Analyticas del Sur. Revista de psicoanlisis en la crtica cultural

Edición Nº 9 • Noviembre de 2019 •

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«Capitalismo» en Barcelona

Maria Bantulà

Psicoanalista. Psicóloga en Barcelona, España. Graduada en Humanitats UPF i Psicologia URL.

Presentación del libro: Capitalismo:
crimen perfecto o emancipación

En la tarde del jueves 16 de mayo de 2019 tuvo lugar la presentación del libro Capitalismo: crimen perfecto o emancipación, de Jorge Alemán, en la librería La Central de Barcelona. El acto fue organizado por NED Ediciones y contó con la presencia del autor del libro, la participación de Diego Vernazza, —filósofo y politólogo— y la asistencia de Jordi Mariné, miembro de La Trivial. Destacó la ausencia imprevista de Rosa Calvet, psicoanalista que iba a participar en principio en el evento.(*)

Capitalismo: crimen perfecto o emancipación. Jorge Alemán introduce el libro a partir de su propio título y nos aclara que no plantea en este un interrogante; más bien lanza una encrucijada teórica, una oportunidad para descubrir si hay alguna rendija, algún resquicio en el que esa palabra, ahora tan imprecisa como lo es la palabra emancipación tiene, aún, alguna oportunidad de ser.

Jordi Mariné empieza su discurrir sobre el libro afirmando que esta es una obra que muestra cierto compromiso político que plantea una introducción a la problemática relación entre psicoanálisis y política y que, además, nos habla de la dificultad de construir un proyecto político común con las difíciles noticias que presenta el psicoanálisis con respecto a lo político. No tan solo sucede esto por la obvia complejidad del propio análisis que, de algún modo, intenta presentar una relación diferente con el propio malestar —operación que se consigue radicalizando la experiencia de la soledad en contraposición al discurso generado hacia un colectivo que tiende a olvidar con facilidad esa brecha ontológica—, sino que se presenta también lo que es ese aparato que se conoce como la izquierda lacaniana. A partir de ahí, entramos en la dificultad de no ser de izquierdas a pesar de Lacan, sino con Lacan, convirtiéndose esta afirmación —y todo el texto, en realidad— en una apuesta arriesgada y creativa que al final nos ayuda a construir un aparato teórico muy interesante para el proyecto emancipador.

Mariné prosigue y cuenta que frecuentemente el papel del psicoanálisis en relación a la política ha tendido a problematizar ciertos debates. Como cuando Germán Cano en Lacan en las lógicas de la emancipación denominó al psicoanálisis como freno teórico. Es decir, que afirmó que actuaría problematizando cuestiones ya asentadas. Y como Jorge Alemán, en contra de esto, busca el ser de izquierdas a través del psicoanálisis —con Lacan— mientras intenta construir algo y presenta una lógica de emancipación en términos positivos. El miembro de La Trivial resaltó también la idea de Jorge Alemán de contemplar el neoliberalismo como un dispositivo de poder sobre el que el autor realiza una lectura más cercana a Heidegger y Lacan,  que a Gramsci, pues entiende que este dispositivo no es una concepción hegemónica en la que se establece una lógica de la liberación de una esencia frente al poder o una persona externa, sino que esto es problematizado —como ocurre desde el primer momento— desde el psicoanálisis y desde la teoría política más contemporánea.

De modo que una lógica emancipadora, plantea Jorge Alemán según Mariné, pasa por recorrer y redireccionar el cómo tratar de una manera completamente nueva la cuestión del sujeto. Y eso es algo que solo se puede dar a través del aparato del psicoanálisis, y con esta idea se puede repensar también la relación de la lógica “con el saber de las prácticas populares que callan la boca de los expertos,  aquello con que nos libera de las justificaciones y de las determinaciones del destino” de un pueblo como potencia limitada y absolutamente contingente que no presente un horizonte utópico sin caer en las teleologías del siglo XX.

Diego Vernazza por su parte destaca de este libro la cualidad de ser este un texto que sugiere y es capaz de dejar preguntas sin contestar. De modo que en su exposición, nos dice, se centrará a partir de eso, de lo que el texto dice y lo que no. De manera que resalta dos puntos del libro que para él son particularmente interesantes para la cuestión de cómo hacer algo con el psicoanálisis y la política: el primero va en relación con lo común y el segundo habla de justicia social. Respecto al primer punto, lo común, Vernazza destaca una frase de Jorge Alemán que a su parecer interroga directamente tanto al psicoanálisis como a la política, y que dice: “la singularidad sólo puede ser captada y volverse inteligible en una lógica colectiva”. Esto le lleva a preguntarse por qué la singularidad del sujeto sólo puede ser captada y volverse inteligible en una lógica colectiva cuando si alguien lee el Seminario 11 de Lacan, eso es la clínica, y Jorge Alemán la liga a la política. Matizando, eso sí, que el autor por colectivo no entiende un fenómeno cuantitativo, sino la matriz a partir de la cual se construyen los vínculos sociales. El filósofo interpreta a Jorge Alemán y afirma que hay algo de lo singular que solo se capta en lo colectivo, y no tan solo qué sujeto se constituye en el lugar del otro, sino que hay una proposición política, hay algo propio de tener que enfrentarse con la división que siempre supone la política que es capaz de tocar algo de lo singular, algo del individuo.

Por otro lado, Vernazza, cuando habla de la justicia social, que para él es el gran olvidado de los discursos de psicoanálisis y política, es contestado por Jorge Alemán, que plantea el porqué de esta ausencia asegurando que no se puede pensar en justicia distributiva desde el psicoanálisis, ya que eso significaría ponerse en el lugar del discurso del poder. Y aquí, afirma el filósofo, es cuando Jorge Alemán hace un viraje interesante al preguntarse por la justicia social, pero sin definirla desde la igualdad, y plantea que el capitalismo es criticable por injusto —y no solamente porque genera injusticias en términos de inequidad y desigualdad, sino porque constituye un ultraje a la diferencia absoluta, es decir que atenta a la singularidad de cada sujeto—. A propósito de esto, Vernazza cita a Freud en Malestar en la cultura: “me parece indudable que un cambio real en las relaciones de los seres humanos con la propiedad aportaría aquí más socorro que cualquier mandamiento ético; empero, en los socialistas, esta intelección es enturbiada por un nuevo equívoco idealista acerca de la naturaleza humana y así pierde su valor de aplicación”. Es decir, según Jorge Alemán al parecer de Diego Vernazza, el problema es intentar ligar de un modo u otro el valor de la justicia social, la distribución, con el problema subjetivo. El problema es ligarlo de un modo idealista, según dice Freud, y creyendo que una justa distribución de la propiedad terminaría con el malestar en la cultura.

Jorge Alemán da las gracias a ambos invitados y retoma el tema de «las malas noticias» del psicoanálisis. Explica cómo, para Freud, los sueños ilustrados de una sociedad absolutamente transparente para sí misma, homogénea y sin discordia posible eran una mala noticia porque veía la incidencia de la repetición, de la pulsión de muerte y de los distintos estragos que la condición humana es capaz de hacerse a sí misma y al otro. De modo que, para Alemán, no podría darse un proyecto emancipatorio que ignorase cómo estaba hecho el ser humano. Es para él una condición fundamental para cualquier lógica colectiva entender cómo está constituido el sujeto. Defiende el autor que para que la lógica emancipatoria quede abierta, la revisión de las lógicas identitarias es muy interesante y que la idea de transformar al sujeto en una unidad idéntica a sí misma es muy peligrosa para el propio proyecto emancipatorio en muchos aspectos, pues a través de lo identitario no puede resolverse una transformación colectiva.

Siguiendo con el tema del sujeto, Jorge Alemán explica que el capitalismo se ha presentado como si fuera el que mejor trata la singularidad y el que más oportunidades le da, pero que en realidad la verdadera singularidad solo puede tener un lugar cuando la diferencia no está impuesta por el mercado. El autor, en relación a esto, también afirma que durante mucho tiempo los psicoanalistas ejercieron una suerte de escepticismo lúcido ocupándose de lo singular y desentendiéndose de lo colectivo, como si fueran militancias autónomas una de la otra, e insiste en cómo a él le resulta mucho más atractivo y fecundo trabajar esa vinculación tan problemática entre estos dos lugares.

Al terminar las intervenciones de los invitados y del autor, surgieron comentarios en relación a la cuestión del cambio climático y su articulación en los discursos emancipatorios ya que ahora, con más fuerza que nunca, la propia existencia de la condición humana está en juego, ya que la vida que conocemos no va a ser sostenible en un futuro relativamente próximo. Por ello se habla sobre el feminismo y la ecología como los dos nuevos elementos vertebradores de un proyecto emancipatorio del siglo XXI. También se vuelve a hablar de lo común y la justicia social, dos temas entendidos desde la lógica femenina del no-todo. Así destapamos una sociedad en la que la excepción vehicula un odio determinado, un odio al goce desde la lógica fálica, y entendemos que siempre se trata de un goce excesivo encarnado en el otro. Es interesante ver cómo se compone un discurso, la cantidad de piezas heterogéneas que se ensamblan para generar de golpe una realidad política. Se habla también de lo identitario y de su vinculación con el declive del Padre o del patriarcado, temas que se diferencian claramente del capitalismo. Así, el debate prosigue hablando de los representantes, de que la hegemonía es evanescente y que el neoliberalismo no tiene género; según afirma Alemán.

Otra cosa es la hegemonía que tuvieron los hombres sobre los mujeres en muchas realidades a transformar, pero el neoliberalismo puede, sin duda, vivir sin el patriarcado. Y por último se dialoga sobre los efectos de desarraigo globalizador del capital en un mundo donde sentimos perder el suelo y la pertenencia y, ante esto, aparecen movimientos que afirman la identidad, que no la singularidad; la identidad que se promueve desde ahí no es nunca la singularidad del sujeto.

Así, después de esta estimulante presentación en la que se presentan las cuestiones fundamentales que nos sirven para entender la lógica de la emancipación en este mundo en el que transitamos y cómo lo común y una justicia social que proteja y sea fiel a la singularidad del sujeto son y serán cruciales para el proyecto emancipatorio del siglo XXI, vemos cómo, en textos como el de Alemán, se nos aportan nuevas ideas para que, a pesar de la siempre difícil relación entre la política y el psicoanálisis, empecemos a construir preguntas que serán las respuestas de lo que está por venir.


(*)-N. de E.: Después de esta presentación Jorge Alemán dedicó un afectivo escrito de despedida a su amiga y colega Rosa Calvet i Romani; ante la muerte repentina que causó su ausencia ese día.-

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Analytica del Sur Número 1. Aparición en web: julio 2014.

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