Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 11 • Diciembre de 2021 •

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Soledad y lazo social

Aldana Macena

Secretaria de la Comisión Directiva de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Coordinadora del Área de Investigación de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones-Instituto Sigmund Freud. Responsable de Tempo -dossier de módulos de investigación de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones-. Miembro de la Asociación Amigos Guaraníes -AAGua-.

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Elisa Ferreira López @chu.alma

El escrito que sigue a continuación surgió, en primer lugar, a partir de la lectura del argumento de las XIV Jornadas de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, donde podemos leer el entrecruzamiento entre sujeto del inconsciente y la vida en comunidad. A partir de este detalle realizaré un recorrido orientado, en principio, por una investigación en curso, que se enmarca en el módulo “Lectura de los casos de Sigmund Freud”, para luego articular un rasgo social, contemporáneo.

 

La intersubjetividad

El sujeto no está solo, está siempre dentro del campo del Otro que incluso lo precede. Tal es así que por la relación con ese Otro nos encontramos con los distintos tipos clínicos. Ahora bien, Freud introduce que en los síntomas hay una causa y es ahí donde nos encontramos con la soledad del sujeto, ya que esa causa no es compartida.

Siguiendo la pista de las presentaciones actuales de la neurosis obsesiva, encuentro en Jacques Lacan el concepto de intersubjetividad, para referirse a la histeria, y el de intrasubjetividad, cuando se trata de la neurosis obsesiva. Jacques Alain Miller retoma esta idea en la Introducción a la clínica lacaniana (1). La histeria se caracteriza por su articulación y dependencia del Otro, a tal punto que es impensable sin su relación con el Otro y, además, esa relación es de debate. Es bien conocido el papel que se le atribuye a la histeria en la obra de Sigmund Freud, como principal contribuyente a la “cura por la palabra”. La histeria queda del lado del lazo social, tal es así que Lacan la eleva al estatuto de discurso.En este sentido podemos pensar lo que va a decir Miller, más adelante, en el textoLa utilidad directa”, cuando señala que Lacan añade el discurso histérico en 1968, cuando se hace evidente que puede convocar masas, refiriéndose al Mayo francés, cuando apunta al amo contemporáneo.

La histeria, entonces, posibilitó el descubrimiento del inconsciente por su costado intersubjetivo, por el lado del lazo social. Pero el análisis implica un más allá del lazo social, es necesario introducir una causa en aquello que se presenta como una narración.

 

La utilidad directa

Jacques Alain Miller habla de un sujeto que en la actualidad está condenado a la utilidad directa (2), por lo tanto atraviesa su existencia de manera cronometrada, donde todo lo que hace debe servir para algo. Ahora bien, ubica, además, la sesión analítica como un paréntesis dentro de ese tiempo cronometrado, de la cual no se sabe rápidamente cuál es su utilidad. Aparece como una excepción a la regla actual de utilidad directa, el autor plantea que se trata más bien de una utilidad indirecta, misteriosa, más compleja de precisar, en tanto vale para cada uno en su singularidad, y por esto es necesaria. Sabemos ya, a partir de la obra de Sigmund Freud, que en esa narración que toma a veces  forma de autobiografía, se introduce la idea de que eso que se dice y que tiene apariencia de sin ton ni son, en verdad hay razón, le suponemos una causalidad.

 

En palabras de Miller: “La sesión analítica es una playa de goce sustraída a la ley del mundo, pero que permite a ésta ejercer su reinado porque le procura un descanso, un alivio, un alto, mientras se prosigue esa extracción incansable, esa extracción de plusvalía, que justifica -es lo que se cree- que uno exista” .Esto quiere decir que el psicoanálisis aparece como una alternativa al modo de vivir contemporáneo, donde se debe vivir optimizando al máximo el tiempo,donde cada segundo cuenta pero en el sentido de un valor social. Trata, teniendo en cuenta la posibilidad en cada caso, de lograr más que un valor que es más bien de cada uno.

 

Ahora bien, hoy el contexto global de amenaza del avance del virus COVID 19, nos sitúa en un panorama distinto: el del distanciamiento social y la cuarentena obligatoria. Los estados alientan a sus ciudadanos a permanecer en sus hogares para evitar una mayor propagación del virus. Parece ser una oportunidad perfecta para que ocurra ese descanso frente a esa sustracción de la plusvalía, pero en cambio nos encontramos con el home office, y un nuevo imperativo: tomar el encierro como una oportunidad para lograr lo que la vida en sociedad y el trabajo no permitían. Por el momento, parece seguir rigiendo la utilidad directa como el modo de habitar el mundo. Y en ese sentido, el psicoanálisis continúa siendo una alternativa, aún en tiempos de encierro. Pero es necesario preguntarse ¿qué lugar tiene en un panorama como el actual, el psicoanálisis?

 

No hay soledad sin lazo social

Para el psicoanálisis, el concepto de sociedad es dudoso y, siguiendo a Lacan, Miller nos orienta hacia la idea de lazo social. La sociedad es un supuesto, en tanto no sabemos como funciona, ni cómo se sostiene, pero a la vez la suponemos. En este sentido Miller dice que se trata de un acto de fe en ese sujeto supuesto saber que es la sociedad.

Al principio de este escrito, mencionaba que el sujeto no está sólo, si no que está siempre, desde que nace e incluso antes de eso, en el campo del Otro. A eso apunta la idea de lazo social, es decir, a la articulación de dos lugares. Digamos que la sociedad está fragmentada en diversos lazos sociales. El acto de fe aparece cuando se piensa que es un todo. El discurso analítico se presenta como el que se ocupa de lo más íntimo del sujeto, pero esto no puede ser sin que estén dadas ciertas condiciones de organización social que permitan que el inconsciente, tal como lo planteó Freud hace más de un siglo, tenga la posibilidad de ser interpretado.Podemos decir que, para acceder a la soledad del sujeto, es necesario ese tipo de lazo social.

Para responder a la pregunta planteada previamente, considero que es preciso introducir, también, la figura del analista. El analista no debe estar solo, si no que con otros debe intentar garantizar que no se olvide la particularidad de cada uno. En este sentido, no se trata, claro está, de disolver la clínica en detrimento de la búsqueda de la causa de los síntomas en lo social, si no que el planteo es que a partir de un hecho social, de un sujeto que es planteado como social desde otros discursos, en el psicoanálisis se trata de introducir la pregunta por la causa de cada quien. Enrique Acuña en el libro Vidas Pulsionales (3), señala que, del hecho social hay algo que cae como dicho analítico, hay hechos sociales subjetivados por el relato del analizante. Utiliza la palabra “asalta” para referirse a lo que se le impone como sorpresa al sujeto en la época, a lo que acontece en lo social y lo toma por asalto. Sus retornos pueden ser en la comunidad, como síntomas sociales,o en la soledad del síntoma analítico.

 

Entonces, el psicoanálisis no se sustrae de lo social, sino que debe estar atento a los síntomas sociales y a los cambios en las interacciones que transforman la vida en sociedad. Por ejemplo, debe reinventarse para continuar escuchando el malestar de los sujetos en el aislamiento. Pero, a su vez, entiende que las respuestas ante lo que sucede a escala global serán subjetivas.

 

Acuña señala como rasgo contemporáneo que cada vez “se presentan menos personas con una pregunta acerca del modo de vivir la pulsión  por cada uno”, y surge la pregunta ¿podría la pandemia transformar eso? Ante la suspensión de las condiciones de la vida consideradas normales hasta el momento, ¿lo normal se vuelve contingente? Quizás eso permita la aparición de más interrogantes, es muy pronto para saberlo.

Bibliografía:

(1) Miller, J.-A.: Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España. 1989.

(2) Miller, J.-A.: La utilidad directa. http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=publicaciones&SubSec=on_line&File=on_line/psicoanalisis_sociedad/miller-ja_lautilidad.html . 2005.

(3) Acuña, Enrique: Vidas Pulsionales. Editorial El Ruiseñor del Plata. 2018.

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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