ominoso (unheimlich), y en un “entre” las elaboraciones de Lacan en torno al mito.
A la luz de despejar algunos términos es preciso leer que Freud, en su texto “La novela familiar de los neuróticos” (1908/09), cuando refiere al término novela lo hace a partir de la idea de estadío, en el que para un niño equivaldría a una operación de enajenación, de desapego de sus padres. Agrega que es lo esperable y normal subjetivamente, pero habría una clase de neuróticos en cuyo estado se discierne como condicionante su fracaso en ello. Se circunscribe así el lugar de autoridad, de ideal, atravesado por lo que conocemos como estructura edípica, entre la identificación y la rivalidad amorosa. Si bien dice Freud lo que sigue es poco recordado, se puede pesquisar en un análisis algo de la novela de cada uno para lo cual importa saber que hay un detalle, una actividad fantaseadora que se prolonga más allá de la pubertad. En este transcurrir, en ese entramado hay dos tiempos: el primero localizado como asexual, el de la identificación a los padres de un mismo sexo, más articulado a la identificación amorosa; y un segundo tiempo, atravesado por un costado sexual, en la que las fantasías son llevadas a ese plano. Pero que al fin y al cabo son fantasías noveladas.
Lacan en su obra La familia, define éste término como un tipo de asociación que es a la vez natural y social, provista de una sucesión generacional, orgánica y biológica. Dirá también que la misma conlleva una serie de reglas que le dan un orden en lo social, donde los “complejos familiares” representan un determinado estado de desarrollo psíquico y señala que ese complejo es posible a partir de las insuficiencias de las funciones vitales, es decir, que lo orgánico-biológico es desbordado debido a sus fallas. En elaboraciones posteriores, en “El mito individual del neurótico”, escrito de 1952, que permite desplazarnos de la novela al mito, leo en Lacan que el psicoanálisis no es una técnica, tampoco un método operacional; dirá que se trata de preservar la medida del hombre consigo mismo, una relación interna, cíclica que entraña por excelencia el uso de la palabra, lo que conlleva la emergencia de una verdad, que no puede ser dicha. Refiere en este punto a una relación intersubjetiva continua y ello obliga a expresar lo que no puede decirse con un mito en tanto fórmula discursiva, es decir, que la palabra no alcanza a captarse a ella misma ni el movimiento de acceso a la verdad, como una verdad objetiva. La verdad sólo será expresada de un modo mítico y el detalle que hace que un relato tenga carácter de mito es la construcción que alguien realiza en su decir.
Con respecto al mito, Lacan señala que el sentido del discurso de Claude Lévi-Strauss está puesto en lo dicho acerca de la función del significante en el sentido lingüístico del término, donde ese significante no se distingue solamente por sus leyes sino que prevalece sobre el significado al que él las impone. Toma el término mitema como extensión a la noción de mito, el acento puesto sobre el significante. Su análisis consistirá en buscar estos elementos significantes, lo que a la palabra dicha son los fonemas, es decir, las partículas, las partes que la conforman. En este sentido Lacan homologa o aplica la grilla mitológica a los síntomas de las neurosis, mediante la posibilidad de transportar algo del padre a su propia vida, refiriéndose al caso del hombre de las ratas, pero con una transformación en el relato del paciente.
Lacan formaliza el caso según una fórmula dada por Lévi-Strauss cuyo detalle diferencial está puesto en el relato de cada uno. El mito estaría allí para mostrarnos la puesta en ecuación bajo una forma significante de una problemática que por sí misma debe dejar necesariamente algo abierto, que responde a lo insoluble, esa sería la función del mito, el significante imposible, eso que no puede ser dicho. Esto es un sistema de transformación del significante, es el fondo sobre el cual se inscribe la experiencia de un análisis. Para Lacan importa el sistema de significantes en la medida en que organizan, en que es el andamiaje de todo eso y determina allí vertientes, puntos cardinales, inversiones, conversiones y el juego de la vida. Considero que lo dicho aquí puede esclarecerse si articulamos a la función del mito, el recurso a la palabra que alguien tiene, en el contexto de un análisis, con respecto a la pulsión y al goce, como lo señalara Daniela Ward en la clase anterior, en tanto ambos hacen a la vida misma, puntuando que no hay goce sin lenguaje y así mismo saber que ese goce no es tan dócil al lenguaje. Goce y lenguaje son opuestos que conviven en el contexto de ese malestar que se produce cuando alguien trata de hacer entrar las cosas en el bien común; hay un retorno de lo reprimido, presente en una inadecuación del sujeto-objeto.
Lacan retoma lo referido por Freud en la “Interpretación de los sueños”, cuando introduce el inconsciente como un lugar que llama «otra escena». Así hay un primer tiempo en el que hay el mundo, que concierne a la razón analítica y un segundo tiempo, el de la escena, definida como esa dimensión de la historia, en la que siempre tiene un carácter de escena. Luego agrega un tercer tiempo que conlleva la escena dentro de la escena, allí el mito.
En este recorrido propuesto de Freud a Lacan, en el desplazamiento de la novela a lo familiar, Freud en su texto “Lo ominoso” (das unheimliche) del año 1919, refiere a dicho término en la línea de lo terrorífico, de lo que excita, angustia y produce horror, y agrega que una palabra no siempre es usada en un solo sentido. Por ello plantea ir hacia su definición, pesquisar el significado de la lengua o agrupar todo aquello que, en personas y cosas, impresiones sensoriales, vivencias y situaciones despierta en cada uno sentimiento de lo ominoso, dilucidando el carácter de escondido a partir de algo común a todos. Lo ominoso es esa variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo. Ahora bien: ¿cómo lo familiar puede devenir ominoso, terrorífico y en qué condiciones ocurre?
Freud realiza un rastreo en el diccionario alemán señalando que Un es no y heimlich se homologa a íntimo. En consecuencia, es lo no íntimo y puede articularse a lo terrorífico porque no es consabido ni familiar. Desde luego no todo lo nuevo y no familiar es terrorífico. Hay algo que lo vuelve ominoso. Freud va más allá de esa ecuación=no familiar. En ese recorrido se sitúa nuevamente en el sufijo un (negativo): refiere a lo que provoca horror angustioso, a la vez utilizado como espectral y por otro lado articula a eso que es del orden de lo que permanece secreto, lo oculto pero que ha salido a la luz. Freud ubica que de esa variedad de citas lo que le interesa es el múltiple sentido del término heimlich que a la vez muestra un significado común en su opuesto unheimlich. Una palabra es en oposición a otra.
Como última puntuación retomo la idea de extrañeza que señala Enrique Acuña, en una conferencia realizada en Posadas en el año 2019, en el contexto de la apertura del Seminario anual de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, allí retoma el término extimidad articulado al exilio del sujeto. Cito: “…extimidad, neologismo que no se usa en castellano pero es una palabra que utilizó Lacan, recuperada por Jacques-lain Miller para decir que yo soy extraño a mí mismo, que es un poco mejor que echarle la culpa al extranjero, dice Lacan. Es decir es extraño por lo tanto me causa extrañeza…», ya para Freud habría un pasaje de lo familiar a lo siniestro a partir de un sin sentido. Continúa Enrique: «…Extrañeza es un término de Freud, que proviene de un texto que se llama ‘Lo ominoso’, ‘Das unheimliche‘, de donde Freud hace un juego, toma un cuento de E.T.A. Hoffmann, que se llama ‘El hombre de la arena’, donde demuestra que un niño se sentía extraño a sí mismo porque cada tanto recordaba de su infancia, la llegada de un amigo de su padre, del que había escuchado un relato acerca de una persona que dejaba ciegos a los niños. Freud tenía la idea de que la castración, el perder la mirada, el quedarse ciego remitía a una estructura que es universal la que a la vez nos remite a una estructura sexual, en términos de la castración genital pero sabemos que para Lacan de lo que se trata es del lenguaje…». Lacan articula lo siniestro a la angustia, pero a un afecto que se produce ante la posibilidad de perder algo. La situación peligrosa pasa a ser interna al sujeto.
Entonces, podemos pensar que ante cada suceso y en los modos de respuestas de cada uno, lo que al fin de cuentas importa es poder localizar que es el lenguaje el que produce un exilio, en ese “no hay saber sobre lo sexual”, hay ficciones, hay mitos.
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* Texto extraído de la clase: “De la novela familiar a lo unheimlich”, dictada por Claudia Fernández con los comentarios de Ofelia Martínez en el contexto del Seminario anual de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas (AAPP), Ciclo 2023: “¿Declinaciones de lo familiar? -El psicoanálisis y los cuerpos hablantes.”
Notas:
– Freud, Sigmund: Obras Completas, tomo IX, “La novela familiar de los neuróticos”, Amorrortu editores, Buenos Aires,1979.
– Freud, Sigmund: Obras Completas, tomo XVII, “Lo ominoso”, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1976.
– Lacan, Jacques: El mito individual del neurótico o Poesía y verdad en la neurosis, “El mito individual del neurótico”, Paidós, Buenos Aires, 2009.
– Lacan, Jacques: La familia, Biblioteca de Psicoanálisis, Editorial Argonauta, Buenos Aires, 1997.
– Lacan, Jacques: Seminario 10, La angustia, «Del cosmos al Unheimichkeit”, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008.
– Lacan, Jacques: El mito individual del neurótico o Poesía y verdad en la neurosis, “Intervención tras una exposición de Lévi-Strauss”, Paidós, Buenos Aires, 2009.
– Hoffmann, E.T.A, Freud, Sigmund: El hombre de la arena, Lo siniestro, JCE Ediciones, Buenos Aires, 2004.
– Acuña, Enrique: Clase apertura Seminario anual de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones “Angustia y extimidad”, Posadas, Misiones, 2019. Inédito.
– Comentarios clases 1, 2, 3 Seminario anual de la Red de Asociaciones Analíticas y Publicaciones Periódicas, ¿Declinaciones de lo familiar? El psicoanálisis y los cuerpos hablantes. Ciclo 2023, https://redaapp.wordpress.com/2023/05/31/horizontes/; https://redaapp.wordpress.com/2023/06/22/los-complejos-familiares-un-comentario/; https://redaapp.wordpress.com/2023/06/28/126/.